El cubano Eduardo Gil, de 52 años, compareció ante una corte en Miami luego de ser acusado de molestar sexualmente a su propia hija, desde que esta tenía solo seis años.
De acuerdo con un reporte de AméricaTevé, la víctima se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico, ya que en 2018 intentó quitarse la vida. Fue quien declaró a su terapeuta que su padre había comenzado a abusar de ella desde que tenía seis años. El medio no ofrece más detalles sobre el proceso.
Otros casos similares han salido a la luz este año. A comienzos de marzo, Pedro Pérez Barrera, un anciano de 67 años y de origen cubano, residente en Hialeah, también tuvo que rendir cuentas a las autoridades tras ser acusado de abusar sexualmente de una niña durante un periodo de cinco años.
El propio Pérez Barrera se entregó a las autoridades después de que la pequeña de 10 años le contara a su madre que el novio de la señora que la cuidaba la violó 15 veces desde que tenía cinco años. Según el informe policial, el anciano aprovechaba el descuido de su esposa para abusar de la menor.
Un tribunal de Miami también procesó en julio pasado a Elzide Trujillo, un cubano residente en esa ciudad que presuntamente violó a su hijastra repetidas veces desde 2018, cuando la niña tenía solo nueve años.
La menor relató que fue violada por su padrastro de 47 años desde agosto de 2018 en al menos 13 ocasiones.
Jorge Enrique Caraballo, un cubano de 43 años, fue acusado en agosto de acoso sexual a su hijastra de 11 en Hialeah. La madre de la víctima relató que un mes antes, Caraballo le había mostrado los genitales a la menor y le pidió que los tocara, algo que la niña no hizo.
De acuerdo con los estatutos, en Florida cualquier individuo que sospeche el abuso sexual de un/a niño/a o un/a adulto/a vulnerable tiene la obligación legal de reportarlo, y puede hacerlo además de forma anónima.
Todos los reportes deben hacerse a la línea central de abusos. Los casos sobre los que el Departamento de Niños no tiene jurisdicción (abuso por parte de un adulto que no sea un padre o una madre, tenga custodia legal, cuidador u otra persona responsable por el bienestar del/de la niño/a) son inmediatamente enviados por vía electrónica a la oficina del alguacil del condado apropiado, desde la línea central de abuso.
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