La reciente incorporación de un automóvil a la colección del Centro Fidel Castro Ruz, despertó un gran debate en las redes sociales sobre las marcas de carros que han manejado los dirigentes históricos de la "Revolución Cubana".
El vehículo que se sumó a la muestra expositiva es un Mercedes Benz modelo 500 SEL blindado, serie 126 que perteneció a Fidel Castro durante más de dos décadas. Era su carro de trabajo favorito, por el confort y seguridad que ofrecía. Se movía en una flota que por lo general era de tres autos.
Durante décadas, el régimen cubano proyectó a sus líderes como hombres austeros, alejados de lujos. Sin embargo, fotos históricas, registros oficiales y colecciones patrimoniales revelan otra realidad.
Los principales dirigentes de la Revolución se desplazaban en autos americanos de alta gama, jeeps militares y, más tarde, vehículos soviéticos reservados para la élite. Lejos de la narrativa de igualdad, la historia automotriz del poder en Cuba cuenta una verdad paralela sobre el privilegio revolucionario.
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Los jeeps de la lucha y la entrada a La Habana
Antes de instalarse en el poder, los líderes revolucionarios se movilizaban en jeeps Willys MB de origen estadounidense, símbolos operativos de la lucha guerrillera y emblema visual de la Caravana que llevó a Fidel Castro a La Habana el 8 de enero de 1959.
Estas unidades, utilizadas en la Segunda Guerra Mundial, fueron muy usadas por los rebeldes cubanos. Fidel fue fotografiado en varias ocasiones conduciendo estos carros y a la vez eran herramientas de propaganda militar para llamar la atención.
El poder sobre ruedas: Autos americanos tras el triunfo
En los primeros años del régimen, los altos dirigentes utilizaron automóviles confiscados o heredados del período anterior. Varios eran modelos de lujo fabricados en Estados Unidos, reflejo de una paradoja revolucionaria.
Ernesto “Che” Guevara fue retratado al volante de un Chevrolet Fleetline Deluxe de 1948, acompañado de su esposa. El sedán de líneas aerodinámicas era símbolo de elegancia norteamericana.
Camilo Cienfuegos solía conducir un Oldsmobile Dynamic 88 de 1959, color verde, con carrocería alargada y motor potente. Este vehículo forma hoy parte de una colección patrimonial en el Museo del Automóvil en La Habana.
Celia Sánchez, figura clave en la estructura del poder, manejaba un Chevrolet Impala de 1960, blanco, estilizado, con matrícula oficial. Su uso reforzaba su rol central aunque no público.
Estos autos representaban estatus, fueron asumidos como “medios de trabajo” del nuevo poder revolucionario.
A medida que la alianza con la URSS se consolidaba, la flota vehicular se transformó. El GAZ Volga M21 se convirtió en el auto oficial por excelencia. También se introdujeron Moskvitch, Lada y otros modelos asignados jerárquicamente.
A Fidel Castro le gustaba conducir. Fue fotografiado manejando carros de distintas marcas. Una de las fotos icónicas lo muestra sentado sobre un Alfa Romeo.
En zonas rurales prefería aparecer en jeeps UAZ, para reforzar su imagen de comandante militar y en la capital solía transportarse en limusinas ZIL soviéticas blindadas, durante varios años.
Automóviles alemanes en Cuba: Los privilegios en la cúspide
Décadas después, la escena automotriz cambió para un mayor uso de vehículos de lujo, de las marcas alemanas Mercedes Benz y BMW.
Una de las figuras amantes de los carros caros y poderosos es Raúl Castro. Durante su etapa como presidente se trasladaba en BMW modelo X5 presuntamente blindados. Tenía una flota de al menos tres carros.
El comandante Ramiro Valdés fue fotografiado en La Habana descendiendo de un Mercedes-Benz Clase E tras un accidente de tránsito.
El polémico nieto de Fidel Castro, Sandro Castro, también es un amante de la marca Mercedes Benz. Generó un escándalo mediático con un video en que presumía conduciendo por la Autopista Nacional. "Tú sabes que nosotros somos sencillos, pero de vez en cuando hay que sacar estos jugueticos que tenemos en casa", dijo mientras manejaba a toda velocidad.
Miguel Díaz-Canel: ¿BMW o Mercedes Benz?
El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel usa para trasladarse flotas de autos de Mercedes Benz y BMW. Se estima que también en su caso se trata de modelos blindados.
Sin embargo, a diferencia de Raúl y Fidel Castro, que solían moverse en grupos de tres automóviles a toda velocidad, la flota de Díaz-Canel en una visita al Oriente de Cuba, fue de hasta siete vehículos.
Dirigentes en carros y el pueblo a pie
A lo largo de la historia del régimen, el auto de los dirigentes ha sido algo más que un medio de transporte. Es un símbolo de poder, jerarquía y desconexión con el pueblo.
Mientras millones de cubanos luchan por subir a una guagua o tienen que pedalear en una bicicleta, los dirigentes se mueven en carros estatales.
Antes eran por lo general autos rusos pero en la actualidad, el régimen está modificando su flota y es muy diversa. Se pueden encontrar vehículos chinos, rusos, alemanes e incluso el país importa algunos carros estadounidenses que sorprendentemente forman parte del parque automotor estatal.
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