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Peloteros, aficionados, antiguos compañeros de equipo y pueblo de Matanzas en general asistieron a darle el último adiós a Jorge Luis "Tati" Valdés, el legendario lanzador que murió el martes a los 63 años.
La ceremonia de honras fúnebres de Valdés se efectuó en el estadio Victoria de Girón, de la capital matancera.
Veteranos del béisbol acudieron a rendir tributo al emblemático "Zurdo de Oro" y recordaron anécdotas vividas junto a él.
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"De Valdés se pueden decir muchas cosas, tuve la oportunidad de compartir con él durante 18 Series y puedo dar testimonio de la humildad y la nobleza que le caracterizó; era un tipo que no tenía nada para él, dispuesto siempre a ayudar", relató al periódico Girón el exbateador derecho Lázaro Junco, gloria del deporte cubano.
"Los primeros zapatos para jugar béisbol, marca Mizuno, me los regaló Tati cuando apenas era un chiquillo dentro de aquel equipo de Henequeneros plagado de figuras y no era raro el suceso, debido a que acostumbraba a traer pequeños obsequios a los jugadores luego de regresar de viajes con el seleccionado de Cuba", contó el exjardinero Wilfredo Menéndez.
Por su parte, el exlanzador Lázaro Garro habló de los seudónimos con que se le conocía a Tati Valdés, entre ellos el de "el majá", por su gran elasticidad que le permitía incluso poner las piernas por encima de los hombros.
El local donde se realizó el funeral estaba lleno de fotos del dictador Fidel Castro, gran amante del béisbol.
Asistió Mario Sabines Lorenzo, primer secretario del Partido Comunista en la provincia, y se enviaron coronas del Gobierno, el Partido y el INDER.
Hasta el momento no se han revelado las causas de la muerte de Jorge Luis "Tati" Valdés, uno de los más grandes lanzadores cubanos de todos los tiempos.
Nacido en Jovellanos, Matanzas, fue campeón olímpico en Barcelona 1992 y cuatro veces campeón mundial: La Habana 1984, Holanda 1986, Italia 1988 y Edmonton 1990.
Además, fue cinco veces campeón de la Copa Intercontinental, tricampeón Panamericano y Centroamericano y en 1990 ganó dos juegos sin derrotas para el Oro en los Juegos de Buena Voluntad.
En total, en eventos internacionales con la selección cubana acumuló 30 victorias y una sola derrota.
Con su equipo matancero Henequeneros fue campeón nacional en 1990 y 1991, y ambas veces se coronó el líder en victorias (19).
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