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El preso político cubano Yosvany Rosell García Caso, condenado a 15 años de prisión por su participación en las protestas del 11J en Holguín, fue trasladado nuevamente a una prisión apenas un día después de haber sido pasado a una sala de penados en el Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez Landín.
De acuerdo con la activista Yamilka Lafita (Lara Crofs), pese a que su salud seguía siendo motivo de alarma tras una huelga de hambre de 40 días, fue nuevamente encerrado tras las rejas.
Rosell —herrero y padre de tres hijos— había permanecido en terapia intensiva por el grave deterioro físico sufrido durante el ayuno, con reportes de fallo renal y debilidad extrema.
El 11 de diciembre fue trasladado a la sala de penados del hospital, donde su esposa, Mailin Sánchez, pudo verlo “por fin”; sin embargo, en menos de 24 horas, el 12 de diciembre, fue sacado del centro médico y llevado a la Prisión Provisional de Holguín.
Activistas advirtieron que ese penal provisional funciona como cárcel de tránsito y que el movimiento podría anteceder traslados punitivos a centros más lejanos, lo que —según esas denuncias— buscaría aislarlo de su familia, disminuir la presión de los allegados y añadir sufrimiento adicional tanto al recluso como a sus seres queridos.
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En ese sentido, llamaron a visibilizar el caso y expresaron preocupación por lo que describen como un posible ensañamiento.
La familia había logrado verlo en el hospital tras semanas sin acceso, cuando Rosell pasó de terapia intensiva a otra sala “en proceso de recuperación”.
Su esposa afirmó entonces que lo notaron con “buen estado de ánimo” y firme en sus convicciones, aunque su peso debía recuperarse “poco a poco”.
La huelga de hambre comenzó en octubre y fue depuesta tras 40 días, luego de que —de acuerdo con la versión de la esposa— las autoridades accedieran a una petición relacionada con su reclusión.
El reinicio de la alimentación habría empezado con hidratación y exámenes para evaluar riñones y otros órganos, en un cuadro que, según ella, todavía implicaba riesgo para su vida.
Durante los días más críticos, organizaciones como Amnistía Internacional y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) habrían denunciado su situación y exigido su liberación, alertando sobre condiciones consideradas inhumanas para presos políticos en Cuba.
Preguntas frecuentes sobre el caso de Yosvany Rosell García Caso
¿Por qué fue condenado Yosvany Rosell García Caso?
Yosvany Rosell García Caso fue condenado a 15 años de prisión por participar en las protestas del 11 de julio de 2021 en Holguín. Inicialmente, recibió una condena de 30 años, pero esta fue reducida tras una apelación. Las protestas del 11J fueron un movimiento significativo en Cuba, donde miles de ciudadanos se manifestaron contra el régimen y las condiciones de vida en la isla.
¿Qué motivó a Yosvany Rosell a iniciar una huelga de hambre?
Yosvany Rosell García Caso inició una huelga de hambre como protesta por su encarcelamiento injusto y las condiciones inhumanas en las que se encuentra. Durante su huelga, exigió ser trasladado a una celda de aislamiento, ya que no podía obtener su libertad. La huelga duró 40 días y fue un acto de desesperación y protesta frente a la represión del régimen cubano.
¿Cuál es el estado de salud actual de Yosvany Rosell García Caso?
El estado de salud de Yosvany Rosell García Caso es delicado tras una huelga de hambre de 40 días. A pesar de haber comenzado a recuperarse, su salud sigue siendo motivo de preocupación debido a los daños causados por el ayuno prolongado, como el fallo renal y la debilidad extrema. Actualmente, está bajo atención médica en el Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez Landín en Holguín.
¿Qué organizaciones han denunciado el caso de Yosvany Rosell?
Organizaciones como Amnistía Internacional y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) han denunciado la situación de Yosvany Rosell García Caso. Estas organizaciones han exigido su liberación inmediata y han alertado sobre las condiciones inhumanas que enfrentan los presos políticos en Cuba. Además, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Embajada de Estados Unidos en La Habana también han expresado preocupación por su estado de salud.
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