El gobierno cubano anunció el pasado sábado nuevas medidas para regular el transporte en La Habana. En ese sentido, levantó polémica la consistente en el cambio de gestión del sistema de piqueras de taxis, manejadas por cooperativas independientes, que pasaron desde ese momento a manos del Estado.
Los boteros que opten por no asociarse a este sistema no disfrutarán de las ventajas que según el gobierno, tendrán quienes lo hagan como la "venta de combustible a precio diferenciado" y la adquisición de "piezas en el mercado mayorista a partir de la disponibilidad existente".
"Todos los vehículos van a estar señalizados con pegatinas sobre el itinerario y la piquera a la que pertenecen. Entre tanto, los que no deseen integrarse a este experiencia también estarán identificados con una marca que diga taxi libre", explicó la viceministra de Transporte, Marta Oramas.
El Estado también limitará las rutas a aquellos boteros que estén inscritos en sus piqueras, prohibiendo la circulación en las mismas de taxis que no pertenezcan al “experimento”.
Estas medidas se suman a las políticas del gobierno enfocadas a minimizar la deplorable situación del transporte urbano en La Habana y contrarrestar los precios de los taxistas privados.
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