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Un derrumbe parcial ocurrido este lunes en un edificio ubicado en la calle Industria, entre San Rafael y San Miguel, en el municipio Centro Habana, dejó tres personas heridas, entre ellas dos menores de edad y un adulto.
Según la información confirmada por las autoridades locales, los dos menores afectados fueron trasladados de urgencia al Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, mientras que el adulto recibe atención médica en el Hospital Calixto García. Hasta el momento no se han reportado fallecidos.
Imágenes compartidas en Facebook por el Consejo Popular de Administración Municipal (CAM) de Centro Habana mostraron el interior de la vivienda con paredes completamente colapsadas, escombros sobre camas y mesas, grietas profundas y estructuras de soporte a punto de ceder.
También se observaron el uso de puntales metálicos improvisados en la escalera del edificio para evitar mayores desprendimientos.
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La Asamblea Municipal del Poder Popular en Centro Habana, junto con equipos de emergencia y funcionarios del gobierno, se encuentra en el lugar evaluando los daños y tomando medidas para preservar vidas humanas y bienes materiales.
No se ha informado aún si las familias residentes serán evacuadas ni si el inmueble será declarado inhabitable.
Este incidente vuelve a poner sobre la mesa la crítica situación del fondo habitacional en La Habana, donde miles de viviendas se encuentran en estado de deterioro estructural, sin recibir el mantenimiento adecuado durante décadas.
Vecinos del lugar expresaron su preocupación ante el riesgo constante de nuevos derrumbes y la falta de soluciones habitacionales seguras.
El alarmante aumento de derrumbes en Centro Habana
El derrumbe ocurrido este lunes en la calle Industria se suma a una cadena de colapsos estructurales que en los últimos meses han golpeado con fuerza al municipio de Centro Habana, uno de los más densamente poblados y con mayor deterioro del fondo habitacional en la capital cubana.
A inicios de septiembre, en Belascoaín #105, se produjo un derrumbe progresivo que mantiene en vilo a decenas de familias. Las denuncias por la ausencia de funcionarios en el lugar tras el siniestro generaron indignación en redes sociales.
Días más tarde, otro derrumbe parcial en San Lázaro, entre Oquendo y Márquez González, afectó a 14 personas en medio de una crítica situación de apagones provocados por el colapso del sistema electroenergético nacional (SEN).
El colapso se produjo en un pasillo de circulación en el primer piso de un inmueble declarado irreparable por las autoridades. Afortunadamente, no se reportaron víctimas mortales, pero el evento expuso nuevamente la falta de respuesta y prevención gubernamental.
A mediados de agosto, el desplome de un edificio en la céntrica esquina de San Rafael y Galiano (muy próximo al derrumbe de este martes) cobró la vida de un trabajador del Café Boulevard.
En aquel caso, el colapso arrastró los techos del inmueble desde la planta alta hasta la planta baja, atrapando a varias personas entre los escombros. Vecinos denunciaron que el edificio llevaba años declarado inhabitable, pero nunca se tomaron medidas preventivas más allá de maquillajes en la fachada.
Estos incidentes no son hechos aislados. Se repite un patrón de viviendas centenarias, dañadas por filtraciones, humedad, lluvias y sobrepoblación, abandonadas por el Estado.
Mientras las inversiones públicas se concentran en hoteles, miles de familias sobreviven entre ruinas, expuestas a perderlo todo —o incluso la vida— en cualquier momento.
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