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Santiaguera que salvó a bebé en La Habana: "Jamás imaginé que sentiría tanta felicidad"

Melba Pérez Herrera es una de las dos personas en Cuba con un extraño grupo sanguíneo, el único que le servía a un recién nacido en La Habana.

Melba Pérez Herrera y Matías © Sierra Maestra
Melba Pérez Herrera y Matías Foto © Sierra Maestra

La cubana de Santiago de Cuba que donó sangre para un recién nacido en La Habana que estaba muy grave, afirmó que nunca imaginó que sentiría tanta felicidad.

Melba Pérez Herrera, de 37 años, salvó la vida del pequeño Matías, quien nació con una enfermedad hemolítica perinatal, un trastorno sanguíneo que puede ser mortal y se produce durante el embarazo, cuando el sistema inmunitario de la madre desarrolla anticuerpos que destruyen los glóbulos rojos del bebé.

Melba es una de las dos personas en Cuba que, según las referencias de grupo sanguíneo registradas en el Instituto de Hematología e Inmunología, tienen un extraño grupo sanguíneo con el que podían haberle donado sangre al niño. La otra es una mujer también de Santiago de Cuba.

Melba Pérez donando sangre para Matías / Sierra Maestra

El niño vino al mundo el pasado 23 de abril en el Hospital Ginecoobstétrico Ramón González Coro, de la capital cubana.

Al día siguiente, a partir de las 4:00 pm, se le practicó la extracción de sangre a Melba.

"Me llama la directora del Banco de sangre, Bertha Cuevas Ramos, alrededor de las cuatro de la tarde y me dice: 'Melba, corre que hay un niño en La Habana que necesita tu sangre'. Yo le dije que sí y a los pocos minutos me recogió un carro en la casa de mi hija mayor y me llevó para mi trabajo", relató.

"Me hicieron el chequeo habitual previo a la donación y una hora después ya estaba de regreso. Yo sabía que había hecho algo bueno porque donar sangre voluntariamente es un acto de amor a personas que no conoces, y que probablemente nunca sabrás quiénes son ni qué enfermedad ayudaste a tratar; pero jamás imaginé que sentiría tanta felicidad como cuando vi el reportaje en la televisión y hablé luego con la madre y la abuela de Matías", agregó.

Ese día, tras procesar el líquido en el banco de sangre de Santiago, se envió en ambulancia para La Habana, y tras realizarse las pruebas de compatibilidad se hizo la transfusión.

"Yo solo había donado sangre una vez en mi vida, en octubre de 2006. De hecho ese día, al ver los procederes para desarrollar una labor de tanto humanismo, dije: 'esto es lo que quiero para mí', y aquí estoy. Hace 15 años trabajo en el departamento de donaciones del Banco Provincial de Sangre Renato Guitart Rosell", contó al semanario Sierra Maestra.

Según Gabriel Sigüenza Joa, responsable del laboratorio de inmunohematología de la institución, el problema de salud que sufrió Matías sucede cuando la gestante no tiene un antígeno de grupo sanguíneo que sí está presente en los glóbulos rojos del feto.

En esos casos, esos anticuerpos atraviesan la barrera placentaria y ocasionan una anemia que puede ser de menor o mayor intensidad. Aunque no siempre aparecen complicaciones, en la forma grave de la enfermedad hay manifestaciones clínicas como el edema y la ictericia del recién nacido (coloración amarilla de piel y mucosas). Si se agrava, hay peligro para la vida.

"Este niño hizo una anemia severa que requería transfusión de sangre, pero en estos casos la transfusión de sangre tiene que ser muy selectiva, hay que buscar sangre que carezca del antígeno que el niño heredó del padre, y que está ausente en la dotación genética de la madre. Por tanto, para Matías había que buscar un donante cuyo grupo sanguíneo careciera de ese antígeno porque solo con una transfusión de sangre compatible se le podía incrementar las cifras de hemoglobina y, por supuesto, mejorar su estado de salud", explicó Niurka Alí Pérez, especialista de segundo grado en laboratorio clínico.

En Santiago de Cuba, Melba no deja de recibir llamadas telefónicas y comentarios en las redes sociales de personas de toda Cuba agradeciéndole su acción.

"Me siento súper contenta de haber puesto mi granito de arena para que Matías pueda vivir y crecer junto a sus padres, a sus abuelos, para que nada apague esa felicidad tan grande que se siente cuando llega un bebé a la familia", señaló.

La madre de dos hijos y abuela de un nieto se siente maravillada con las cosas que han sucedido.

"Nunca voy a olvidar cómo los familiares del bebé me agradecieron, ni las palabras de cariño que las personas me dicen. Hasta mi hija más pequeña me felicitó por las cosas tan bonitas que dijeron de mí en su escuela. Yo no lo hice por ningún interés material, pero no hay mayor premio que lo que estoy viviendo", aseguró.

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