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Al menos una veintena de policías haitianos heridos en combate contra pandillas se encuentran varados en hospitales de Cuba, sin apoyo estatal y obligados a pagar sus tratamientos con recursos propios, según reveló una investigación del medio haitiano AyiboPost.
Los agentes —muchos de ellos con heridas de bala y secuelas traumáticas— fueron evacuados a la isla por el Estado haitiano, pero una vez allí, el sistema de salud cubano exige el pago por cada servicio sin excepciones, en medio de una profunda crisis de desabastecimiento de medicamentos en el país.
“No me arrepiento de haber entrado a la Policía, pero nos tratan como piezas de recambio”, dijo uno de los agentes afectados, quien debió costear dos cirugías de su propio bolsillo por la negativa de su aseguradora a cubrir los gastos.
Según el director de la Oficina de Accidentes, Enfermedades y Maternidad de Haití (OFATMA), Vikerson Garnier, los tratamientos de los policías están bajo contrato con la empresa privada “Good Money”, intermediaria entre el gobierno haitiano y el sistema de salud cubano.
Good Money, que no tiene sede física ni sitio web oficial, recibe una comisión del 3% al 4% por cada tratamiento, y debe transferir los fondos al hospital cubano una vez ejecutado el plan médico. Sin embargo, múltiples agentes denuncian que los pagos no se han realizado, dejándolos sin atención médica o medicamentos esenciales.
“Los médicos cubanos no atienden sin el pago correspondiente”, afirmó Mathieuny Sidel, portavoz del Sindicato Nacional de Policías Haitianos (SYNAPOHA), quien calificó la situación de inhumana y opaca.
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La situación alcanzó un punto crítico con la muerte del inspector haitiano Jean Bernard en un hospital cubano el pasado 28 de junio. El agente sufría un cáncer terminal y falleció solo, suplicando ser repatriado a Haití para pasar sus últimos días con su familia.
“Sin ayuda de mi familia ya estaría muerto”, confesó otro oficial, herido durante una operación en Delmas en marzo de 2024, que ha gastado grandes sumas en medicamentos sin recibir reembolso alguno de su aseguradora.
En otro caso, un policía que llegó a Cuba en octubre de 2024 tras recibir un disparo en la pierna, asegura que su tratamiento quedó incompleto porque la comisión médica descartó cubrir la lesión del nervio ciático. Hoy está de vuelta en Haití, sin rehabilitación.
Los propios médicos cubanos admiten que la escasez de medicamentos es crítica por el embargo de EE.UU.
La mayoría de los antibióticos, analgésicos y fármacos para enfermedades crónicas deben importarse en dólares, escasos en el país por la caída del turismo.
Esto ha llevado a Good Money a buscar medicinas en Jamaica o Panamá, aunque los pacientes continúan desatendidos.
La situación plantea serias dudas sobre la idoneidad de Cuba como destino para la atención de heridos en condiciones críticas.
Desde junio de 2024 hasta junio de 2025, al menos 33 policías haitianos murieron, el 48% en operaciones contra bandas armadas, según cifras del Réseau National de Défense des Droits Humains (RNDDH).
Pese a las denuncias y muertes documentadas, ni la Policía Nacional Haitiana ni la dirección médica de la institución han ofrecido declaraciones oficiales.
Tampoco el Estado cubano se ha pronunciado sobre el cobro de servicios a pacientes que, en teoría, fueron trasladados por razones humanitarias.
“La mayoría de nosotros no termina el tratamiento porque nos lo cobran todo. La agencia solo cubre lo mínimo, y lo demás corre por nuestra cuenta”, lamentó uno de los agentes desde su cama en un hospital cubano.
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