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La Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC) cerró el año 2024 con un contundente llamado a la defensa de la libertad creativa y la denuncia de la censura que afecta al cine cubano.
En un comunicado difundido en su perfil oficial de Facebook, la organización destacó los retos enfrentados por los cineastas independientes y exigió un cambio en las políticas culturales del país.
“Nuestra cultura no puede seguir siendo conducida por los mismos represores y censores de larga impunidad. El daño acumulado por sus años de ejercicio está a la vista”, afirmó la ACC, señalando directamente a las autoridades responsables del deterioro de las estructuras del cine en la isla.
El documento detalla una serie de problemas que aquejan al sector, entre ellos la constante emigración de artistas, la escasez de espacios de exhibición, las trabas financieras y la exclusión arbitraria de obras y creadores.
Según la Asamblea, estas prácticas reflejan un temor institucional al libre ejercicio de las ideas: “Se prefiere ocultar, maquillar o simplificar la realidad, mientras se otorga a la cultura una función meramente didáctica, propagandística o decorativa”.
En este contexto, la organización denunció un nuevo acto de violencia institucional dirigido contra el joven cineasta Orlando Mora, cuyo filme “Matar a un Hombre” fue censurado en el recién concluido Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
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El evento, marcado por un tono triunfalista, sirvió como escenario para un encuentro entre los máximos dirigentes de la cultura cubana y las autoridades del país.
Sin embargo, la escasa presencia de cineastas independientes en el Festival dejó al descubierto la exclusión sistemática que enfrenta el gremio y eludir los verdaderos problemas del cine cubano, como la censura y la falta de espacios para el debate.
La ACC señaló que estas mismas autoridades, destinatarias de sus informes y demandas, continúan ignorando las exigencias del sector.
A pesar de que la Constitución cubana garantiza el derecho a la participación y el diálogo, los cineastas no han recibido respuesta alguna, evidenciando un patrón de inacción que refuerza las barreras impuestas al desarrollo del cine independiente en la isla.
Pese a estas dificultades, la ACC destacó el trabajo realizado durante el año, y mencionó a la revista “Alterna”, con dos números publicados, la cual sirvió como plataforma para reflexionar sobre el cine cubano y sus retos.
Además, la Asamblea dio seguimiento al Fondo de Fomento del Cine Cubano, señalando irregularidades en su gestión.
La organización alertó sobre los intentos de manipulación de este mecanismo por parte de las autoridades culturales, afirmando que “manipular su sentido, violar su reglamento e interferir en sus resultados tiene como único fin instaurar la ingeniería inversa de la censura y silenciar proyectos no convenientes”.
La ACC también dedicó espacio para homenajear a las figuras del cine cubano fallecidas este año, incluyendo a Sergio Giral, Víctor A. Cedeño, Jonal Cosculluela, Carlos Massola, Inima Fuentes y Corina Mestre, reafirmando su compromiso con la memoria cinematográfica de la isla.
De cara al futuro, la Asamblea reiteró su responsabilidad como cineastas y artistas frente a la sociedad cubana: “Nuestros filmes no pueden ser eco de esa autodestructiva evasión”, señalaron, enfatizando que la cultura tiene un rol crucial en la transformación del país.
En un llamado final, afirmaron: “La inercia o el silencio no pueden ser el camino. Es preciso recapitular, proponer, transformar y soñar”.
El comunicado cierra con una mirada esperanzadora, aunque firme, en el compromiso de los cineastas independientes con la lucha por un cine libre de censura, que refleje las realidades de Cuba y contribuya al cambio necesario para su sociedad.
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