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“La culpa de la escasez no la tienen los acaparadores, sino el gobierno”

"“El revendedor es una persona que acapara un producto cuando escasea para venderlo por un valor mayor. Pero cuando en una tienda existan productos de todo tipo, adiós a los revendedores. ¿Para qué acapararía si en la tienda lo habrá a menor precio?"

Colas en la carnicería La Equidad (Los Fornos), Oro negro © CiberCuba
Colas en la carnicería La Equidad (Los Fornos), Oro negro Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 4 años

El gobierno cubano ha tomado “medidas temporales” para la distribución de productos, con de lograr 'mayor equidad en la distribución de algunos productos inestables en la red comercial y evitar el acaparamiento'. No obstante, más de una voz pide por que se hable de las verdaderas causas del desabastecimiento que inunda la isla y, por supuesto, de los culpables.

Hay que tener una miopía grande para pensar que la culpa es de los revendedores, que solo se aprovechan de la situación. La oferta es menor que la demanda, ahí es donde radica el verdadero problema. Si cualquier producto estuviera disponible en la red de comercio minorista, ¿qué harían los revendedores, que viven del sobreprecio?" comenta el informático Daniel.

Para él, además, “hay mucha gente viviendo lo mejor posible con el menor esfuerzo, aprovechándose de las necesidades y pobreza del resto. Pero no son los revendedores, sino los trabajadores y directivos de comercio que participan de las reventas los principales culpables del desabastecimiento extremo y los únicos que no pagan nada en absoluto. Hay demasiada inoperancia y mediocridad en los que nos gobiernan.

“El revendedor es una persona que acapara un producto cuando escasea para venderlo por un valor mayor. Pero cuando en una tienda existan productos de todo tipo, adiós a los revendedores. ¿Para qué acapararía si en la tienda lo habrá a menor precio? Lo que tienen que hacer es levantar la economía de una vez y dejarse de tanto parche”, indica el cuentapropista de 29 años.

De acuerdo con el bodeguero Rodolfo, de 32 años, “se han adoptado medidas para garantizar productos prioritarios y aumentar las ofertas de pollo, el aceite o el huevo, así como otros de aseo y la canasta familiar, pero la solución no es vender los productos por la libreta ni vender una cantidad limitada por persona, sino producir más para satisfacer la demanda de la población.

Si alguien quiere comprar 20 cartones de huevo y tiene el dinero para pagarlo pues que lo compre y ya, así gana dinero el país y el cliente queda satisfecho. Los acaparadores existen porque la demanda es mayor que la producción, de lo contrario los acaparadores no tuvieran trabajo. Si tanto se preocupan por el desabastecimiento de algunos productos de los mercados, que mantengan contentos a los productores, comercializadores e importadores”, asegura.

Por otro lado, la arquitecta Miriam considera que “la persona que trabaja no puede comprar absolutamente nada. Además, ¿quién controla al trabajador de tiendas y mercados para que no venda por fuera? Vivimos en un círculo de corrupción que jamás cambiará a no ser que cambie el sistema. La necesidad, la falta de valores y la desconsideración provocan esto y más.

“La mitad de la población en edad laboral prefiere emigrar, inventar y no trabajar porque el salario real no alcanza. Y las poquísimas veces que el Estado paga salarios reales adecuados entonces las tiendas y los revendedores disparan sus precios”, refiere.

Asimismo, Ortelio, de 43 años, se pregunta “¿cuánto durarán las medidas temporales? ¿Días, semanas, meses, años? No me creo eso de que las medidas temporales responden a una situación de desabastecimiento. Que no normalicen los problemas.

“Trabajo de lunes a sábado de siete de la mañana a cuatro de la tarde y cuando salgo, no encuentro nada en las tiendas porque venden los productos tempranos. ¿Las nuevas normas vienen a favor de los trabajadores o de los desempleados? El comercio interno de Cuba está diseñado para las personas que no trabajan. Triste realidad. Mientras sea así, el pueblo no se va a sentir compensado y ahí es donde la pirámide se invierte”, afirma.

Las autoridades cubanas han reconocido que la política del país no es incorporar productos a la canasta normada, sino a los mercados de oferta y demanda. Sin embargo, más de una persona quiere saber si la “situación coyuntural” se extenderá durante décadas, así como la libreta de abastecimiento que “llegó para quedarse”.

Mediante la venta controlada los consumidores podrán adquirir en alguna de las más de 13 mil bodegas de la isla los productos que antes se distribuían en los mercados ideales. La venta liberada se llevará a cabo a través del uso de cantidades máximas por lo que cada cliente puede adquirir un número limitado de cada producto.

Entre los productos que serán controlados se encuentran la salchicha, los huevos y el chícharo, y entre los regulados en los mercados de venta liberada, el pollo, el arroz, los frijoles, los jabones, el detergente líquido y la crema dental. Como normados quedan aquellos que integran la llamada “cuota” o que forman parte de dietas médicas.

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