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El pequeño Maylom Martínez Abreu dejó el martes el Hospital Ginecobstétrico José Ramón López Tabrane, en Matanzas, después de 63 días de ingreso y una batalla extrema que comenzó antes incluso de nacer.
El bebé contrajo chikungunya de forma vertical durante la gestación y pasó 46 días intubado, en un cuadro tan crítico que, según sus médicos, muchos dudaron que lograra sobrevivir.
Su recuperación es una noticia extraordinaria en medio de un país sumido en una emergencia sanitaria que crece sin control.
El caso fue atendido por el Servicio de Neonatología del centro matancero, donde el equipo de pediatras, neonatólogos, intensivistas, fisiatras, enfermeras y fisioterapeutas trabajó al límite de sus posibilidades para mantener con vida al recién nacido que nació en sufrimiento fetal, con aspiración de meconio y en un contexto de arbovirosis confirmada.
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Su madre, Litzaidis de la Caridad Abreu Piña, ingresó con 38.5 semanas de embarazo, fiebre alta y un diagnóstico positivo a chikungunya, lo que obligó a realizar una cesárea de urgencia.
Maylom vino al mundo con 3,910 gramos (8.62 libras), pero su estado era tan delicado que fue conectado a ventilación mecánica desde el primer momento.
Al segundo día de vida sufrió una coagulación intravascular diseminada, uno de los episodios más graves que puede enfrentar un neonato.
Durante semanas permaneció crítico.
La doctora Liliana Amieva Ruiz, jefa de Neonatología, explicó al semanario Girón que el proceso fue una escuela para todo el servicio, pues nunca habían enfrentado un caso positivo a chikungunya en un neonato.
La especialista quiso reconocer la labor de la fisiatra Adisnay González Rodríguez, quien se incorporó a la atención de Maylom mientras ella misma acababa de padecer chikungunya.
Sus intervenciones lograron reducir la rigidez articular que provoca el virus, lo que permitió que el pequeño pudiera ser finalmente extubado.
Una historia luminosa en medio del derrumbe sanitario
La salida de Maylom del hospital llega cuando Cuba enfrenta una de las peores crisis de salud pública de los últimos años.
La epidemia de arbovirosis -principalmente chikungunya y dengue- se ha desbordado en un contexto marcado por hospitales deteriorados, falta extrema de insumos, ausencia de personal y miles de pacientes sin atención adecuada.
El propio Ministerio de Salud Pública reconoció el martes semana que nueve menores de edad permanecen en estado crítico por causas asociadas a arbovirosis. En total, 71 personas están graves o críticas.
A pesar de estos datos, las autoridades insisten en calificar de "positiva" la evolución de los casos, un discurso que contrasta con las denuncias de familias y trabajadores de la salud sobre la falta de medicamentos, la saturación de los hospitales y la precariedad en los servicios básicos.
Las cifras oficiales tampoco transmiten confianza.
Cuba reporta más de 42,000 casos de arbovirosis desde el inicio del brote, pero solo 1,462 han sido confirmados por PCR, reflejo claro de la incapacidad de diagnóstico en un sistema donde los laboratorios trabajan con lo mínimo y muchos policlínicos solo pueden evaluar síntomas clínicos.
A eso se suman las muertes: el Gobierno elevó a 44 las víctimas oficiales por chikungunya y dengue, entre ellas varios menores de edad.
Las autoridades han tardado semanas en admitir fallecimientos y en cada actualización crecen las sospechas sobre un subregistro evidente, alimentado por la falta de transparencia y por testimonios de familias que aseguran que sus casos nunca fueron reportados.
Mientras la población afronta jornadas de fiebre, dolor y mosquitos sin acceso a fumigación ni insecticidas, el Gobierno ha preferido responsabilizar a los ciudadanos por no hacer autofoca”, en vez de reconocer el colapso de las campañas antivectoriales y la carencia de recursos para enfrentar el brote.
Un rayo de esperanza
En ese escenario sombrío, el alta médica del pequeño Maylom es una excepción luminosa: un triunfo del esfuerzo humano por encima de la falta de medios, la escasez y el abandono institucional.
Los médicos que lo atendieron no trabajaron con abundancia de recursos ni en condiciones ideales, todo lo contrario: lo hicieron en los mismos hospitales que día tras día denuncian pacientes y profesionales, donde faltan insumos básicos, antibióticos, medios diagnósticos y, muchas veces, hasta agua.
La recuperación de Maylom es, sin duda, un motivo de celebración para su familia y para los profesionales que lo cuidaron. Pero también es un recordatorio doloroso de la vulnerabilidad de miles de niños que hoy padecen fiebre en hogares sin medicamentos, de familias que deben improvisar tratamientos en casa, y de un sistema sanitario que se presenta como "victorioso" mientras la realidad demuestra lo contrario.
Maylom sobrevivió. No todos tienen esa posibilidad.
Preguntas frecuentes sobre el brote de chikungunya en Cuba y el caso del bebé de Matanzas
¿Cómo logró sobrevivir el bebé Maylom Martínez Abreu al chikungunya?
El bebé Maylom Martínez Abreu sobrevivió al chikungunya gracias a la atención intensiva y el esfuerzo del personal médico del Hospital Ginecobstétrico José Ramón López Tabrane en Matanzas. Nació en sufrimiento fetal con aspiración de meconio y pasó 46 días intubado. Su recuperación, en un contexto de emergencia sanitaria, es considerada un logro extraordinario del equipo de neonatólogos, pediatras y fisiatras que lo atendieron.
¿Cuál es la situación actual de la epidemia de chikungunya en Cuba?
Cuba enfrenta una grave crisis sanitaria debido al brote de chikungunya, con más de 42,000 casos reportados desde el inicio del brote. Las autoridades admiten que el sistema de salud está colapsado, con un gran número de pacientes en estado crítico, especialmente niños y mujeres embarazadas. La falta de recursos y la incapacidad de diagnóstico agravan la situación, con un sistema de salud que no puede manejar eficazmente la crisis.
¿Por qué el chikungunya es especialmente peligroso para los recién nacidos y las embarazadas?
El chikungunya es potencialmente mortal para recién nacidos y embarazadas debido a la posible transmisión vertical del virus. Esta transmisión puede causar complicaciones graves en los neonatos, como problemas respiratorios, neurológicos y cardiovasculares. Los especialistas insisten en la necesidad de un manejo intensivo y un seguimiento clínico estricto para estos grupos vulnerables.
¿Qué medidas se están tomando en Cuba para controlar la epidemia de chikungunya?
Las autoridades cubanas han intensificado las acciones de fumigación y saneamiento para controlar el chikungunya. Se han implementado labores casa a casa para detectar casos febriles y síntomas compatibles con la enfermedad. Sin embargo, la escasez de recursos y equipos limita la efectividad de estas medidas, mientras la población enfrenta la falta de medicamentos e insumos básicos en los hospitales.
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