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La administración del presidente Donald Trump proclamó haber logrado la mayor reducción de la población extranjera en Estados Unidos en más de 50 años, resultado de una ofensiva migratoria que combina deportaciones masivas, autodeportaciones y un reforzamiento extremo del control fronterizo.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) aseguró este viernes a través de su perfil en X que el país vive un “giro histórico” tras registrar el primer descenso de la población nacida en el extranjero en más de medio siglo.
Según la entidad, la estrategia migratoria del mandatario republicano, apoyada por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha desmantelado lo que denomina “décadas de políticas fallidas”.
En otro tuit la entidad remarcó que “el tiempo de la migración ilegal masiva, las fronteras abiertas y el abuso de visas se acabó”.
En su comunicado oficial, DHS atribuyó este cambio a un aumento récord del financiamiento para agencias de control migratorio, la agilización de deportaciones y un esquema de seguridad fronteriza que, afirma, ha llevado a cientos de miles de expulsiones y a la “autodeportación” de más de dos millones de personas que optaron por abandonar el país ante la inminencia de operativos.
La agencia destacó además que el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) ha intensificado la vigilancia sobre visas y beneficios migratorios mediante nuevas políticas de escrutinio, operaciones antifraude conjuntas con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), y la eliminación de extensiones automáticas de permisos laborales, con el objetivo de “restaurar integridad” al sistema.
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El gobierno enmarca estos resultados dentro de una visión económica mediante la cual la salida de inmigrantes -especialmente no ciudadanos y personas sin estatus legal- habría reordenado el mercado laboral a favor de los trabajadores estadounidenses, argumento sostenido por sectores conservadores.
De acuerdo con datos oficiales, en los primeros 200 días del segundo mandato de Trump 1,6 millones de inmigrantes indocumentados abandonaron Estados Unidos.
Sin embargo, el panorama económico revela impactos severos. De acuerdo con datos preliminares del Censo analizados por el Pew Research Center y citados por la agencia Associated Press (AP), más de un millón de inmigrantes han desaparecido del mercado laboral en lo que va de 2025.
Los efectos se sienten con fuerza en la agricultura, donde productores de California y Texas reportan cosechas sin recoger y pérdidas millonarias.
Organizaciones como la National Farmworker Ministry advierten que la ausencia de mano de obra dejó campos completos sin levantar durante temporadas clave.
La construcción también experimenta un retroceso notable, con áreas metropolitanas como Los Ángeles y Riverside perdiendo miles de puestos por falta de trabajadores inmigrantes.
Analistas laborales recuerdan que la inmigración aportaba históricamente alrededor de la mitad del crecimiento del empleo en el país, por lo que el declive amenaza con frenar la expansión económica.
Aunque la administración Trump insiste en que sus medidas se enfocan en “criminales peligrosos”, informes citados por AP subrayan que la mayoría de los detenidos no tiene antecedentes penales, lo que amplifica el debate sobre el impacto humano y laboral de la ofensiva migratoria.
El gobierno, no obstante, afirma que este es solo el inicio de una nueva etapa: la llegada de una ola de agentes de ICE recién entrenados ampliará la capacidad de aplicar medidas a gran escala en los próximos meses, consolidando lo que presenta como “el fin de la era de las fronteras abiertas”.
La caída histórica de la población extranjera, exhibida por la administración Trump como un triunfo político, expone una contradicción central: mientras la Casa Blanca celebra la “restauración del orden”, el país afronta un deterioro inmediato de su fuerza laboral, pérdidas millonarias en sectores esenciales y un riesgo real de desaceleración económica.
El retroceso demográfico impulsa una narrativa de control, pero también revela una dependencia estructural de trabajadores inmigrantes que la estrategia actual ignora.
La reducción del flujo migratorio puede rendir réditos políticos a corto plazo, pero deja abierto un vacío que ni el mercado ni el gobierno han mostrado capacidad de cubrir.
Preguntas frecuentes sobre la política migratoria de la administración Trump y sus efectos en EE.UU.
¿Cuál es el principal logro que destaca la administración Trump en cuanto a la población extranjera en EE.UU.?
La administración Trump afirma haber logrado el mayor descenso de la población extranjera en EE.UU. en más de 50 años, al implementar una estricta política migratoria que ha resultado en deportaciones masivas y autodeportaciones.
¿Cómo ha afectado la reducción de inmigrantes a la economía estadounidense?
La disminución de inmigrantes ha tenido impactos negativos significativos en sectores clave como la agricultura y la construcción, donde se reportan pérdidas millonarias por falta de mano de obra. Esto ha llevado a una desaceleración económica y amenaza el crecimiento del empleo en el país.
¿Qué medidas ha implementado el gobierno de Trump para reducir la migración ilegal?
El gobierno de Trump ha intensificado el control fronterizo, incrementado las deportaciones y promovido la autodeportación, apoyándose en un aumento récord del financiamiento para agencias de control migratorio y operaciones conjuntas con otras entidades como el FBI y el ICE.
¿Qué justificación ofrece el gobierno de Trump para estas políticas migratorias?
El gobierno argumenta que estas políticas reordenan el mercado laboral a favor de los trabajadores estadounidenses y aseguran calles más seguras, ahorros para los contribuyentes y menos presión sobre servicios públicos como escuelas y hospitales.
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