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La administración de Donald Trump ha lanzado este miércoles una nueva propuesta que endurecería significativamente los controles migratorios sobre turistas extranjeros que deseen ingresar a Estados Unidos.
El cambio más polémico gira en torno a la obligatoriedad de entregar la información de redes sociales utilizadas durante los últimos cinco años.
Esta medida afectaría tanto a quienes necesitan visa como a quienes provienen de países del Programa de Exención de Visado (VWP), como gran parte de Europa, Japón o Corea del Sur.
Pero no es todo: El plan incluye una recopilación de datos personales y familiares nunca antes vista en este tipo de procesos migratorios.
La propuesta fue publicada este 10 de diciembre por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en el Registro Federal como parte de un aviso de 60 días para comentarios públicos.
Según el documento, este cambio tiene como objetivo dar cumplimiento a la Orden Ejecutiva 14161 de enero de 2025, titulada “Protección de Estados Unidos contra terroristas extranjeros y otras amenazas a la seguridad nacional y la seguridad pública”.
Lo más leído hoy:
“CBP está incorporando las redes sociales como un elemento de datos obligatorio para la solicitud ESTA”, indica el documento oficial.
Es decir, que no se librarían ni quienes completan el formulario ESTA (Sistema Electrónico de Autorización de Viaje). La medida, por tanto, afectaría a muchos millones de potenciales visitantes a Estados Unidos.
¿Qué datos solicitará EE.UU.?
El nuevo formulario ESTA no solo exigirá los nombres de usuario o enlaces a redes sociales como Facebook, X, Instagram, TikTok o LinkedIn.
El plan incluye una recopilación de datos personales y familiares nunca antes vista en este tipo de procesos migratorios.
A continuación, un resumen de los principales elementos:
-Redes sociales usadas en los últimos 5 años.
-Números de teléfono utilizados en los últimos 5 años.
-Correos electrónicos usados durante los últimos 10 años.
-Direcciones IP y metadatos de fotografías.
-Nombres, fechas de nacimiento y lugares de residencia de familiares (padres, cónyuge, hijos, hermanos).
-Correos electrónicos y teléfonos de empleadores recientes.
-Datos biométricos: imagen facial, huellas dactilares, iris e incluso ADN en algunos casos.
¿Cómo se evaluará esta información?
El documento deja entrever que la información recopilada será analizada mediante sistemas automatizados y herramientas de inteligencia artificial para detectar patrones sospechosos, potenciales vínculos con grupos extremistas o indicios de actividad delictiva.
Según fuentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), “la revisión de redes sociales se ha convertido en una herramienta imprescindible para detectar conexiones con grupos extremistas, discursos violentos o actividades fraudulentas”.
En palabras del gobierno: “Las redes sociales pueden proporcionar elementos clave para evaluar las visas de entrada que se conceden.”
Aunque no se especifica si las cuentas deberán estar abiertas al público, medios especializados alertan que una medida similar ha sido aplicada recientemente a solicitantes de asilo laboral exige que los perfiles sean públicos para su revisión.
Si se extiende esa lógica al ESTA, los viajeros podrían verse forzados a exponer su actividad digital a las autoridades migratorias.
¿Qué se busca con esta política?
El gobierno de Trump afirma que se trata de una estrategia de seguridad nacional para cerrar “vacíos” en la evaluación de riesgos y evitar que personas con antecedentes radicales o actividades sospechosas entren al país.
Desde 2019, ya se requería que los solicitantes de visa declararan sus redes sociales, pero la nueva política pretende hacer el control más exhaustivo, sistemático y obligatorio.
“Revisar el historial de redes sociales será un requisito esencial para obtener la autorización de entrada a EE.UU.”, señalan documentos internos del DHS.
Además, CBP quiere eliminar el sitio web actual del ESTA y centralizar todo el proceso en una app móvil con funciones de verificación biométrica mediante tecnología NFC.
Este cambio limitaría aún más el acceso a quienes no cuenten con dispositivos compatibles.
Críticas y preocupaciones: ¿Seguridad o vigilancia?
