
Vídeos relacionados:
Cuba amaneció este miércoles 10 de diciembre sumida en otra jornada de crisis energética.
La Unión Eléctrica (UNE) informó que el país registró un déficit de generación superior a los 2,000 MW, afectando el servicio eléctrico durante las 24 horas del día anterior y sin perspectivas de mejoría a corto plazo.
Según el parte oficial, la máxima afectación se produjo a las 6:50 p.m. del martes, cuando el déficit de capacidad alcanzó los 2,050 MW, dejando sin corriente a millones de cubanos.
La UNE prevé que este miércoles las interrupciones continúen, con una afectación estimada de 1,790 MW durante el pico nocturno, lo que implica que gran parte del país volverá a quedar a oscuras.
El informe detalla que, a las 6:00 a.m., la disponibilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) era de 1,450 MW frente a una demanda de 2,450 MW, reflejando un déficit inmediato de más de 1,000 MW.
Lo más leído hoy:
Aunque los 33 nuevos parques solares fotovoltaicos aportaron 2,552 MWh al sistema, esa cifra apenas representa un alivio temporal en las horas de sol y no compensa el colapso de las plantas térmicas.
Entre las termoeléctricas averiadas figuran la unidad 5 de Mariel, la unidad 6 de Nuevitas, la unidad 2 de Felton y la unidad 6 de Renté. Otras tres unidades permanecen en mantenimiento —dos en Santa Cruz y una en Cienfuegos—, mientras que las limitaciones técnicas suman 488 MW fuera de servicio.
El panorama se agrava con la falta de combustible: 98 centrales de generación distribuida están paralizadas, lo que equivale a 911 MW perdidos, más otros 94 MW indisponibles por falta de lubricante. En total, más de 1,000 MW del sistema están fuera de operación por déficit de recursos energéticos, reflejo de la desorganización estructural del sistema eléctrico.
En La Habana, la Empresa Eléctrica provincial reportó afectaciones de más de 10 horas consecutivas durante la víspera, con una demanda insatisfecha de 328 MW. El servicio fue restablecido poco antes del amanecer, aunque se advirtió que este miércoles no podrá cumplirse con la programación habitual de suministro.
La noche del lunes volvió a evidenciar el creciente malestar social: vecinos de varios municipios de La Habana, como Marianao, Regla y La Lisa, salieron a las calles para protestar por los apagones y la falta de respuestas del gobierno.
Entre cacerolazos, gritos de “¡Queremos luz!” y denuncias difundidas en redes sociales, la indignación popular se extendió a otras zonas del país, donde también se reportaron manifestaciones y cortes de internet.
Las protestas, aunque espontáneas, reflejan el cansancio de una población que ya no tolera la oscuridad constante ni las justificaciones oficiales del régimen.
Mientras el régimen intenta sostener su discurso sobre los “esfuerzos nacionales” y la “resistencia energética”, la realidad es que el país vive una crisis eléctrica sin precedentes. Las inversiones priorizan hoteles y megaproyectos turísticos, mientras el sistema eléctrico se desmorona.
Los apagones ya no son una excepción: se han convertido en la norma. Y con un déficit que supera los 2,000 MW, Cuba enfrenta otra jornada de oscuridad, incertidumbre y hartazgo social, mientras el gobierno sigue prometiendo una estabilidad que no llega.
Archivado en: