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Carmelita, el curioso modo de nombrar un color en Cuba

Los cubanos llamamos carmelita al color marrón, también conocido en otros lugares del mundo como canela, chocolate, castaño o café. La razón más probable tiene un origen curioso.

Virgen del Carmen, La Habana © CiberCuba
Virgen del Carmen, La Habana Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 4 años

Existe un viejo refrán que reza “para gustos los colores”. Los cubanos tenemos uno que llamamos de un modo muy peculiar: carmelita. Para quien no nos entienda, hablamos del marrón, café, chocolate, canela o castaño.

Los cubanos le hemos cambiado el nombre al color y lo tenemos tan incorporado que a mucha gente no se le ocurre pensar que pueda llamarse de otra manera. Este uso proviene de una cuestión religiosa, la influencia de la Orden de los Carmelitas en Cuba.

¿Quiénes son los frailes y monjas Carmelitas?

La Orden de los Carmelitas tiene sus orígenes en el Monte Carmelo, cerca de la ciudad Haifa. Cuenta la leyenda que el profeta Elías, orando en soledad, vio aparecer una nube cargada de lluvia que calmó una intensa sequía. Así se inicia la adoración a la Virgen del Carmen, como símbolo de amor, fe y renacimiento.

Los Carmelitas Ermitaños / Wikipedia.org

En el siglo XII fue creada la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, conocida como Orden de los Carmelitas, compuesta por religiosos católicos ermitaños, que evolucionó con el tiempo y se extendió por el mundo.

Poco a poco se incorporaron a la orden algunas mujeres. En el siglo XVI Santa Teresa de Jesús, en España, impulsó una importante reforma de la que provienen las "Carmelitas Descalzas" que se extendieron por Latinoamérica.

Los Carmelitas llegaron a Cuba en el siglo XVIII. La primera orden fue fundada en 1702 y continúan presentes en la Isla, aunque con una comunidad religiosa mucho más pequeña que otrora. Eran reconocidos entre la población por su austeridad, por su labor social y por su vestimenta.

Las ropas de esta Orden Católica son de color marrón (carmelita)

Se cree popularmente que de aquí viene el origen del nombre que los cubanos hemos dado al color. Llamándolos “monjes Carmelitas” se estableció una diferenciación del resto de frailes que había en la Isla y poco a poco pasó a identificarse el término con la tonalidad de sus hábitos.

Algo parecido ocurrió en algunas regiones de otros países latinoamericanos como Chile, Bolivia o Colombia donde se usa el término carmelito, con similar origen.

Torre campanario de la Iglesia de la Virgen del Carmen / CiberCuba

La gran familia carmelitana está formada por frailes, monjas contemplativas, religiosas de vida activa y grupos con otras formas de consagración que tienen diversos vínculos con la Orden de los Carmelitas, quienes profesan su devoción a la Virgen del Carmen.

La Orden de las Carmelitas Descalzas actualmente conserva su monasterio en el Vedado. Son monjas de clausura, viven en silencio, soledad y austeridad. Ellas elaboran las hostias que se consagran en la eucaristía, en toda Cuba.

Decir “carmelita” en Cuba, aunque algunos lo desconozcan, es mucho más que mencionar un color. Es un capítulo de la religión de esta Isla que, aun siendo frágil y casi desconocido, vive en la devoción a la Virgen del Carmen.

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Gretchen Sánchez

Branded Content Writer en CiberCuba. Doctora en Ciencias por la Universidad de Alicante y Licenciada en Estudios Socioculturales.


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