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Cuatro años después de que el régimen cubano aprobara el Decreto-Ley 31 sobre Bienestar Animal, la norma continúa siendo letra muerta.
En la nación no existen los centros de atención y acogida que la ley ordenaba crear, y miles de perros y gatos siguen deambulando por las calles sin amparo ni protección.
Según publicó el medio oficialista Cubadebate, el propio grupo de trabajo que redactó el Decreto-Ley reconoció que, al momento de su aprobación en 2021, no existían las instalaciones necesarias para cumplir con lo establecido en los artículos 39 y 40, que disponen el traslado y atención de los animales callejeros en centros de observación, acogida, rescate y rehabilitación.
En el texto, las autoridades admiten que tales centros nunca fueron creados, y justifican el incumplimiento alegando “restricciones económicas”, la “epidemia de la covid-19”, el “bloqueo estadounidense” y los daños de eventos meteorológicos, excusas habituales del régimen ante su falta de gestión.
Aseguran que, pese a ello, no han renunciado a establecer dichos lugares “en el futuro”. En otras palabras: el Decreto-Ley 31 sobre Bienestar Animal es, en buena medida, una norma engavetada.
Mientras tanto, la realidad contrasta con las justificaciones oficiales. En Cuba, activistas y protectores de animales continúan haciéndose cargo de cientos de perros y gatos abandonados, creando refugios improvisados en sus propias casas, muchas veces con escasos recursos y sin apoyo estatal.
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Algunos de esos espacios enfrentan quejas vecinales y presiones de las autoridades sanitarias, que no ofrecen alternativas reales.
La nota de Cubadebate reconoce además la preocupación creciente por las poblaciones callejeras de animales, la falta de esterilización y la inexistencia de programas públicos efectivos para controlar la reproducción.
También menciona la posibilidad de autorizar refugios particulares mediante licencias veterinarias, aunque en la práctica no existen mecanismos accesibles ni transparentes para su aprobación.
Activistas recuerdan que el Decreto-Ley 31 fue aprobado tras años de reclamos y manifestaciones pacíficas de grupos animalistas en La Habana, pero, a cuatro años de su promulgación, las promesas de bienestar y protección animal siguen sin cumplirse.
Cuba continúa sin infraestructura, sin recursos y sin voluntad política para garantizar un trato digno a los animales.
Preguntas frecuentes sobre el incumplimiento de la Ley de Bienestar Animal en Cuba
¿Por qué no se ha implementado la Ley de Bienestar Animal en Cuba?
Cuatro años después de la aprobación del Decreto-Ley 31 sobre Bienestar Animal, la ley sigue sin implementarse debido a la falta de centros de atención y acogida para animales callejeros. Las autoridades han justificado este incumplimiento citando "restricciones económicas", la "epidemia de la covid-19", el "bloqueo estadounidense" y eventos meteorológicos, pero estas razones son vistas como excusas habituales del régimen ante su ineficiencia.
¿Cuál es la situación actual de los animales callejeros en Cuba?
En Cuba, miles de perros y gatos siguen deambulando sin amparo ni protección, ya que no existen los centros de observación, acogida, rescate y rehabilitación que la ley ordenaba crear. Activistas y protectores de animales han tenido que hacerse cargo de estos animales, creando refugios improvisados en sus casas, pero enfrentan presiones de las autoridades y falta de recursos.
¿Qué medidas se han propuesto para mejorar el bienestar animal en Cuba?
A pesar de las promesas incumplidas, se ha planteado la posibilidad de autorizar refugios particulares mediante licencias veterinarias, aunque en la práctica no existen mecanismos accesibles ni transparentes para su aprobación. La organización BAC Habana ha propuesto medidas como el uso de transportines cerrados para mascotas en transportes públicos y programas de esterilización para controlar la reproducción animal.
¿Cómo ha respondido la comunidad a la falta de cumplimiento de la ley?
Ante la falta de acción estatal, activistas y organizaciones animalistas han tomado la iniciativa para defender los derechos de los animales en Cuba. Han organizado manifestaciones pacíficas, creado refugios improvisados y presionado a las autoridades para que cumplan con la normativa vigente. Sin embargo, enfrentan desafíos significativos debido a la falta de recursos y apoyo gubernamental.
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