En pleno corazón de Santiago de Cuba, cada año tienen lugar estas batallas.
Ahí, en el límite de lo que cada una puede permitirle a la otra, se retan ambas. La Conga de San Agustin "se atreve" y pisa territorio de la gente de San Pedrito, y a ritmo de tambores, cencerros, hierros, y trompeta china le cantan en sus narices: "Te dije que yo venía y vine"
Luego los de San Pedrito les devuelven la afrenta y les responden a ritmo de una música igual de cubana y africana
"Separados somos una potencia, pero unidos somos un imperio"
Y luego se enfrentan, en la frontera. Un cuerpo a cuerpo, un reto a muerte.
La única arma es la música.
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