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9 legendarios restaurantes de La Habana que ya no son lo que eran antes

Muchos son los restaurantes en Cuba que históricamente servían bajo la gestión estatal –porque de otro modo suponía ilegalidad o pobre factibilidad dada la escasez normalizada por décadas- y que devinieron leyenda luego de años de servicio impecable y exquisitez en cada uno de sus platillos. 


Este artículo es de hace 7 años

Muchos son los restaurantes en Cuba que históricamente servían bajo la gestión estatal –porque de otro modo suponía ilegalidad o pobre factibilidad dada la escasez normalizada por décadas- y que devinieron leyenda luego de años de servicio impecable y exquisitez en cada uno de sus platillos.

Hoy, ante el auge de las iniciativas particulares, a la mayoría de ellos los acecha la decadencia, se debaten entre el olvido de sus comensales otrora habituales y la indiferencia de aquellos que preferirán siempre las famosas paladares de gestión privada, donde la comida es servida de buena gana, con dinamismo protocolar, altos estándares de calidad y de la mano de un trato personalizado.

Sin embargo, y como recordar es volver a vivir, vale la pena traer a la memoria algunos de los icónicos recintos que fueron una vez catalizadores de los mejores momentos para varias generaciones de capitalinos y visitantes frecuentes de La Habana.

1. 1830

Foto CiberCuba

Construido a finales del siglo XIX, con el mar a pocos pasos y una hermosa glorieta al más propio estilo mudéjar, este restaurante marca el final al oeste del famoso Malecón habanero, situándose al costado del torreón colonial de la Chorrera. Bajo el nombre de Restaurante Arana, era muy visitado por las familias adineradas de la capital y por la alta oficialidad española, que allí gustaban el famoso Arroz con pollo a la Chorrera. A comienzos del siglo XX pasó llamarse Hotel La Mar. El inmueble fue adquirido posteriormente por Carlos Miguel de Céspedes, Secretario de Obras Públicas de Machado, quien la amplió y embelleció construyéndole jardines y un embarcadero junto al río. Luego de que un incendio lo consumiera, el lugar volvió a levantarse como establecimiento gastronómico exclusivo en la década de los 50 por la familia Currais, propietaria del Restaurante la Zaragozana, bajo la insignia “1830”, año de inauguración de la Zaragozana.

2. El Mandarín

TripAdvisor

Como nos recuerda Titón en el famoso pasaje del largometraje Memorias del Subdesarrollo, donde Sergio Corrieri se topa con Daysi Granados a las puertas del restaurante Mandarín, este conocido recinto está situado al costado de la entrada principal del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y fue muy popular durante las décadas de los 60, 70 y 80. El restaurante forma parte del complejo de edificaciones de Radiocentro, nombre original de la obra que se levantó en el corazón de La Rampa habanera en 1946 y que incluye la sede de los principales estudios nacionales de televisión y radio, así como el famoso Cine Yara y otros lugares para pequeños comercios. Hoy, pese a su posición estratégica en la zona más concurrida del Vedado, el Mandarín es visitado por muy pocos, nunca habituales, y ha sido centro de fuertes críticas por la escasez que define su repertorio de platos y la mala elección de lo kitsch en los elementos decorativos predominantes de su interior.

3. La Roca

dsa66503/ Flickr

Proyectado en el año 1956 por el estudiante de arquitectura Modesto Campos y el recién graduado Hugo D’Acosta Calheiros, ambos de reconocida trayectoria en el diseño urbano de estilo prefabricado en La Habana luego de 1959. La Roca ostenta matices decorativos interiores que recuerdan al art decó y está situado en la esquina de la calle 21 y M, a pocos pasos de los hoteles Habana Libre, Capri y Nacional, en el corazón del barrio del Vedado. Aunque ha perdido posicionamiento entre los amantes de la vida nocturna habanera, este restaurante conserva hoy la elaboración de platos tradicionales a precios muy asequibles y acompaña las veladas con la presencia de solistas acompañados al piano, y en fines de semana ofrece espectáculos bailables con humoristas cubanos.

4. El Polinesio

GuiaCuba

Restaurante por excelencia del famoso Hotel Hilton, hoy Habana Libre, uno de los más imponentes edificios del Vedado habanero, levantado a principios de la década de los 50 y expropiado por el gobierno poco después del triunfo. Aunque cuenta con un espacio y decoración interior envidiable, en su mayoría original de la época, y una alta reputación en todo el país, este recinto se encuentra habitualmente vacío por sus altos precios, su poca iluminación y su cuestionable servicio al cliente.

