Una visita de Miguel Díaz-Canel y Manuel Marrero a un mercado agropecuario en Ciego de Ávila desató una ola de indignación entre cubanos dentro y fuera de la Isla, quienes denuncian que el abastecimiento y los precios bajos mostrados fueron un montaje cuidadosamente preparado para la ocasión.
Lejos de impresionar, el evento provocó burlas, críticas y, sobre todo, hartazgo frente a lo que muchos califican como "otra escenografía para los jefes".
Durante la visita, difundida con entusiasmo por los medios estatales, las autoridades recorrieron un mercado sorprendentemente limpio, con tarimas repletas de frutas, viandas y vegetales, y una tabla de precios que parecía un chiste cruel.
Productos como el boniato, el plátano o la malanga aparecían etiquetados a precios imposibles de encontrar en el día a día del cubano promedio. La postal, sin embargo, fue efímera.
Para la mayoría, la escena fue un déjà vu: una operación de maquillaje habitual en Cuba cada vez que se anuncia una inspección oficial.
Los comentarios en la página de Facebook de CiberCuba, destilaron sarcasmo, furia y frustración.

"Eso siempre ha sido así", comentó un usuario. "Avisan que van a visitar y de la nada aparece de todo. Todo está rico, todo está bien... hasta que se van y se rompe la magia". Otro lo resumió así: "Las visitas y las inspecciones son obras de teatro".
Muchos se enfocaron en la absurda contradicción entre la imagen del mercado y la realidad que vive el país, donde la escasez es severa y crónica.
Los mercados están vacíos o venden a precios inalcanzables para un salario en pesos cubanos debido a la altísima inflación.
Sin embargo, ese día en Ciego de Ávila, todo parecía perfecto. Demasiado perfecto.
Las críticas apuntaron a lo que se percibe como una farsa orquestada por el aparato del Estado.
Los usuarios afirmaron que quienes simulaban ser vendedores eran en realidad agentes del gobierno, y que las multitudes que rodeaban el evento fueron trasladadas desde otros lugares.
"Todo es una fachada, excepto el hambre del pueblo", escribió una emigrada. "No nos dejemos engañar más, ninguno de los que están allí son tarimeros. Mandaron guaguas con gente para armar el circo porque ya nadie los sigue".
La pizarra con los precios -limpia, alineada, casi de exposición- se convirtió en un símbolo del engaño.
Un internauta afirmó que la fotografió para "tenerla de recuerdo".
Otro ironizó: "¡Qué linda se ve la mentira disfrazada de verdad, qué país tan próspero es Cuba! Yo no sé cómo tres millones de personas han emigrado de un país que está tan bien".
Para los cubanos, este episodio fue solo una nueva prueba de cómo el gobierno manipula la imagen del país ante las cámaras, sin voluntad real de enfrentar la profunda crisis económica.
"Ellos viven en su mundo, en mansiones, con autos de lujo, hijos viajando el mundo. El cubano de a pie va a tener que seguir de rodillas", denunció una emigrada.
Otro recordó que este tipo de teatro político viene desde los tiempos de Fidel Castro y que, a pesar de las décadas, la estrategia no ha cambiado: pantalla para impresionar, mientras el pueblo se hunde en la miseria.
El contexto en el que se da esta visita no puede ignorarse. Cuba atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente: producción agrícola en caída libre, inflación descontrolada, apagones prolongados, deterioro de los servicios básicos y una migración masiva.
El pueblo, cada vez más escéptico y exhausto, no se deja convencer por vitrinas temporales ni discursos huecos.
"Qué falta de respeto tan grande a este pueblo", escribió un residente en Camagüey.
Y en esa frase, simple y directa, se resume el sentimiento generalizado ante un montaje que no logra ocultar el fracaso.
Preguntas frecuentes sobre el montaje en el mercado agropecuario de Ciego de Ávila
¿Por qué se considera que la visita de Díaz-Canel y Marrero al mercado de Ciego de Ávila fue un montaje?
La visita fue considerada un montaje porque el mercado estaba inusualmente abastecido y con precios bajos solo durante la presencia de los dirigentes, lo cual contrasta con la escasez y altos precios que enfrentan los cubanos a diario. Muchos usuarios en redes sociales señalaron que esta es una práctica común cuando hay visitas oficiales, donde se simula una realidad que no existe.
¿Cuál fue la reacción de la población cubana ante el evento en Ciego de Ávila?
La población cubana reaccionó con indignación, burla y críticas hacia el evento. Muchos cubanos expresaron su frustración y escepticismo en redes sociales, calificando la visita como "otra escenografía para los jefes" y denunciando que el abastecimiento fue temporal y solo para la vista de las cámaras y los dirigentes.
¿Cómo afecta la realidad económica de Cuba la percepción de estos eventos oficiales?
La realidad económica de Cuba es crítica, con una inflación descontrolada, escasez de alimentos y servicios básicos deteriorados. Estos eventos oficiales, donde se presenta una imagen irreal de prosperidad, son percibidos como una burla al sufrimiento diario de la población, lo que aumenta el descontento y la desconfianza hacia el gobierno.
¿Qué antecedentes tienen estos montajes en visitas oficiales en Cuba?
Estos montajes en visitas oficiales tienen una larga historia en Cuba. Desde los tiempos de Fidel Castro, se han utilizado escenarios arreglados para dar una falsa impresión de normalidad y progreso. A lo largo de los años, estas prácticas se han mantenido, como se ha visto en otras visitas de Díaz-Canel a diversas provincias donde se maquilla la realidad para las cámaras.
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