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Científico cubano Oscar Casanella narra odisea con su familia para llegar a EE.UU.

“Mi esposa ya con siete meses de embarazo, mi hijo de cuatro años y yo tuvimos que montar caballos de madrugada, cruzar ríos, barrancos, hacer caminatas e ir escondidos y en formas muy incómodas dentro de diferentes medios de transporte”, relató.

Esposa e hijo de Oscar Casanella duermen varados en el aeropuerto © Facebook / Oscar Casanella
Esposa e hijo de Oscar Casanella duermen varados en el aeropuerto Foto © Facebook / Oscar Casanella

Este artículo es de hace 2 años

El bioquímico y activista cubano Oscar Casanella relató la odisea que supuso el viaje con su mujer embarazada y su hijo de cuatro años para llegar a Estados Unidos, luego de enfrentar una cadena de obstáculos a su paso por cuatro países.

Los aeropuertos de Nicaragua, México, Colombia y Costa Rica formaron parte del periplo de la familia que incluyó cabalgatas, cruzar ríos y barrancos, hacer caminatas y viajar escondido en diferentes medios de transporte.

En una publicación de Facebook este viernes, Casanella narró “la difícil travesía” de su familia “para ponerse a salvo y fuera del alcance de la dictadura cubana”. Con su mujer embarazada con más de seis meses y su hijo pequeño, el científico salió de Cuba el 10 de diciembre de 2021 y llegó a Estados Unidos luego de 37 días de duro peregrinaje.

Luego de obtener los correspondientes permisos para viajar, “el régimen de Nicaragua rechazó la entrada de mi familia, informándome de esta decisión cuando me encontraba haciendo una escala de aeropuerto”.

Valiéndose de la excusa de que el test de COVID-19 no era un PCR, sino un test rápido de antígeno de SARS CoV-2, Nicaragua vetó la entrada de la familia, obligándoles a viajar hasta el aeropuerto de Ciudad México, donde fueron detenidos, les retiraron los teléfonos, el equipaje y los separaron, dejando al niño con la esposa.

Sin entrar en detalles, el activista contó que de Ciudad México fueron a parar al aeropuerto de Bogotá, en Colombia, donde “estuvimos una semana de limbo migratorio, bajo riesgo de ser devueltos a Cuba, sin bañarnos, durmiendo en el piso”.

“Gracias a varios amigos”, consiguieron que las autoridades migratorias de Colombia les entregaran un salvoconducto para poder salir del aeropuerto. Con la intención de volver a intentarlo por Nicaragua, se repitieron las pruebas de PCR.

“Fuimos rechazados por segunda vez por el régimen de Nicaragua, quedando varados en el aeropuerto de Costa Rica en otro limbo migratorio”. Casanella no explicó qué motivos tuvieron las autoridades nicaragüenses para rechazarlos por segunda vez, pero el patrón de comportamiento de estas con los activistas cubanos sugiere un contubernio con las autoridades cubanas.

Ante la negativas de Nicaragua, el activista y su familia voló a Costa Rica. Finalmente, consiguieron un salvoconducto y lograron salir del aeropuerto Juan Santamaría de la capital de ese país y continuaron viaje irregular hacia la frontera sur de Estados Unidos.

Según relató, esta travesía fue “extremadamente difícil” pues la hicieron de manera ilegal “evitando ser detectados por los agentes de migración de los países centroamericanos, temiéndole principalmente a Migración Nicaragua y a Migración México”.

“Mi esposa ya con 7 meses de embarazo, mi hijo de 4 años y yo tuvimos que montar caballos de madrugada, cruzar ríos, barrancos, hacer caminatas e ir escondidos y en formas muy incómodas dentro de diferentes medios de transporte”, dijo.

Mes y medio después de haber abandonado Cuba, la familia llegó a “El Paso”, Texas. “El día 16 de enero llegamos y nos entregamos a las autoridades migratorias de EE.UU. Fuimos liberados el día 18 de enero y llegamos el día 19 al aeropuerto de Miami”, indicó.

"Voy a seguir desde aquí, haciendo por que Cuba sea democrática, por que Cuba sea el sueño que tuvo Martí, una Cuba con todos y para el bien de todos", aseguró el activista a su llegada a Miami. "Pienso que ahora desde esta posición voy a poder hacer más, ya estaba totalmente neutralizado en Cuba", argumentó.

Casanella, de 42 años, comenzó a sufrir presiones de sus jefes y la Seguridad del Estado en 2013, por su cercanía con opositores políticos. Al no ceder, terminó siendo expulsado de su trabajo como profesor en la Universidad de La Habana e investigador.

Huelguista de hambre durante el acuartelamiento del Movimiento San Isidro, Casanella abandonó el ayuno por razones familiares. Desde entonces se mantuvo muy activo como activista a través de sus redes sociales.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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