Sistema de salud en Artemisa sobrevive entre apagones, escasez de especialistas y pacientes ambulantes

Mientras algunos médicos ganan elogios por su dedicación, el sistema de salud en la provincia de Artemisa se sostiene con parches: consultas canceladas por falta de electricidad, especialidades ausentes y pacientes que viajan decenas de kilómetros para ser atendidos.

La voluntad de algunos profesionales salva lo que el sistema no logra sostener © El artemiseño
La voluntad de algunos profesionales salva lo que el sistema no logra sostener Foto © El artemiseño

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A pesar de la entrega de varios profesionales, los servicios de salud en la provincia de Artemisa siguen marcados por la falta de personal especializado, el deterioro del equipamiento y una planificación que no logra responder a las necesidades reales de las comunidades.

En especialidades como otorrinolaringología, cirugía y reumatología, el acceso es limitado o inexistente. La estrategia actual no alcanza para revertir la desigualdad en la atención primaria, reconoció el periódico oficial El artemiseño.

El testimonio de pacientes como Teresa Guerra Alarcón, que agradece el trato del angiólogo Darién Montesino en San Antonio de los Baños, pone en evidencia el valor de algunos médicos comprometidos. Sin embargo, ese tipo de atención no está garantizada en todas las especialidades ni en todos los territorios.

La doctora Yanelis Mojica, directora del policlínico José Hipólito Pasos y Caballero, admite que especialidades como otorrinolaringología y oftalmología no logran sostener la frecuencia necesaria debido a los apagones, que afectan incluso la realización de exámenes básicos.

Un paciente de oftalmología entrevistado explicó que pese a tener el turno, en ocasiones debe cambiarlo según la programación de la Empresa Eléctrica. “De no ser así, aunque el médico esté, no puedes hacerte un fondo de ojo o una prueba de refracción”, resumió.

En el municipio de Candelaria, la dermatóloga Adiamnis Borrego se gana el respeto de más de 30 pacientes cada semana. Pero la demanda en ortopedia y reumatología supera ampliamente la oferta. No hay especialistas para sostener una proyección comunitaria estable, a pesar del envejecimiento demográfico.


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San Cristóbal tampoco escapa del cuadro. Aunque el hospital Comandante Pinares impulsa consultas externas, no dispone ni siquiera de un especialista en cirugía maxilofacial. En la comunidad, brillan por su ausencia la cardiología, coloproctología, cirugía y ortopedia, especialidades que requieren un instrumental que ya no existe en muchas áreas de salud.

De acuerdo con Yolani Torres Martínez, director de la institución, los especialistas acuden a las áreas de Candelaria, Bahía Honda y San Cristóbal, con una frecuencia mensual en el caso de los municipios aledaños. Bahía Honda pone el transporte para el traslado hasta sus instalaciones; a Candelaria llegan mediante el que garantiza el hospital.

La directora provincial de Asistencia Médica, Sahirys González Piloto, reconoce que la escasez de recursos humanos es grave y que la reorganización es la única vía para aliviar la situación. Pero también admite que no todo está bien estructurado.

Procuramos reorganizarnos en aras de que el pueblo sienta menos el déficit de recursos humanos. Todos conocemos esta situación, pero con los especialistas que hay, debemos llegar a la comunidad. En general, las mayores carencias radican en ortopedia, cirugía, reumatología, gastroenterología y endocrinología, aunque no suceda igual en toda la provincia”, puntualizó.

Especialmente, añadió, “queda trabajo por hacer para prestar mejor atención en Caimito y Bauta, donde no hay especialistas que vivan allí, ni tampoco están formando otros. Y son justamente los municipios con más déficit de médicos en la atención primaria de salud”.

González se refirió asimismo al fenómeno de los residentes que se quedan en La Habana tras formarse allí, lo cual solo empeora la disponibilidad local. Mientras tanto, la estrategia de trasladar pacientes entre hospitales se sostiene con esfuerzo, pero no soluciona el fondo del problema: la desigualdad territorial en el acceso a la salud.

En resumen, el sistema hace lo que puede con lo que tiene, pero eso no basta. La buena voluntad de los médicos no alcanza cuando la estructura no acompaña. Reorganizar ya no es una opción, es una urgencia.

Según el Anuario Estadístico sobre Salud Pública y Asistencia Social, publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el número de médicos en Cuba descendió de 94,066 en 2022 a 80,763 en 2023, una preocupante fuga de más de 13,300 profesionales de la salud.

Este éxodo no es exclusivo de los médicos. El personal general de la salud en Cuba, que incluye a estomatólogos, enfermeros, técnicos y otros licenciados en el área, también experimentó una caída significativa, señaló la entidad estatal.

