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Reformas y bendiciones para el cuentapropismo: aquella bufonada de Raúl Castro

Las reformas económicas que Raúl Castro dictó en 2013 han sido un engaño. El gobierno continúa emprendiéndola contra el sector privado, al que culpa de su propia ineficiencia.


Este artículo es de hace 6 años

Hace menos de una semana, la otrora gloriosa revista Bohemia marcó un nuevo pico en la historia de la desfachatez e indolencia de la prensa cubana. En un extenso artículo sobre la corrupción en el país, firmado por el comisario ortodoxo Lázaro Barredo, Bohemia puso en tinta un ataque feroz contra los cuentapropistas, responsabilizándolos casi por completo de la epidemia de corrupción que se sabe corroe a la sociedad cubana de punta a cabo.

El intento del comisario Barredo no podría ser más sórdido: ya que no se puede ocultar lo evidente, culpemos al débil. Y el débil en Cuba siempre es, por ley no escrita, el independiente, el privado, el por su cuenta, el que decidió no alimentarse por cuenta de papá Estado.

Un nuevo reportaje filmado por otros frágiles independientes, los periodistas de Palenque Visión, nos da cuenta de lo que viven también los pescadores que intentan ser independientes, y cuyo único interés es ejercer el oficio como lo han dictado siglos de práctica humana: con la terquedad, la pasión y la pericia de lobos de mar. Sin un Estado que les sofoque y les exprima las ganas.

Al parecer, es demasiado pedir. Eso sufren hoy los pescadores de la Bahía de Mata, en Baracoa. Un ineficaz y anquilosado organismo estatal llamado “Dirección Provincial de la Pesca” les traza metas, mínimos de cumplimiento diario, les quita más de la mitad de sus capturas en aras del “bien común”. Les amarga la existencia, resumen los pescadores.

Mirarlos a ellos, escuchar el hartazgo con que confiesan sus frustraciones, y pensar: “¡Ni a estos pobres hombres, los primeros en la cadena alimenticia, los pescadores que literalmente ponen algo de proteína en las mesas de sus congéneres, los deja en paz un sistema diseñado para corroer cualquier buena idea que asome, sea en un aspirante a empresario o en un perseguidor de pargos en mar abierto!

Los tímidos “spas” inaugurados por cuentapropistas en Santiago de Cuba y Camagüey han ido cayendo como moscas. No pueden sostener el negocio con enjambres de inspectores multándolos, prohibiéndoles, haciéndoles temblar de miedo por si venden un trago con azúcar no declarada, por si esa carne es de cierto sacro animal.

Lo que muchos celebraron en 2013 como la era de las reformas económicas de Raúl Castro terminó siendo una bufonada. Un divertimento de viejitos mandamases que se burlan de la asfixia nacional: hoy les damos celulares, mañanas cuatro sillas y dos mesas adicionales en sus paladares, luego se los quitamos si nos da la gana.

Como viejos aburridos al fin, unos -los abuelitos nuestros- se entretienen con el dominó o la jardinería; ellos se entretienen jodiendo la vida a millones de almas, emprendiéndola con un sector privado al que señalan con el dedo cada vez que hace falta encontrar alguna raíz del mal.

Y les regulan las tarifas a los boteros y a los vendedores de malanga, y obligan a los pescadores -como los de Bahía de Mata- a cumplir planes y normas absurdas, todo porque la idea es única y simple: hacerles la vida imposible a los que sueñen con buscarse la vida lejos del Estado. Que el mensaje les llegue siempre claro.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Ernesto Morales

Periodista de CiberCuba


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