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El Gobierno cubano vuelve a presentar la reconversión de contenedores marítimos como respuesta al colapso habitacional que asfixia al país.
Esta vez, el llamado proviene directamente del primer ministro Manuel Marrero Cruz, quien urgió a impulsar y acelerar esta modalidad en la provincia de Granma, según publicó el diario Granma.
El anuncio llega cuando miles de familias siguen viviendo entre derrumbes, hacinamiento y refugios temporales convertidos en permanentes, mientras las autoridades continúan apostando por soluciones de emergencia que no abordan la raíz estructural del problema.
La provincia oriental se suma al programa estatal para adaptar contenedores marítimos en viviendas dentro de la estrategia del Ministerio de la Construcción (Micons) para enfrentar el déficit habitacional.
En Jiguaní ya se conforman cinco unidades habitacionales a partir de contenedores, diseñadas con sala, comedor-cocina, baño y dos habitaciones.
La Empresa de Construcción y Montaje granmense aseguró que cada módulo tendrá accesos principal y de servicio y que se asignarán a familias consideradas "priorizadas": damnificados por huracanes, madres con tres o más hijos y trabajadores de sectores "esenciales".
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Las autoridades defendieron la llamada "cargotectura" como una vía "rápida" y "sostenible", alegando que estas estructuras metálicas -fabricadas para condiciones extremas- permiten reducir tiempos respecto a la construcción tradicional y encajar en un enfoque de economía circular.
También insistieron en que la calidad técnica será la clave para garantizar "confort", aunque no especificaron estándares, mecanismos de control ni plazos reales de entrega.
El propio Marrero pidió utilizar todos los contenedores disponibles para acelerar el plan, en un contexto donde la demanda supera con creces la capacidad estatal.
Sin embargo, el anuncio se da en plena expansión nacional de una política que ya ha despertado rechazo en numerosas provincias.
El Gobierno insiste en que los contenedores son una "alternativa inmediata", pese a que, en el clima cubano, esas estructuras se convierten en espacios extremadamente calientes y requieren un nivel de aislamiento térmico que las autoridades no garantizan.
La medida se suma a la carrera improvisada que ya vive Santiago de Cuba, donde el derrumbe de más de 137,000 viviendas -agravado tras el paso del huracán Melissa- ha obligado a acelerar la conversión de contenedores en "viviendas emergentes".
Durante una visita gubernamental encabezada por Miguel Díaz-Canel el 5 de diciembre, funcionarios reconocieron que la demanda supera cualquier capacidad instalada y que los casos críticos van en aumento. Aun así, evitaron ofrecer metas concretas o cronogramas sobre cuántos módulos serán habilitados ni cuándo podrían aliviar la crisis real.
Episodios recientes muestran el creciente rechazo ciudadano.
Un artículo del periódico Ahora, en Holguín, que describía estas estructuras como "viviendas seguras, resistentes y dignas", provocó una avalancha de críticas: desde madres que denunciaron que "eso es cocinar viva a una persona" hasta ingenieros que alertaron que, sin aislamiento ni anclaje, son "hornos solares" vulnerables a huracanes e inundaciones.
Usuarios recordaron además que, aunque en otros países existen casas con contenedores, estas cumplen estrictas normas de aislamiento y climatización que en Cuba ni se mencionan.
El propio Gobierno admitió semanas atrás el fracaso del programa nacional de viviendas con contenedores, pese a haber liberado más de 1,700 unidades para este fin y a que los trabajos avanzan con lentitud extrema.
Aun con ese reconocimiento, sigue insistiendo ahora en expandir la misma fórmula.
Mientras tanto, la crisis habitacional sigue profundizándose y miles de familias continúan esperando soluciones reales.
Frente a este panorama, la apuesta oficial por convertir contenedores en hogares permanentes no solo evidencia la falta de un plan estructural y sostenible, sino que perpetúa un ciclo de respuestas improvisadas que no resuelven el deterioro acumulado durante décadas.
Preguntas frecuentes sobre la crisis de vivienda en Cuba y el uso de contenedores como solución
¿Por qué el gobierno cubano está utilizando contenedores marítimos como viviendas?
El gobierno cubano está utilizando contenedores marítimos como viviendas debido al colapso habitacional que enfrenta el país. La falta de materiales de construcción y el déficit de más de 800,000 viviendas han llevado al régimen a buscar soluciones alternativas. Sin embargo, esta medida ha sido criticada por su improvisación y falta de planificación estructural adecuada.
¿Cuáles son las principales críticas sobre el uso de contenedores como viviendas en Cuba?
Las principales críticas se centran en la falta de aislamiento térmico y ventilación adecuada en los contenedores. En el clima caluroso de Cuba, estas estructuras pueden convertirse en "hornos solares", haciendo inhabitables las viviendas. Además, la falta de una infraestructura adecuada y la inseguridad ante fenómenos climáticos han generado rechazo entre la población.
¿Qué alternativas se han propuesto para enfrentar la crisis habitacional en Cuba?
Además de los contenedores, el gobierno ha propuesto el uso de módulos prefabricados y edificaciones sin acero ni cemento, inspiradas en técnicas tradicionales. Sin embargo, estas alternativas han sido criticadas por su carácter temporario y falta de solución a largo plazo. La falta de una política integral de vivienda y de recursos suficientes sigue siendo un problema persistente.
¿Qué impacto ha tenido el huracán Melissa en la crisis de vivienda en Cuba?
El huracán Melissa agravó significativamente el colapso habitacional en Cuba, destruyendo miles de viviendas y aumentando la demanda de soluciones de emergencia. Ante esta situación, el gobierno ha intentado acelerar la adaptación de contenedores en viviendas, aunque con escasos resultados y mucha crítica por parte de la población afectada.
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