El municipio de Camagüey está fuertemente afectado por el dengue, y muestra uno de los más altos registros de casos en el país y el más elevado en la provincia.
La situación podría agravarse por varios factores. Uno de ellos es que el territorio no cuenta con el combustible suficiente para mantener los ciclos de fumigación necesarios.
En este momento solo se fumiga en las manzanas en las que hay enfermos y se analiza si hacerlo también donde se detecten nuevos focos.
Los especialistas de salud temen que la situación empeore tras las intensas lluvias que provocó la tormenta tropical Eta en los últimos días, que favorecen la propagación del mosquito Aedes aegypti, causante de la enfermedad.
En las zonas de Jayamá y Santayana, ubicadas en el consejo popular Julio Antonio Mella, de cada 10 enfermos estudiados cuatro dieron positivos al dengue. Otras áreas duplican estas cifras.
Como en ocasiones anteriores, las autoridades han hecho recaer en la población la principal responsabilidad de evitar más contagios.
Según un artículo del semanario Adelante, el Partido y el Gobierno han llamado a resolver problemas detectados en las comunidades que van desde zanjas que no drenan, enyerbamiento, suciedad en las casas y fosas destapadas.
Aunque los organismos que radican en cada zona deben apoyar con mano de obra y recursos, serán los vecinos los que deberán hacer el mayor trabajo.
La ciudadanía debe colaborar también en la divulgación de la fecha en que los operarios de la campaña visiten las viviendas, garantizar que estas estén abiertas ese día y vigilar que se fumiguen los patios.
“Y muy importante, deben velar porque las personas no permanezcan con fiebre en las casas. Unos 30 evadieron el ingreso y se quedaron en sus hogares, arriesgando la vida de aquellos que le rodean”, denunció Adelante.
La provincia ha destinado 65.000 litros de diésel para la campaña antivectorial, de los cuales 60.000 fueron para el municipio cabecera.
Por otra parte, más de 300 personas que no pertenecen al sector de la Salud fueron movilizadas para esta labor, mientras que especialistas apoyados por estudiantes de Medicina realizan las pesquisas en los consultorios.
Pese a que en los últimos meses la pandemia de coronavirus ha centrado la atención del país, no han dejado de reportarse casos de dengue en varias provincias.
A finales de septiembre residentes en Placetas, Villa Clara, denunciaron a CiberCuba la reaparición de un brote de la enfermedad, con al menos siete pacientes diagnosticados, entre ellos varios niños.
En junio Carilda Peña García, directora de vigilancia y lucha antivectorial del Ministerio de Salud Pública, anunció el inicio de una campaña que incluiría revisión de viviendas y fumigación en zonas de mayor riesgo epidemiológico, esa actividad no llegó jamás a Placetas.
“¿Con qué van a fumigar si no hay combustible ni para las ambulancias?”, comenta una vecina a CiberCuba.
También en Santiago de Cuba una decena de personas del consejo popular de Boniato fueron diagnosticadas con dengue.
Según una información del semanario oficialista Sierra Maestra, en ese mes el área de salud Ernesto Guevara tenía seis manzanas con transmisión y una elevada focalidad, incluso por encima de la media municipal.
Habitantes de la zona relataron que había salideros por todas partes, microbasurales, fosas desbordadas y baches llenos de agua, en medio de la desidia de las autoridades responsables de la higiene.
“Ahora la cosa se puso mala y mandaron bastante gente de comunales a chapear, a sanear, a eliminar todo lo que pueda empeorar la situación. Hicieron un barrio-debate donde trataron de convencernos de que el problema estaba en las casas, y que ahora el mes de septiembre es el más malo para el dengue, y yo pregunté: si es así, ¿por qué llegamos con tan mala situación higiénica, con mucha basura acumulada, con zonas verdes enyerbadas, y otros problemas similares?”, comentó uno de los residentes a CiberCuba.
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