5. El Carmelo

InfragantiMagazine

Vinculado desde su creación alrededor de 1928 a la conocida Sociedad Pro Arte Musical, al Auditorium Teatro Amadeo Roldán y al Ballet Nacional de Cuba. Su locación, en la misma esquina del Parque Villalón, era ideal para acoger al público de dichos centros culturales durante los intermedios, finales de los conciertos u otras funciones. Fue tradicionalmente un sitio de encuentro de los miembros de Pro Arte, del Ballet y de la Sinfónica, de muchas personalidades de la cultura nacional, así como de los vecinos del reparto residencial Vedado. Allí se hizo famoso su platillo “sándwich Elena Rus”, sándwich cubano de pechuga de pavo asada con queso crema y mermelada de fresa. Después de 1959 su cafetería siguió adquiriendo popularidad y movimiento incesante de clientes. Lo más reciente que ocurrió con El Carmelo fue su transformación como nuevo restaurante vegetariano, con casi nula aceptación entre la población, no acostumbrada a tales platillos. Hoy, desgraciadamente, este restaurant desfila bajo el título de aquellos “de mala muerte”, ganándose el grado de “desértico”, aun en sus mejores días.

6. La Torre

TripAdvisor

Inaugurado en la década de los 50 y situado en la planta 33 del portentoso edificio FOCSA, en la manzana circundada por las calles 17, 19, M y N, en el centro de Vedado. Se acompaña de un íntimo bar, desde donde se pueden apreciar las vistas más hermosas del litoral norte habanero, incluyendo todo el recorrido del famoso malecón hasta la Bahía de La Habana. La Torre fue pensado como un restaurante gourmet cubano con un toque de cocina francesa de vanguardia. Hoy, aunque su fama se ha difuminado, sigue siendo visitado por muchos que prefieren disfrutar de las impresionantes vistas sobre la calidad del servicio y la comida.

7. El Cochinito

BestCubaGuide

Situado en la mismísima avenida 23, este lugar fue uno de los restaurantes de comida criolla e internacional más populares del Vedado, atractivo por su cafetería, parrillada, bar y restaurante de amplia extensión que se abre hacia una hermosa terraza con árboles. El furor de cenar en El Cochinito es sin dudas una cosa del pasado, actualmente funge como local eternamente vacío, sede ocasional para actividades recreativas puntuales de centros laborales y educacionales.

8. El Conejito

Memorias de un cubano

Frente al famoso FOCSA y contrastando con su voluptuosidad, este pequeño restaurante se yergue como una típica taberna inglesa desde el año 1966 con algunos matices del eclecticismo propio de la zona que acoge todo el Vedado.
La decoración interior es inglesa e incluye referencias a estrategias propias del postmodernismo. Comer en El Conejito siempre fue sinónimo de opulencia y hábito de los más privilegiados económicamente, incuso durante la crisis de los años 90. Ostenta una tradicional chimenea y se sirve el vino en jarras de bronce, ello junto a su ambientación original y sus platos estrellas a base de conejo, de ahí el nombre del restaurante, le ganaron mucha popularidad a este recinto durante las décadas posteriores a su construcción, salvo los últimos años, en los que es muy poco visitado, sobre todo por el público nacional.

9. Moscú

Foto: Ernesto Pérez Chang

Este es posiblemente uno de los restaurantes de mayor auge en La Habana Republicana, y hoy el que se encuentra en peor estado. Este icónico Moscú, antes conocido como el Casino Cabaret Montmartre, está totalmente abandonado y dejado a sus ruinas en pleno corazón del Vedado capitalino. Bajo el nombre de Moscú, fue reinaugurado en la década de los 60 como parte de un proyecto que planeaba rehabilitar La Rampa y cobró fama durante los 70 y 80. Según recuentos de la historia, el Moscú era de los más exclusivos y ofrecía una amplia variedad de platos. Luego de un incendio en 1990, el restaurante jamás se recuperó y sus restos siguen allí, en la calle P entre la avenida 23 y Humbolt, recordándonos la época de esplendor que muchos que nacimos bajo el Período Especial nunca vivimos.

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