Aunque las autoridades sanitarias insisten en que los casos de dengue y chikungunya muestran una “ligera mejoría”, el propio Ministerio de Salud Pública (MINSAP) reconoce que la realidad es mucho más grave de lo que reflejan las estadísticas oficiales, y es que hay que recordar que en Cuba, miles de enfermos no aparecen en los reportes porque nunca llegan al médico.
La viceministra de Salud Pública, Carilda Peña García, admitió este lunes en la televisión estatal que, pese a una disminución de la fiebre y de algunos indicadores clínicos, “la curva sigue en la zona de epidemia” y todas las provincias, excepto Matanzas, permanecen dentro del corredor epidémico. El reconocimiento llega en un contexto marcado por la circulación simultánea de dengue y chikungunya, una combinación que mantiene en vilo a la población.
Según la funcionaria, los casos sospechosos de dengue incluso registraron un ligero incremento en la última semana, mientras provincias como La Habana, Santiago de Cuba, Guantánamo, Artemisa, Mayabeque, Pinar del Río y Las Tunas concentran las mayores tasas de incidencia.
En el caso del chikungunya, aunque se reporta una disminución, el virus sigue golpeando con fuerza, especialmente en territorios como La Habana, Matanzas, Cienfuegos y Camagüey.
Sin embargo, detrás de esas cifras hay una realidad que el propio Gobierno ha reconocido públicamente, y es que los números no reflejan la magnitud real del brote. Semanas atrás, el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología del MINSAP, admitió en el programa Buenos Días que muchas personas enfermas no acuden a los servicios médicos y, por tanto, no son registradas oficialmente.
“La información que se recoge en las estadísticas no siempre se corresponde con la realidad”, reconoció Durán, al explicar que el miedo, la falta de medicamentos, la saturación de policlínicos y hospitales, y la desconfianza en el sistema empujan a miles de cubanos a tratarse en casa. El resultado es un subregistro masivo que minimiza el impacto real de la epidemia.
Lo más leído hoy:
Mientras en televisión se habla de control, en los hogares cubanos se vive otra historia, con personas postradas por dolores intensos, familias sin acceso a analgésicos básicos, niños enfermos atendidos en casa y adultos que evitan ir al hospital porque saben que no encontrarán medicamentos.
La propia viceministra alertó de que los menores de 18 años, incluidos lactantes y recién nacidos, siguen siendo el grupo más afectado, con decenas de pacientes graves y críticos en terapia intensiva.
A esto se suma la advertencia oficial sobre las fiestas de fin de año. Peña García pidió especial cuidado con los adolescentes y jóvenes que han padecido la enfermedad, recordando que el período de convalecencia puede provocar recaídas graves si no se guarda reposo. Un llamado que contrasta con la precariedad de un sistema que, según admitió Durán, no logra cubrir ni siquiera el plan de fumigación por falta de equipos y personal.
Aunque las autoridades destacan que más del 80% del universo urbano ha sido fumigado y atribuyen parte del “control” al clima, el propio MINSAP ha reconocido que las acciones antivectoriales siguen siendo insuficientes y que la infestación por el mosquito Aedes aegypti continúa en niveles elevados.
En este escenario, los datos oficiales funcionan más como un techo que como un reflejo fiel de la crisis. La epidemia que aparece en los partes diarios es solo una parte de la que se vive en las calles y en las casas, donde miles de cubanos enferman sin diagnóstico, sin pruebas y sin atención médica.
Preguntas frecuentes sobre el brote de dengue y chikungunya en Cuba
¿Cuál es la situación actual del dengue y chikungunya en Cuba?
La situación del dengue y chikungunya en Cuba es crítica, con una epidemia activa que afecta a todas las provincias excepto Matanzas. A pesar de las declaraciones oficiales sobre una "ligera mejoría", el Ministerio de Salud Pública ha reconocido que las cifras no reflejan la magnitud real del brote. La falta de medicamentos y el colapso del sistema sanitario han llevado a muchos cubanos a tratarse en casa, contribuyendo a un subregistro masivo.
¿Qué medidas se están tomando para controlar la epidemia en Cuba?
Las autoridades cubanas han implementado campañas de fumigación y abatización, aunque el control de la epidemia sigue siendo insuficiente debido a la falta de equipos y personal. Solo el 79% de las acciones planificadas se han cumplido, y el índice de infestación por el mosquito Aedes aegypti sigue siendo alto. Además, se están realizando ensayos clínicos del medicamento Jusvinza para tratar síntomas crónicos del chikungunya.
¿Por qué muchos cubanos no acuden al médico durante esta crisis sanitaria?
Muchos cubanos evitan acudir al médico debido a la falta de medicamentos y al colapso de los servicios de salud. La saturación de los hospitales y policlínicos, junto con la desconfianza en el sistema, ha llevado a que miles de personas prefieran tratarse en casa. Además, el miedo y la desesperación por los intensos dolores asociados con estas enfermedades agravan la situación.
¿Qué grupos de la población cubana están más afectados por el chikungunya?
Los menores de 18 años son el grupo más afectado por el chikungunya en Cuba. Decenas de niños y adolescentes se encuentran en estado grave o crítico en terapia intensiva. La enfermedad ha mostrado ser particularmente severa en edades tempranas, lo que ha llevado a las autoridades a instar a los padres a buscar atención médica ante cualquier signo de alarma.
Archivado en:
