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El humorista Ulises Toirac volvió a sacudir las redes con una reflexión directa, incómoda y profundamente crítica sobre la donación de 4,5 millones de dólares de Catar para rehabilitar parte del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) en La Habana, Artemisa y Mayabeque.
Su mensaje, publicado en Facebook, desmonta las celebraciones oficiales y expone, con una metáfora simple y contundente, la raíz del problema: el SEN no está "roto por un huequito", sino "hecho una mierda tan mierda que ya solo funciona amarrado con soga".
Toirac comienza reconociendo la importancia de la ayuda -"4,5 millones no andan tirados en la calle"- y agradece la contribución catarí, algo que asegura expresa "el sentir de muchos".
Pero a partir de ahí, su análisis se convierte en un retrato descarnado de décadas de desgaste, improvisaciones y parches aplicados por el Gobierno cubano al sistema eléctrico.
Con una comparación doméstica -un par de zapatos que se rompen y que en lugar de repararse adecuadamente se pegan con engrudo, se cosen y finalmente se amarran con soga hasta quedar inservibles-, el actor describe un ciclo de negligencia que ha llevado al SEN a un punto de colapso irreversible.
"Los zapatos finiquitaron, asere", sentencia. "Así pasa con el SEN. Ya ni con soga alrededor".
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El actor subraya que, al ser un sistema electroenergético infinitamente más complejo que unos zapatos, la solución exige mucho dinero, un plan integral de más de siete años y una voluntad política férrea, nada de lo cual ha existido.
"Pero enfócate y hazlo, porque sin electricidad no hay país. Es sí o sí", recalcó.
Para Toirac, los 4,5 millones de Catar equivalen apenas a "el zapatero pal primer huequito", en un momento en que ya hay que enrollar el zapato completo.
Y remata pidiendo al gobierno menos entusiasmo: "Haga la fiesta que usted quiera. Alégrese… No tiene zapatos ¿oyó?".
La donación de Catar: otro salvavidas internacional para un sistema colapsado
La subvención catarí -administrada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)- fue presentada como parte de una iniciativa humanitaria para restablecer servicios esenciales en zonas afectadas por un huracán en el occidente del país.
El proyecto, según anunció el Qatar Fund for Development, beneficiaría a más de 2,2 millones de personas.
Sin embargo, esta ayuda vuelve a revelar una dinámica ya habitual: la dependencia del régimen cubano de fondos internacionales para sostener infraestructuras estatales deterioradas, sin que se generen soluciones a largo plazo ni transformaciones estructurales.
Los recursos, aunque gestionados por organismos multilaterales, terminan reforzando un aparato estatal incapaz de mantener por sí mismo la red eléctrica, los servicios de salud o las cadenas de producción.
Mientras tanto, la población continúa enfrentando apagones diarios, hospitales sin recursos y un sistema energético al borde del colapso.
Un patrón que se repite
La donación catarí se suma a otras ayudas recientes -como las raciones entregadas por el Programa Mundial de Alimentos- distribuidas bajo total control gubernamental y sin mecanismos independientes de fiscalización.
Para muchos críticos, estas nuevas inyecciones financieras funcionan como un paliativo temporal que permite al Estado justificar su inmovilidad, postergar reformas inevitables y seguir administrando la crisis como si fuera una circunstancia pasajera.
En ese escenario, la voz de Toirac destaca porque rompe con la retórica oficial del "agradecimiento" y apunta al problema que nadie en el poder quiere admitir: no falta solo dinero, falta un proyecto real.
Y mientras ese proyecto no exista, cada donación extranjera será apenas otro parche sobre un sistema que ya ni la soga logra mantener unido.
Preguntas frecuentes sobre la donación de Catar al sistema eléctrico de Cuba y la crítica de Ulises Toirac
¿Cuál fue la donación de Catar para el sistema eléctrico en Cuba?
Catar donó 4,5 millones de dólares para la rehabilitación del Sistema Electroenergético Nacional en La Habana, Artemisa y Mayabeque. Esta iniciativa, administrada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), busca restablecer servicios esenciales en zonas afectadas por un huracán en el occidente del país.
¿Qué crítica hizo Ulises Toirac sobre la donación de Catar?
Ulises Toirac criticó que la donación de 4,5 millones de dólares es insuficiente para solucionar los problemas estructurales del sistema eléctrico cubano. Describió el sistema como "hecho una mierda tan mierda que ya solo funciona amarrado con soga", y resaltó que se necesita un plan integral y voluntad política para resolver la crisis.
¿Cuál es el contexto de la donación de Catar a Cuba?
La donación de Catar se enmarca en un patrón de dependencia del régimen cubano de ayudas internacionales para sostener infraestructuras deterioradas, como el sistema eléctrico. Estas ayudas suelen ser soluciones temporales que no abordan las causas profundas de los problemas, permitiendo al estado posponer reformas necesarias.
¿Por qué es importante la crítica de Ulises Toirac sobre el sistema eléctrico en Cuba?
La crítica de Ulises Toirac es importante porque rompe con la narrativa oficial de agradecimiento y pone de relieve la falta de un proyecto real para solucionar la crisis energética. Toirac destaca que el problema no es solo la falta de dinero, sino la ausencia de un plan integral y voluntad política para abordar los desafíos estructurales del país.
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