Para Oriol, un ingeniero de la industria pesquera en La Habana, el presupuesto estatal cubano es “como un globo inflado”. Su paso por varios departamentos económicos le ha demostrado que, mientras exista la dualidad monetaria que hace que en el sector empresarial un peso convertible (CUC) sea lo mismo que un peso cubano (CUP)*, cualquier análisis económico sobre la forma en que se redistribuyen los recursos en la isla será ficticio.
En palabras de Oriol, el Presupuesto parece sacado de una novela surrealista. “No sé qué se hará mi empresa cuando solo exista el CUP y las divisas por las que hoy podemos obtener todas las materias primas que necesitamos, desaparezcan. No sé cómo le pagaremos a los proveedores o cómo serán pagados nuestros salarios.
“¿Quién hace un presupuesto con varias monedas? ¿Quién entiende que se sumen los CUC y los CUP como si tuvieran verdaderamente el mismo valor? Si no se acaban de unificar las monedas todo seguirá siendo un desastre. Son los bolsillos de unos pocos los que se enriquecen a costa de muchos”, afirma el especialista.
Esa misma tesis es defendida por un usuario que se hace llamar Médico Económico en "Cubadebate" : “Hasta tanto el Presupuesto no quede desglosado, ya sea para los ingresos o para los gastos, reflejando lo que corresponde a MN (moneda nacional), CUC o USD (dólares estadounidenses)... será completamente irreal e incomprensible... un mismo valor nominal expresado para un gasto o un ingreso en monedas diferentes es el mayor engaño que existe a los efectos de la contabilidad... y se acrecienta más aún cuando la tasa de cambio entre ambas es de más de un 2500% de diferencia”.
Lo cierto es que en tanto las tasas de cambio oficiales vigentes expresen que 1CUP=1CUC=1USD*, la cifra total de ingresos al presupuesto estará distorsionada.
Por otro lado, asegura Eliécer que hace rato que no se ve ningún avance en ninguno de los sectores “priorizados”. “El dinero que generan las personas jurídicas y las naturales debiera ser mejor empleado. Ni en la educación, ni en la salud, ni en la seguridad social, ni en la vivienda, uno palpa un desarrollo sustancial. Más bien son ramas que han involucionado en los últimos tiempos”.
El encargado de una cafetería privada de Playa, La Habana, explica que “lo que exigimos es más transparencia, que uno pueda fiscalizar lo que se hace con el Presupuesto, que exista alguna página web donde uno pueda revisar cuánto se está gastando y en qué, que los gobiernos rindan cuentas a los ciudadanos de cómo van a utilizar el presupuesto que sale mayormente de los tributos que los propios ciudadanos pagamos”.
Si bien el presupuesto estatal contempla la Contribución Territorial al Desarrollo Local como una de las fuentes de ingresos para que los gobiernos locales se desarrollen a través de inversiones que generen empleos, resuelvan problemas sociales o ambientales, mantengan los espacios públicos, aumenten las capacidades productivas e incrementen sus ingresos..., en la práctica es palpable un profundo deterioro.
Como diríamos en buen cubano, del dicho al hecho sigue habiendo un gran trecho. El descontrol, el burocratismo, la corrupción y la ineptitud de los directivos son males que hacen que esa contribución sea mal utilizada.
Mirta Pérez, de 52 años, se pregunta: “¿Acaso el retroceso no se ve en los altos mandos? ¿No se nota allí que muchas localidades están cada día peor, con más escasez, más abandono y menos inversiones? ¿Qué sentido tiene seguir construyendo cosas si las que están en pie se están derrumbando? Hay un claro retroceso en los niveles de vida que tiene el cubano.
“¿Cómo crecer en servicios si no hay ofertas y las que hay, la mayoría de las veces están fuera del alcance de la población? ¿Cómo avanzar si los espacios recreativos están subutilizados, los precios de todo tipo de bienes aumentan sin límite y las plantillas están casi congeladas? La población tiene demasiadas dudas y solo se aclararán cuando uno tenga al alcance de la mano el desglose del presupuesto que se destina a cada lugar.
“No hay material y a veces ni personal para trabajar en las escuelas y los hospitales, las carreteras están en ruinas, el fondo habitacional en muy mal estado, los alimentos impagables, el aseo perdido. ¿Todo eso es culpa del bloqueo? Ya ese cuento no hay quien se lo crea”, acota la económica, quien está “loca por retirarse”.
A tenor con Juliana, una estudiante de Contabilidad, “el Parlamento debería cuestionar la forma en que se hace el Presupuesto, tener un papel activo en su conformación, saber más sobre el uso de las divisas que capta el país. Es risible que solo comenzado el año ya haya empresas que, habiendo cumplido sus planes productivos, están paradas por falta de liquidez o de materias primas.
“La eficiencia es una utopía porque el sistema social mismo nos asfixia. Hay demasiado centralismo del Estado y, en la misma medida que le aprietan el zapato a los cuentapropistas, ellos se lo aprietan a la población porque solo así pueden subsistir. Aumentan los tributos, pero también el costo de los productos y los servicios, tanto privados como estatales”, opina.
Amén de que a mediados del 2019 entró en vigor un aumento salarial de un 38% que subió el salario medio del sector presupuestado de 667 a 1 067 pesos y benefició a más de un millón 400 mil trabajadores -la mitad de la fuerza estatal-, el cubano promedio sigue careciendo de los ingresos que le posibiliten solventar una vida digna.
*En realidad el cambio está a 1 CUC x 25 pesos cubanos.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: