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Cuba cerrará el año 2025 con una tasa de mortalidad infantil de 9.8 por cada mil nacidos vivos, el nivel más alto registrado en más de dos décadas, según informó el viernes el primer ministro Manuel Marrero Cruz.
El dato refleja un deterioro significativo con respecto al año anterior, cuando la tasa fue de 7.0, y confirma la crisis estructural que atraviesa el sistema sanitario cubano, afectado por la falta de medicamentos, insumos, personal médico y condiciones hospitalarias.
“Pese a las acciones realizadas, se deteriora la mortalidad infantil”, reconoció Marrero durante una reunión del Consejo de Ministros en La Habana.
Aseguró que el Gobierno mantiene la implementación del Programa para fortalecer el Sistema Nacional de Salud, aunque con “resultados discretos”.
Marrero admitió que la compleja situación epidemiológica del país —marcada por brotes de arbovirosis, dengue y chikungunya— ha requerido un “esfuerzo superior” del sistema de salud, sin lograr revertir los principales indicadores negativos.
Según el primer ministro, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) y BioCubaFarma mantienen en funcionamiento “esquemas cerrados en divisas” con una disponibilidad de 200 millones de dólares, destinados a la compra de medicamentos y equipos médicos.
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Sin embargo, reconoció que esos fondos “siguen siendo insuficientes” para garantizar una cobertura estable del Cuadro Básico de Medicamentos, gravemente afectado por la escasez y la falta de divisas.
“Se han dado pasos discretos en la recuperación de la calidad de los servicios, pero aún son insuficientes los ingresos para lograr mayores resultados”, señaló el funcionario, en una intervención que reflejó la gravedad de la situación sanitaria nacional.
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