Una vecina de Santiago de Cuba, identificada como K.N., compartió a través de redes sociales su indignación al comprobar que el personal diplomático en Cuba tiene prioridad sobre los nacionales en las colas para comprar en las tiendas en dólares.
Según la gerente de la tienda Vista Alegre (de Cubalse) no podían entrar más usuarios pero sí lo hicieron trabajadores de la embajada francesa, denunció la usuaria en un post de Facebook en el que compartió imágenes de lo sucedido.
Ante esta situación, la ciudadana reclamó una explicación sobre la prioridad que ostentan los extranjeros sobre los cubanos, siendo que todos van a pagar por igual sus compras. Pero el policía a cargo de mantener el orden le explicó que los extranjeros tenían “inmunidad”.
“Entraron porque tienen más derecho que los cubanos a entrar en la tienda. Se reclamó nuestro derecho por ser ciudadanos cubanos, pero el suboficial 23405, policía a cargo de la disciplina, dijo que era lo correcto, que entrarían por ser extranjeros y por tener inmunidad”, relató.
Desde la creación de las llamadas tiendas en MLC, la población cubana sufre por lo que considera una discriminación hacia las personas más desfavorecidas y sin posibilidad de acceso a las divisas.
Sin embargo, lejos de decretar su desaparición, el gobierno cubano ha continuado abriendo nuevos establecimientos para captar unas divisas que cada vez le resulta más difícil conseguir, justificando su proliferación por “necesidad”.
“No sabe que inmunidad no es derecho sobre la ciudadanía cubana. Nuestros derechos como cubanos fueron pisoteados dentro de nuestra propia tierra”, protestó la usuaria por el trato discriminatorio sufrido.
“Lo peor es que un oficial de la policía apoya está violación, ¡y hasta me arrebató el móvil!”, relató esta cubana que, al igual que muchos otros ciudadanos, no encuentra explicación a unas reglas no escritas que siguen discriminando a los nacionales mediante un trato de favor a los extranjeros.
A finales de enero pasado se conoció la noticia de una cubana que protestó por haber sido expulsada del Centro Comercial Palco, de La Habana, luego de que el director del lugar le informara que solo estaba permitida la entrada de diplomáticos.
“Me dijeron que en esa tienda solo podían entrar los diplomáticos. Los trabajadores trataron de explicarme muy apenados, pero fue entonces cuando apareció el director general del Centro Comercial Palco y me informó que el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno (Rodríguez Parrilla) había dado esa orientación", contó Malinalli García.
Además, García relató que el director del centro comercial afirmó que él también apoyaba que a los cubanos les prohibieran la entrada a esa tienda, pues "según su experiencia, dejaban mucho que desear".
"Sin importarle que otras personas escuchaban, dijo que los mismos diplomáticos que se encuentran brindando servicio en Cuba, solicitaron al MINREX que no permitieran que los cubanos entraran a esa tienda y que Bruno había aprobado esa solicitud. Luego con una prepotencia alarmante me dijo: ¡Ustedes tienen su tienda!".
Con la eliminación de la dualidad monetaria contemplada en la llamada “tarea ordenamiento” se suponía que, al existir una sola moneda, dejarían de producirse las aberraciones de otros tiempos, cuando existían las tristemente célebres “diplotiendas”, locales comerciales a los que solo podían acudir extranjeros y personal diplomático, y algunos cubanos privilegiados con dólares, como artistas y deportistas, entre otros.
Sin embargo, el encarecimiento de la vida que ha supuesto para los cubanos la unificación monetaria, sumado al desabastecimiento generalizado en el comercio minorista, han dado por resultado que los ciudadanos tengan que hacer largas colas para adquirir productos en tiendas en MLC, en las que muchas veces se agotan las existencias antes de atender a los clientes que aguardaron durante horas para comprar.
En desacuerdo con las tesis del gobierno, el economista Elías Amor sostiene que las tiendas en MLC “no son necesarias ni constituyen una medida imprescindible de ningún tipo. Más bien, al contrario, representan una profunda injusticia social y colocan al estado comunista cubano, a la llamada “revolución”, en una posición difícil de justificar a nivel internacional”.
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