La sede nacional de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en Santiago de Cuba, también vivienda del líder opositor José Daniel Ferrer, quedó completamente destruida tras un violento allanamiento policial ocurrido en la madrugada del lunes 29 de abril.
Según denuncias de sus familiares, el operativo concluyó con el arresto y desaparición forzada del disidente, así como el saqueo total del lugar.
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En un video difundido por la propia organización, Gabriel Ferrer Sánchez, sobrino del opositor, mostró las ruinas dejadas por la policía política. “Se lo llevaron todo: comida, medicinas, dinero, teléfonos, electrodomésticos, lámparas, hasta las galleticas del niño. Acabaron con todo”, afirmó, mientras recorría estancias revueltas, con muebles rotos y agujeros abiertos en techos y paredes. La vivienda funcionaba como centro de atención humanitaria para personas necesitadas en Santiago de Cuba.
Nelva Ismaray Ortega Tamayo, esposa de Ferrer, también fue detenida junto a su hijo menor de edad. Denunció que fueron sacados a la fuerza cerca de las seis de la mañana, sin oportunidad de asearse ni recoger pertenencias básicas.
“Nos llevaron a una casa en Versalles bajo el pretexto de protección infantil. No fue amenaza, dijeron, sino advertencia. Pero fue un secuestro. A mi esposo se lo llevaron y no sabemos dónde está”, declaró.
El régimen cubano justificó el operativo señalando que Ferrer violó los términos de su libertad condicional. El Tribunal Supremo alegó su "conducta antisocial reiterada", aunque la familia y activistas denuncian que se trata de un castigo por sus labores humanitarias. Días antes, Ferrer había denunciado públicamente los obstáculos impuestos para ayudar a comunidades necesitadas.
La sede de la UNPACU ha sido blanco de acoso reiterado durante años. En 2020, individuos afines al régimen lanzaron huevos podridos contra la casa en plena madrugada. En 2021, otro acto de repudio incluyó el lanzamiento de excrementos, como forma de intimidación. Las autoridades nunca investigaron estos hechos.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado el recrudecimiento de la represión contra la disidencia en la isla y exigen la aparición con vida de José Daniel Ferrer. Mientras tanto, la comunidad exiliada y los simpatizantes de la UNPACU insisten en que alimentar, curar y apoyar a los más vulnerables no puede seguir siendo criminalizado.
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