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El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada denunció en su perfil de Facebook irregularidades en la distribución de materiales de construcción destinados a los damnificados por el huracán Melissa, en el reparto Chicharrones, de Santiago de Cuba. Según el reportero, los materiales enviados por el Estado para reparar viviendas dañadas no están llegando a las familias más afectadas, sino que se entregan “de forma selectiva” y en muchos casos a personas “que no lo perdieron todo”.
“Están haciendo lo mismo que con el huracán Sandy: materiales que llegan para los damnificados, pero terminan en manos de dirigentes, militantes y conocidos. Hay familias que perdieron su casa completa y siguen esperando, mientras otras con techos intactos ya recibieron planillas y recursos”, escribió Mayeta.
El periodista afirmó que “el pueblo está indignado por el descaro con que se manejan los donativos” y aseguró haber recibido numerosos mensajes de vecinos de Chicharrones y otras zonas con testimonios similares. “La gente no entiende cómo, después de tantas donaciones y ayuda enviada, los materiales no aparecen. Lo poco que llega, se lo reparten entre ellos mismos”, añadió.
En los comentarios de su publicación, decenas de personas suscribieron sus denuncias y compartieron experiencias parecidas. Una madre explicó que perdió el techo de su casa y tiene cinco hijos menores, pero los técnicos de Vivienda le informaron que su vivienda “no procedía” porque ya tenía techo, aunque las láminas que usa fueron prestadas por sus vecinos.
Otros mensajes expresaron la misma frustración: “Paren ya de robar, que muchas personas lo perdieron todo”; “Se repite lo mismo que con el huracán Sandy”; “Esto sigue sin control”.
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Mayeta señaló que los problemas de distribución “no se limitan a un barrio” y que las irregularidades “se repiten en otros municipios como El Caney, Loma del Gato, Altamira, Tivolí y Contramaestre”. En su publicación, escribió que “la corrupción es tan visible que la gente la comenta sin miedo: los que reparten se quedan con la mayor parte, los damnificados verdaderos siguen esperando y nadie da la cara”.
“En Chicharrones —detalló el reportero— hay casas con el techo destruido, familias viviendo bajo lonas y madres que todavía duermen en el piso con sus hijos. Sin embargo, los materiales se asignan a personas que tienen su vivienda en buen estado. Todo es un desorden total.”
Según testimonios recogidos en los comentarios, vecinos de Guamá, Manzanillo y Contramaestre también denunciaron no haber recibido ayuda. “Eso está ocurriendo en todo el oriente. Los materiales y las donaciones brillan por su ausencia”, escribió uno de los afectados. Otros señalaron directamente a delegados y presidentes de CDR, acusados de “acaparar materiales para sus familias y allegados”.
Un jubilado de 68 años escribió que permanece a la intemperie, sin crédito ni recursos: “Me faltan horcones, alpajías, cemento, clavos y mano de obra”. También se reportaron casos de personas postradas o con viviendas destruidas que no han recibido asistencia: “Mi mamá está postrada y su cuarto fue derrumbe total, y no he visto nada”; “Mi hija perdió el techo y todavía no ha recibido absolutamente nada”.
Mayeta concluyó su publicación denunciando la falta de control y transparencia en la entrega de materiales: “No hay supervisión ni voluntad. El gobierno promete, pero no cumple. Mientras tanto, el pueblo espera entre ruinas”.
Las denuncias de Mayeta se suman a otros reportes recientes sobre la falta de ayuda real tras la visita de Díaz-Canel a Santiago de Cuba, donde los damnificados por el huracán Melissa siguen esperando asistencia efectiva.
Pocos días después, la Defensa Civil declaró “normalidad” en las provincias de Holguín, Granma y Guantánamo, una medida que provocó críticas ciudadanas ante la persistencia de apagones, escasez y destrucción en el oriente del país.
En noviembre, cuatro bodegueras fueron arrestadas en Palma Soriano por el robo de productos destinados a los damnificados, y en Guantánamo se denunció la venta de colchones donados a 3,730 pesos, pese a ser parte de la ayuda humanitaria.
El Consejo de Defensa Provincial reconoció más de 95 mil viviendas afectadas en Santiago de Cuba, aunque la recuperación avanza lentamente por la falta de materiales y las denuncias de corrupción.
Más de un mes después del paso del huracán, las denuncias de Yosmany Mayeta Labrada y los testimonios de los vecinos reflejan el descontento generalizado en el oriente cubano, donde cientos de familias siguen esperando la ayuda prometida.
Preguntas frecuentes sobre las irregularidades en la entrega de ayuda tras el huracán Melissa en Cuba
¿Por qué se denuncian irregularidades en la entrega de materiales a los damnificados por el huracán Melissa?
Las denuncias surgen porque, según el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, los materiales de construcción no están llegando a las familias más afectadas, sino que se distribuyen de manera selectiva, beneficiando a dirigentes y conocidos del régimen en lugar de a los verdaderos damnificados que lo han perdido todo.
¿Cuál es la situación actual de las familias afectadas en Santiago de Cuba tras el huracán Melissa?
En Santiago de Cuba, muchas familias siguen esperando la ayuda prometida por el gobierno. Algunas viven bajo lonas o con techos prestados, mientras que otras, que no han sufrido daños significativos, ya han recibido materiales, lo que ha generado indignación y denuncias de corrupción en las redes sociales.
¿Cómo ha respondido el gobierno cubano a las denuncias de corrupción en la distribución de la ayuda?
El gobierno cubano ha sido criticado por la falta de transparencia y control en la entrega de materiales, lo que ha permitido la corrupción y el desvío de recursos. Aunque se han hecho promesas de asistencia, los hechos muestran una realidad de abandono y precariedad persistente en las zonas afectadas.
¿Qué medidas se están tomando para ayudar a las familias afectadas por el huracán Melissa en Cuba?
A pesar de las promesas gubernamentales de que "nadie quedará desamparado", las denuncias de falta de ayuda efectiva son generalizadas. Las comunidades afectadas se organizan para ayudarse mutuamente, y hay iniciativas privadas de recolección de ayuda humanitaria, pero la asistencia oficial sigue siendo insuficiente e ineficaz.
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