Desgarrador testimonio de una madre pinareña: "Mi hijo depende de la electricidad para vivir"



La madre y su niño llevan un mes en el hospital, porque el convertidor y las baterías que le dio el gobierno tienen fallos. Al reclamar, le dijeron que no hay solución.

Yanelis Hernández Palmero y su niño © Facebook / Yanelis Hernández Palmero
Yanelis Hernández Palmero y su niño Foto © Facebook / Yanelis Hernández Palmero

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La crisis energética en Cuba, resultado de años de negligencia e improvisación gubernamental, ha dejado de ser un problema de incomodidad cotidiana para convertirse, literalmente, en una amenaza de muerte.

Ese drama lo expone con dolor Yanelis Hernández Palmero, una madre de Los Palacios, Pinar del Río, quien lleva un mes ingresada en el Hospital Pediátrico de la provincia. No porque su hijo Jeisel tenga una emergencia médica, sino porque su vida depende de la corriente eléctrica, un servicio que el Estado es incapaz de garantizarle fuera del hospital.

Foto: Facebook / Yanelis Hernández Palmero

El niño sufre atrofia muscular espinal tipo 1, una enfermedad degenerativa que lo mantiene ventilado y con insuficiencia respiratoria crónica, lo que exige climatización y energía eléctrica permanentes para que los equipos que lo mantienen con vida funcionen.

Yanelis explica que desde hace un mes tuvo que abandonar su casa porque el convertidor y las baterías entregadas por el gobierno presentaron fallos, y cuando reclamó una solución, la respuesta fue la resignación de siempre.

"Para eso no hay solución", según relató en una publicación de Facebook.


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Captura de Facebook / Yanelis Hernández Palmero

La alternativa: un generador que también puede matar

Yanelis cuenta con una planta eléctrica. Sin embargo, esa supuesta "alternativa" se vuelve absurda ante la realidad del país.

La madre explica que la planta es extremadamente ruidosa, perjudicial para el niño y también para los vecinos, quienes deben convivir con el estruendo constante cada vez que la familia intenta evitar que su hijo muera por un apagón.

Ella reconoce que muchos vecinos muestran empatía y solidarizan con su caso, pero otros se quejan, murmuran o incluso terminan culpando al pequeño, como si la urgencia de mantenerlo con vida fuera un acto egoísta.

"Pero la solución no la tengo yo ni la tiene mi hijo”, lamenta, subrayando que la planta no es un lujo ni una comodidad, es la diferencia entre vivir o morir.

La promesa incumplida de los dirigentes

La madre explica que antes de verse obligada a regresar al hospital, decidió permanecer en casa a la espera de una respuesta de las autoridades.

Quería que su hijo pudiera vivir en su hogar, aunque sin las condiciones óptimas. Sin embargo, las largas horas sin electricidad y la ausencia total de respuesta oficial la obligaron a rendirse. No pudo seguir esperando por quienes nunca llegaron.

Los responsables de garantizar los recursos, las baterías adecuadas y el apoyo mínimo para que un niño ventilado pueda vivir en su hogar no ofrecieron solución alguna, pese a conocer el riesgo que implicaban los apagones.

Por todo ello, la madre no está en el hospital porque su hijo está grave, sino porque el Estado no ha sido capaz de asumir su responsabilidad más elemental: proteger la vida de un menor enfermo.

Una súplica pública para sustituir al Estado

Yanelis asegura no querer "hablar mal de nadie", pero su testimonio muestra con crudeza lo que la burocracia y la incompetencia han provocado: madres obligadas a rogar públicamente que la solidaridad ciudadana sustituya el deber gubernamental.

Por eso su publicación no es una denuncia formal, sino un llamado desesperado para recaudar dinero y comprar un sistema que pueda mantener encendidos el split y los equipos médicos de su hijo.

"Pido con mis ojos llenos de lágrimas, lágrimas de una madre con un niño con un pronóstico de vida reservado", escribe, suplicando ayuda para que su pequeño pueda pasar sus días en casa, y no en una sala hospitalaria por culpa de un apagón.

Su mensaje final, acompañado de su número telefónico (58749357), no es solo una solicitud de ayuda: es el recordatorio doloroso de lo que significa la crisis eléctrica para un país donde incluso la vida depende de un servicio que el gobierno ha demostrado incapaz de garantizar.

Mientras tanto, Jeisel, un niño que no pidió nacer enfermo, permanece vivo solo gracias a un hospital que funge, en plena crisis energética, como el único lugar donde el Estado puede suministrarle lo que debería tener en su propio hogar: electricidad.

Preguntas frecuentes sobre la crisis energética en Cuba y su impacto en la salud

¿Cómo afecta la crisis energética en Cuba a los pacientes que dependen de equipos médicos?

La crisis energética en Cuba pone en riesgo la vida de pacientes que dependen de equipos médicos para sobrevivir, especialmente aquellos con enfermedades que requieren ventilación mecánica continua. Sin un suministro eléctrico estable, las familias se ven obligadas a buscar alternativas peligrosas como el uso de plantas eléctricas, que pueden ser ruidosas y poco seguras.

¿Qué soluciones se han propuesto para las familias afectadas por los apagones en Cuba?

Una de las soluciones propuestas es la instalación de paneles solares con respaldo de baterías para garantizar un suministro eléctrico constante en los hogares de los pacientes. Sin embargo, muchas familias aún esperan por estas soluciones debido a la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades cubanas.

¿Qué medidas han tomado las familias cubanas frente a la falta de apoyo estatal en la crisis energética?

Las familias cubanas recurren cada vez más a la solidaridad ciudadana y el apoyo en redes sociales para recaudar fondos con el fin de adquirir equipos necesarios que el Estado no provee. Esto incluye generadores, baterías o paneles solares, con la esperanza de poder mantener con vida a sus hijos en casa.

¿Cuál es la respuesta del gobierno cubano ante la crisis eléctrica que afecta a los hospitales?

La respuesta del gobierno cubano ha sido insuficiente ante la crisis eléctrica que afecta a hospitales y a la población. La falta de inversión en infraestructura eléctrica y la priorización de sectores vinculados a la élite dirigente ha generado un sentimiento de abandono y desigualdad entre los ciudadanos.

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Este artículo ha sido generado o editado con la ayuda de inteligencia artificial. Ha sido revisado por un editor antes de su publicación.




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