El escándalo provocado por el abuso infligido a un gato durante la Feria Internacional Agroindustrial Alimentaria (Fiagrop) ha llevado a las autoridades cubanas, en cuestión de horas, a dar respuesta gubernamental, sancionar administrativamente a presuntos responsables y a dedicar este domingo un editorial al maltrato animal en el Noticiero Estelar de la Televisión Cubana.
Con el video del bochornoso espectáculo de fondo, el periodista Lázaro Manuel Alonso se encargó de dar visibilidad a los hechos ocurridos el pasado viernes, cuando supuestos “vaqueros” y un payaso entretuvieron al público de Fiagrop enlazando un gato en el Recinto Ferial de Rancho Boyeros.
A la par de mostrar su desaprobación, el periodista enfocó el malestar expresado en redes sociales desde el punto de vista de una institucionalidad y una administración "preocupadas" por el bienestar animal, conscientes de las limitaciones normativas y dispuestas a avanzar en derechos para los animales mediante la educación, la legislación y la aplicación de duras sanciones a los infractores.
“Impotencia, rabia, vergüenza, repugnancia... son solo algunos de los sentimientos y emociones que en avalancha hemos recibido en redes sociales”, afirmó Alonso en su editorial, indignado por el maltrato “con singular nivel de crueldad a un gato”, en “la feria agropecuaria más importante del país”.
La rapidez y la atención prestada a esta denuncia de animalistas cubanos en redes sociales contrasta con el agresivo rechazo que provocan en los medios oficialistas las denuncias de otros activistas sobre violaciones de los derechos humanos en Cuba.
Mientras la televisión y el propio Alonso, junto a otros voceros de la dictadura, han difamado y mentido sobre estos últimos en los espacios informativos controlados por el régimen, sorprende la rápida sintonía de los periodistas oficialistas con el malestar y las denuncias de la sociedad civil interesada en el bienestar animal.
Con más de un millar de presos políticos en las cárceles, con centenares de manifestantes encarcelados por participar en las históricas protestas del 11J exigiendo libertad y un cambio en Cuba, con decenas de ellos enfrentando elevadas penas de prisión por cargos de sedición -cuando lo único que hicieron fue expresar rechazo al gobierno y a la política represiva de la dictadura-, con madres desesperadas y familias destruidas, la prensa oficialista controlada por el régimen totalitario se ha vuelto sensible a las preocupaciones de la ciudadanía sobre el bienestar animal.
Según López, el caso de maltrato animal de Fiagrop es “la punta del iceberg de un problema mucho mayor... y es la insuficiente protección que aún en Cuba existe para los animales”.
La hemeroteca está llena de denuncias sobre violencia y acoso policial, detenciones arbitrarias, golpizas, secuestros, amenazas, torturas, censuras y otras prácticas que los activistas cubanos señalan como violatorias de sus derechos civiles y políticos, y exponentes del terrorismo de Estado del régimen cubano, pero de momento no se ha visto en la televisión un reconocimiento semejante al del problema del bienestar animal.
El régimen cubano está dispuesto a reconocer que el “rodeo del gato” es la punta del iceberg de un problema mayor; y lo es. Su preocupación, hecha editorial televisivo este domingo, llega al punto de censurar hasta las peleas de gallos “que algunos justifican con supuestas expresiones de cubanía, pero que en esencia son lesiones y agresiones”, y que forman parte del patrimonio de la familia del comandante Guillermo García Frías y su conglomerado empresarial de Flora y Fauna.
“El empleo de caballos para tirar de coches sin el debido descanso, alimentación e hidratación”; “las capturas de animales en la vía pública y las condiciones en zoonosis”; “el cautiverio al que son sometidas especies, incluso endémicas (aves), o la cacería furtiva, o expresiones de abuso en los zoológicos”; “o las ilegales peleas de perros”, fueron señaladas en la televisión cubana como parte de una falta de cultura de los derechos de los animales.
Receptivos a la indignación de la ciudadanía con estas expresiones de barbarie en la Isla, el editorialista propuso la posibilidad de afrontar el maltrato animal desde sanciones que trasciendan el ámbito administrativo y sean tratadas por el derecho penal. “La ocasión es ahora, con el nuevo código penal”, indicó Alonso, para quien las multas de miles de pesos impuestas por las autoridades competentes le parecen medidas poco eficaces.
El rechazo al maltrato animal no se percibe solo entre “los que entregan su vida por los animales”, sino hasta por “el propio Miguel Díaz-Canel, quien ha sido enfático en Twitter”, dijo el periodista oficialista mientras proyectaba un tuit del gobernante.
Ensalzando la claridad del Decreto Ley 31, y mostrando disposición de reforma en este ámbito, Alonso terminó su reflexión citando a Mahatma Gandhi: “La grandeza de una nación se mide por la manera en que trata a los animales”.
Pretender grandeza en la Cuba del régimen totalitario que pisotea los derechos más elementales de su población, tras una presunta sensibilidad contra el maltrato animal, recuerda esa otra frase de León Tolstói: “No hay grandeza donde faltan la sencillez, la bondad y la verdad”.
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