Productos de alta demanda popular en las tiendas en CUC de Las Tunas, como aceite, pollo y artículos de aseo, comenzarán a comercializarse a través de las bodegas locales y se despacharán a un miembro de cada núcleo familiar, informó el Periódico 26 de ese territorio.
De acuerdo con la información, la medida comenzará a aplicarse el miércoles en el norteño municipio de Puerto Padre, donde los niveles de pobreza son elevados a pesar de contar con varias de las mejores playas del país, algunas de las cuales son explotadas para el turismo.
Para adquirir los productos (que serán limitados por núcleo y no por persona), un representante de la familia deberá acudir con la libreta de abastecimiento a la tienda que le corresponda según un orden establecido por la Empresa Municipal de Comercio.
Roberto Cabrera Sao, vicepresidente del Consejo de Defensa en ese territorio, justificó la medida como un mecanismo para frenar la acción de acaparadores, coleros y revendedores, y lograr que la mayoría de la población adquiera las mercancías.
"La decisión responde a reclamos de la población", comentó el funcionario, y dijo que con ella se logrará "una mejor organización en el expendio de aceite, pollo y productos de aseo".
Aunque no se detalla si se venderán otros productos, la venta de un litro de aceite quedaría asignada para un núcleo de 4 personas.
Similar iniciativa comenzó a implementarse el pasado 24 de agosto en Villa Clara, donde a cada núcleo –independientemente de la cantidad de miembros– se le ofertó un pomo de aceite, dos paquetes de detergente, dos jabones, una pasta dental, un paquete de pollo, uno de picadillo, dos de salchichas y un desodorante.
Los consumidores villaclareños tenían que presentar al momento de la compra la libreta de abastecimiento y el carné de identidad de uno de los residentes en la vivienda.
Ante la grave crisis alimentaria que golpea al país, las autoridades del régimen insisten en que regular la venta de los productos básicos permite una distribución mucho más equitativa; y justifican estas medidas diciendo que han sido "ampliamente solicitadas por la población".
En La Habana, donde la crisis de alimentos se conjuga con las restricciones para frenar la pandemia del coronavirus, este viernes se están entregando tarjetas especiales a los ciudadanos que vivan en un lugar diferente a la dirección que aparece en su carné de identidad, para que puedan comprar productos alimentarios y de aseo en las tiendas de la localidad donde residen.
El gobierno implantó ese mecanismo tras múltiples protestas de la población, luego de que se anunciara que a partir del 1ro de septiembre los habaneros solo podrían comprar en las tiendas ubicadas en sus municipios de residencia a fin de detener la propagación del COVID-19.
Luis Carlos Góngora Domínguez, jefe del grupo temporal de comercio del Consejo de Defensa Provincial (CDP), explicó que las tarjetas son personales, no familiares, y tendrán una vigencia de 15 días prorrogables.
Todas estas iniciativas para la distribución de alimentos en el país contrastan con la ineficiencia estatal para llevar a la mesa del cubano lo poco que producen las tierras, y definitivamente no resuelven la situación crítica que enfrentan decenas de familias en la isla para comer cada día.
Hace un mes se supo que la cosecha de mangos en Santiago de Cuba, donde se producen los mejores ejemplares de esa fruta en el país, se pudrió por negligencia del Estado a la hora de acopiarlos.
Según denuncia la santiaguera Taimara Esparraguera residente en La Elvira, municipio Songo La Maya, por medio de una misiva enviada a la prensa, al iniciarse la recolección esta temporada no había envases, pero se acopiaba la fruta en sacos.
La situación descrita no es exclusiva de las provincias mencionadas en este artículo, sino que abarca todo el país.
La semana pasada una mujer denunció en redes sociales que en los quiscos de Matanzas solo hay ron a la venta.
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