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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta un creciente malestar entre los sectores más fieles del movimiento Make America Great Again (MAGA), que lo acusan de haberse alejado de las prioridades que lo llevaron de nuevo a la Casa Blanca.
Según revela The Washington Post, varios líderes conservadores han advertido al mandatario que parte de su base se siente “desconectada” y “desencantada” con su gestión.
Durante un almuerzo en la Casa Blanca, el encuestador conservador Mark Mitchell, de Rasmussen Reports, le expresó a Trump que su administración parece más centrada en la política exterior y las élites empresariales que en los problemas cotidianos de los estadounidenses.
“Usted dijo: ‘Luchen, luchen, luchen’, pero ahora está luchando contra Marjorie Taylor Greene y no por los ciudadanos”, le habría dicho.
El sondeo interno de Rasmussen sugiere que muchos simpatizantes creen que Trump no ha cumplido su promesa de “drenar el pantano” en Washington, símbolo de la corrupción política que prometió erradicar.
Mitchell lo instó a reenfocar su gobierno en un “populismo económico pragmático”, ante el creciente descontento por el costo de vida, los precios de la salud y la falta de resultados visibles.
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Además, algunos sectores del movimiento MAGA lo acusan de no cumplir su promesa de desclasificar y hacer públicos los archivos relacionados con el fallecido depredador sexual Jeffrey Epstein, un tema que muchos seguidores consideran simbólico de la lucha contra la corrupción y el encubrimiento de las élites políticas y financieras.
Para esos grupos, el silencio de la Casa Blanca sobre el caso es una señal de que Trump se ha alineado con los mismos intereses que antes decía combatir.
Mientras tanto, la congresista Marjorie Taylor Greene, hasta hace poco una de sus aliadas más fervientes, se ha convertido en una de sus principales críticas. Tras ser desautorizada por el presidente, renunció a su escaño en el Congreso. Greene advirtió que “la base está desilusionada, sabe lo que él prometió hacer, y sabe que no lo está cumpliendo”.
Trump, por su parte, planea reanudar sus mítines casi semanales para destacar los logros de su gobierno y tratar de reconectar con su electorado. Sin embargo, en su reciente aparición en Pensilvania, el presidente volvió a minimizar las preocupaciones por la inflación y el encarecimiento de la vida, asegurando que “no puede decir que la asequibilidad sea un engaño, porque los precios sí estaban demasiado altos”.
Pese a que Trump mantiene un sólido respaldo entre los republicanos, las encuestas recientes muestran que su aprobación ha caído por debajo del 90 % dentro del partido y ronda el 41 % a nivel nacional. Analistas conservadores temen que el descontento interno y el desgaste económico pongan en riesgo la mayoría republicana en las elecciones legislativas de noviembre.
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