Organizaciones como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) han expresado profundas reservas sobre este tipo de propuestas.
Alertan que podría dar pie a decisiones subjetivas, basadas en interpretaciones políticas, culturales o ideológicas.
“Monitorizar de forma masiva tantas redes sociales y mensajes podría generar una autocensura preventiva entre viajeros, estudiantes y trabajadores extranjeros”, ha advertido la ACLU.
El temor es que comentarios críticos sobre Estados Unidos -como publicaciones satíricas, quejas contra políticas del país o incluso memes- puedan interpretarse erróneamente por los algoritmos.
“Ese tuit criticando a Donald Trump o quejándote del sistema sanitario estadounidense podría ser motivo suficiente para que te quedes sin tu visado”, advierten algunos analistas.
Además, expertos en ciberseguridad y comunicación digital han resaltado lo complejo que es interpretar correctamente los contenidos en redes sociales:
-El sarcasmo, la ironía o los códigos culturales pueden ser malentendidos.
-Hay miles de cuentas parodia y contenido manipulado que podrían inducir a errores.
-Las herramientas de inteligencia artificial no siempre distinguen entre humor y amenaza.
¿Cuándo entra en vigor?
Por ahora, la propuesta no ha sido aprobada.
Se encuentra en un período de revisión de 60 días para recibir comentarios del público y de agencias federales, conforme a la Ley de Reducción de Trámites.
Si se aprueba, podría entrar en vigor en 2026, y cambiar drásticamente la forma en que se solicitan autorizaciones de viaje.
Los comentarios pueden enviarse por correo electrónico a:
CBP_PRA@cbp.dhs.gov
202-325-0056
Una frontera digital cada vez más cerrada
Este nuevo paso en las políticas migratorias de Estados Unidos marca un giro hacia un modelo de vigilancia preventiva basado en la huella digital.
Si bien el argumento de seguridad nacional es legítimo, surgen cuestionamientos de fondo sobre el equilibrio entre protección, privacidad y derechos individuales.
En un mundo hiperconectado, la frontera ya no está solo en los aeropuertos, sino en cada publicación, tuit o comentario que un turista haya hecho años antes.
La pregunta ahora no es solo si te dejarán entrar al país, sino si tu identidad digital te acompañará como un pasaporte invisible, bajo el escrutinio constante del algoritmo.
Preguntas frecuentes sobre los nuevos controles de entrada a EE.UU. propuestos por el gobierno de Trump
¿Qué cambios propone la administración Trump en los controles de entrada a EE.UU.?
La administración Trump propone endurecer los controles migratorios solicitando información de redes sociales usadas en los últimos cinco años, números de teléfono, correos electrónicos, direcciones IP y metadatos de fotografías, además de datos biométricos como imagen facial y huellas dactilares. Esta medida afectaría tanto a quienes necesitan visa como a los que provienen de países del Programa de Exención de Visado (VWP).
¿Cómo se analizará la información recopilada de los solicitantes de entrada a EE.UU.?
La información será analizada mediante sistemas automatizados y herramientas de inteligencia artificial para detectar patrones sospechosos o potenciales vínculos con grupos extremistas. La revisión de redes sociales se considera una herramienta esencial para evaluar la concesión de visas de entrada.
¿Cuándo podría entrar en vigor la nueva política de control migratorio en EE.UU.?
La propuesta se encuentra en un período de revisión de 60 días para recibir comentarios del público y agencias federales. Si se aprueba, podría entrar en vigor en 2026, cambiando drásticamente la forma en que se solicitan autorizaciones de viaje.
¿Cuáles son las críticas a la nueva propuesta de control de entrada a EE.UU.?
Organizaciones como la ACLU han expresado reservas sobre la propuesta, alertando que podría dar pie a decisiones subjetivas basadas en interpretaciones políticas, culturales o ideológicas. También se teme que pueda generar autocensura preventiva entre viajeros y trabajadores extranjeros, y que comentarios críticos sobre EE.UU. puedan ser malinterpretados por los algoritmos.
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