Este éxodo de profesionales –muchos de los cuales se han ido cruzando fronteras–, combinado con la exportación a otros países de unos 37 mil galenos en 2023, la falta de insumos médicos, y el deterioro de la infraestructura de los hospitales ha reducido considerablemente la calidad de la atención en el país.

En 2023, la proporción de habitantes por médico alcanzó los 127 por cada doctor, frente a los 113 registrados en 2022. El número de camas reales disponibles para la atención médica también decreció, con solo 38.483 camas en 2023, lo que representa una disminución de 3.369 unidades respecto al año anterior, según la publicación.

Numerosas denuncias ciudadanas en años recientes evidencian el deterioro paulatino de instituciones de salud a lo largo del país, algo reconocido por voceros oficiales, quienes han admitido que en los hospitales cubanos “estamos llenos de dificultades, tenemos carencias, faltas de insumos”, y que “a veces el trato tampoco es el mejor”.

El gobierno cubano atribuye la falta de medicamentos, equipos y deterioro de la infraestructura a las sanciones derivadas del embargo estadounidense, pero al mismo tiempo mantiene el programa de exportación de servicios médicos, una de sus principales fuentes de ingresos.

Al respecto, el gobierno cubano se queda con la mayor parte del salario que pagan los países receptores por la permanencia de misiones médicas de la isla. Por otra parte, muchos médicos no pueden negarse a participar en las misiones sin enfrentar represalias, desde sanciones laborales hasta restricciones de salida del país.

En abril, el gobierno de Estados Unidos denunció que el gobierno cubano obtiene más de 4,900 millones de dólares al año por misiones médicas; el mensaje se emitió un día después de pedir el fin de la trata de personas mediante este tipo de prácticas.

Al respecto, el vicecanciller cubano Carlos Fernández de Cossío ha intentado desmontar las acusaciones de trabajo forzoso en las misiones médicas internacionales de Cuba, asegurando que el programa estatal “es muy similar” al de organizaciones estadounidenses, europeas o incluso agencias de Naciones Unidas.

Aunque Fernández de Cossío ha insistido en que las misiones se basan en acuerdos “bilaterales con cada país”, el régimen no permite que los médicos negocien sus condiciones, ni que ejerzan libremente su profesión fuera de la supervisión del Estado.

La afirmación de que los médicos son “mejor pagados” y “dignamente tratados” contradice lo que los propios galenos cubanos han denunciado durante años. Muchos de ellos huyen durante las misiones, rompen con sus familias y se enfrentan al castigo de no poder regresar a la isla durante al menos ocho años.

Preguntas frecuentes sobre la crisis del sistema de salud en Artemisa, Cuba

¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta el sistema de salud en Artemisa?

El sistema de salud en Artemisa enfrenta escasez de especialistas, deterioro del equipamiento y apagones que afectan los servicios médicos. Especialidades como otorrinolaringología, oftalmología y reumatología tienen un acceso muy limitado, lo que agrava la desigualdad en la atención primaria. Además, la falta de recursos humanos y la emigración de médicos empeoran la situación, obligando a las autoridades a reorganizarse constantemente para intentar paliar el déficit de atención médica.

¿Cómo afecta la falta de electricidad a los servicios médicos en Artemisa?

Los apagones en Artemisa interrumpen la realización de exámenes médicos básicos y programaciones de consulta. La falta de electricidad hace que, aunque un médico esté disponible, los procedimientos como el fondo de ojo o pruebas de refracción no puedan llevarse a cabo. Esto obliga a reprogramar citas y afecta la calidad y continuidad de la atención médica.

¿Qué medidas se están tomando para mejorar el sistema de salud en Artemisa?

Las autoridades de salud en Artemisa están intentando reorganizar los recursos humanos y trasladar pacientes entre hospitales para mejorar la atención. Sin embargo, estas medidas son insuficientes para abordar el problema de fondo debido a la falta de especialistas y recursos. La estrategia actual no logra revertir la desigualdad territorial en el acceso a la salud, y la reorganización se presenta más como una necesidad urgente que como una solución efectiva.

¿Qué impacto tiene la emigración de médicos en Artemisa?

La emigración de médicos ha causado una preocupante fuga de profesionales de la salud en Cuba, exacerbando la escasez de personal en Artemisa. En 2023, el número de médicos en el país descendió significativamente, y muchos residentes que se forman en La Habana no regresan a sus provincias de origen. Este éxodo, sumado a la exportación de servicios médicos, ha reducido drásticamente la calidad de la atención médica local.

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Este artículo ha sido generado o editado con la ayuda de inteligencia artificial. Ha sido revisado por un periodista antes de su publicación.




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