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Cubana vive con filtraciones desde 2013 y cuando llueve el agua corre por los tomacorrientes

La filtración que está dentro de las paredes provocó el deterioro de los bloques y rajaduras que van del techo al suelo.

La Habana (Imagen referencial) © CiberCuba
La Habana (Imagen referencial) Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 3 años

Una cubana lleva desde 2013 viviendo con filtraciones en su apartamento y pese a sus múltiples gestiones y reclamaciones, nadie le ha resuelve el problema.

Regla Caridad Verdecia Carrillo, residente en la calle E, entre 12 y Paseo, en el reparto Altahabana del municipio capitalino de Boyeros, acudió como última opción a la sección Acuse de recibo, del diario Juventud Rebelde, que ya ha publicado dos veces su situación.

La mujer relató que estuvo albergada muchos años con su familia, hasta que en 2012 les dieron por fin un apartamento en un edificio nuevo, construido por la ECAL 3. Su alegría les duró poco, porque al año siguiente comenzaron los problemas.

“Cuando llueve el agua corre por lámparas y tomacorrientes, cae encima de los colchones. Se extiende por toda la casa. Esta severa filtración que está dentro de las paredes ha provocado el deterioro de los bloques y, por ende, rajaduras en las paredes que van del techo al suelo”, detalló.

“Esta severa filtración que está dentro de las paredes ha provocado el deterioro de los bloques; y, por ende, rajaduras en las paredes que van del techo al suelo”, añadió.

Tras múltiples quejas ante el Gobierno y la Fiscalía municipal y provincial, la Asamblea Nacional del Poder Popular e incluso el Consejo de Estado, en mayo de este año la visitó el presidente del Poder Popular de Boyeros, quien comprobó el peligro de la situación. Pero no se resolvió nada.

La primera queja de Regla Caridad en Juventud Rebelde salió publicada el pasado 7 de octubre. Al día siguiente fueron a verla a su casa la directora municipal de vivienda y el funcionario que atiende construcción en el Gobierno. Le comunicaron que en 48 horas tendría una respuesta y le dejaron sus números de teléfono para estar en contacto.

“La respuesta todavía la estoy esperando. Y en cuanto al contacto, cuando lo intento no responden o lo hace la secretaria porque están reunidos”, denunció la perjudicada.

“A raíz de esas evasivas me di la tarea de contactar con otras entidades, y recibí respuesta de la Dirección Provincial de la Vivienda: me informaron que mi expediente se encuentra en un archivo pasivo, pendiente de mantas, que no se sabe cuándo entran al país”, agregó.

Solo el funcionario que atiende construcción que la visitó le aseguró que se estaban comprando los materiales y que se estaban haciendo específicamente para su edificio, porque había que repararse todo el techo, no solo su parte, ya que había daños en otros apartamentos.

“¿Para que dan falsas esperanzas sobre algo tan serio que lleva siete años sin resolverse y ya atenta contra la vida de nosotros?”, cuestionó la mujer.

“Desde aquí exhorto a funcionarios a otros niveles que, por favor, vayan a mi vivienda y observen su estado crítico. Analicen si esto puede esperar siete años más. Lo que yo pueda describir aquí es poco o simplemente parecería una exageración. Si no lo tocan con sus manos no van a saber la envergadura de lo que aquí expreso. Y va a suceder lo peor”, subrayó.

“Lo vengo informando a todos los niveles. Luego de esto ya no hay solución, porque una disculpa o una nueva vivienda no tienen el valor de una vida perdida”, concluyó.

La escasez de viviendas es uno de los principales problemas en Cuba. Un reciente Informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) concluyó que un 47 por ciento de las viviendas en la Isla necesita reparación y un 5 por ciento está en peligro de derrumbe.

Recientemente una madre de dos hijas menores de edad que vive en un edificio en peligro de derrumbe en La Habana, acusó al Gobierno de no responder a las quejas de las familias cubanas.

Elizabeth Valdés, de 42 años, vive con su pareja y sus hijas en una edificación en ruinas de la Habana Vieja que fue declarado inhabitable en 1974. El inmueble ha sufrido tres derrumbes parciales y pese a que la mujer ha escrito al gobernante Miguel Díaz-Canel y a varios funcionarios, nadie le da una respuesta.

“Sin salarios justos no se pueden arreglar casas, mucho menos un edificio. Es ‘estática milagrosa’, como la mayoría de las construcciones de La Habana. Hoy una vez mas se despierta la incertidumbre de ¿Qué pasará con nosotros?”, cuestionó.

En octubre la agencia de prensa independiente CubaNet mostró el caso de una familia en La Habana Vieja, cuya casa está al lado de un edificio en ruinas que podría venirse abajo en cualquier momento.

La edificación, en peligro de derrumbe, apunta directamente al patio interior de la casa contigua y por ello constituye un peligro mortal para sus residentes. Estos han denunciado el caso a la Dirección de Vivienda, pero las autoridades han demorado más de una década en demoler la construcción.

Ya ocurrió una desgracia en 2009, cuando el techo de una de las viviendas cayó y mató a una anciana.

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