
Vídeos relacionados:
El régimen cubano sigue asegurando asistencia financiera exterior mientras la crisis energética, el colapso sanitario y la falta de inversiones internas continúan golpeando al país.
El Fondo de Catar para el Desarrollo (Qatar Fund for Development, QFFD) anunció este sábado la entrega de una subvención de 4,5 millones de dólares al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destinada a rehabilitar el acceso a la energía en las provincias de La Habana, Artemisa y Mayabeque.
El acuerdo, firmado en el Foro de Doha 2025, se presenta como parte de una iniciativa humanitaria para restablecer servicios públicos esenciales como hospitales, escuelas y sistemas de producción de alimentos en zonas afectadas por un huracán en el occidente de la isla.
Sin embargo, este tipo de ayudas acaban siendo utilizadas por el régimen como oxígeno político y económico, sin que se traduzcan en una mejora sostenida para la población.
Qatar Fund for Development informó en la red social X que el proyecto beneficiará a más de 2,2 millones de personas.
En la ceremonia participaron Sheikh Thani bin Hamad Al Thani, presidente del consejo de QFFD, Fahad Hamad Al-Sulaiti, su director general, y Alexander De Croo, administrador del PNUD.
Lo más leído hoy:
Por su parte, la oficina del PNUD en Cuba agradeció en X el respaldo de Catar y afirmó que la cooperación permitirá “facilitar el acceso a energía para actividades básicas de la población afectada por los huracanes”.
No obstante, el acuerdo vuelve a poner en evidencia la dependencia del régimen cubano de los mecanismos multilaterales de financiamiento que, aunque gestionados por Naciones Unidas, acaban sosteniendo infraestructuras estatales ineficientes y controladas por el Partido Comunista.
La ayuda internacional —ya sea proveniente de Catar, China o Rusia— ha servido en los últimos años para mantener a flote las estructuras del poder cubano, mientras la falta de reformas económicas reales, la corrupción y la represión continúan profundizando la crisis interna.
El nuevo financiamiento de QFFD se suma a otros proyectos canalizados por el PNUD y organismos de cooperación que, aunque operan bajo marcos humanitarios, terminan reforzando la narrativa oficial de un Estado que sobrevive gracias a la “solidaridad internacional”, mientras la población enfrenta apagones, hospitales sin recursos y un sistema eléctrico al borde del colapso.
En medio de la precariedad y el deterioro, el régimen sigue encontrando vías para acceder a fondos externos y maquillar su fracaso estructural bajo la fachada de proyectos de “resiliencia y desarrollo sostenible”.
El régimen cubano ha aprovechado el impacto de los huracanes para asegurar un flujo constante de ayuda humanitaria internacional que, aunque justificada bajo criterios de urgencia y asistencia social, termina sirviendo como sostén político para un sistema ineficiente.
A la reciente subvención de 4,5 millones de dólares de Catar para restaurar la infraestructura energética en La Habana, Artemisa y Mayabeque, se suman otras acciones similares que refuerzan esta dinámica.
El Programa Mundial de Alimentos entregó recientemente un lote de raciones listas para el consumo destinado a más de 900 mil personas afectadas por los ciclones, con prioridad para menores de edad, embarazadas y adultos mayores.
Sin embargo, la distribución de estos recursos se realiza bajo control estatal, sin mecanismos de fiscalización independientes.
En paralelo, la Cruz Roja Internacional también envió ayuda humanitaria al oriente del país, incluyendo colchones, utensilios de cocina y kits de higiene para más de 500 familias damnificadas.
Estas entregas, si bien urgentes, no han ido acompañadas de reformas estructurales que eviten la recurrencia del colapso social tras cada evento climático.
Desde Europa, España envió 36 toneladas de ayuda humanitaria con destino a Santiago de Cuba, Holguín, Granma y Las Tunas, incluyendo alimentos, productos de higiene, materiales de cocina y suministros escolares.
Esta donación fue canalizada a través de instituciones estatales, lo cual ha generado dudas sobre su destino final y transparencia en su uso.
También desde Asia, una campaña de donaciones coordinada por Vietnam logró reunir más de 170 mil dólares en efectivo y bienes para las autoridades cubanas, consolidando así una tendencia donde los gobiernos afines al régimen refuerzan su legitimidad sin exigir condiciones de reforma ni rendición de cuentas.
Preguntas frecuentes sobre el financiamiento de Catar a Cuba y la crisis energética
¿Cuál es el objetivo del financiamiento de Catar a Cuba?
El objetivo del financiamiento de Catar, a través del Qatar Fund for Development (QFFD), es rehabilitar el acceso a la energía en las provincias cubanas de La Habana, Artemisa y Mayabeque. Esta subvención de 4,5 millones de dólares busca restablecer servicios públicos esenciales en zonas afectadas por un huracán.
¿Quiénes se beneficiarán del proyecto financiado por Catar en Cuba?
El proyecto financiado por Catar beneficiará a más de 2,2 millones de personas en las provincias de La Habana, Artemisa y Mayabeque. Este financiamiento está destinado a mejorar el acceso a la energía y los servicios públicos en estas áreas.
¿Cómo afecta la dependencia de ayuda internacional a la situación en Cuba?
La dependencia de Cuba de la ayuda internacional refuerza infraestructuras estatales ineficientes y controladas por el Partido Comunista. Aunque la ayuda financiera es gestionada por organismos como Naciones Unidas, termina sosteniendo un régimen que no ha implementado reformas económicas reales, agravando la crisis interna del país.
¿Qué impacto tiene la cooperación internacional en la infraestructura cubana?
La cooperación internacional ha permitido mantener a flote las infraestructuras cubanas a través de proyectos humanitarios y de desarrollo. Sin embargo, esta ayuda también contribuye a perpetuar un sistema estatal ineficiente, sin que se vean mejoras sostenidas en la calidad de vida de la población cubana.
Archivado en: