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"¿Cuánto habrá que esperar para que haya una verdadera reforma salarial en Cuba?"

"Los bajos salarios son de los peores males que nos afectan y los precios siguen por las nubes", explica una de las entrevistadas.

Cubanos caminando por San Rafael y Galiano © CiberCuba
Cubanos caminando por San Rafael y Galiano Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 4 años

En los últimos días mucho se ha visto, leído y oído en los medios cubanos de comunicación sobre la necesidad de lograr la unidad de los trabajadores. Sin embargo, poco o nada se ha dicho sobre las mezquindades que sufren los ocupados de la isla, mientras los más capaces desaparecen del panorama laboral, ya sea porque emigraron, envejecieron o se mudaron a escenarios mejor remunerados para que sus familias no se mueran de hambre.

El alto índice de envejecimiento poblacional y la baja tasa de fecundidad, así como el impacto negativo del salario y la pérdida de fuerza calificada debido a las migraciones fuera del país por cuestiones económicas están entre los principales factores que provocarán que en 2021 en la isla sean más las personas que salen de su edad laboral que las incorporadas. Las estadísticas revelan que en 2018 la población laboral fue de 7,1 millones y que para el 2030 se reducirá a 6,4 millones.

Desde la óptica de la maestra Idania, de 50 años, “¿quién no sabe que tenemos un salario miserable, que la mayoría de los cubanos pasamos el mes sin poder satisfacer ni medianamente nuestras necesidades? ¿Cuánto habrá que esperar para que haya una verdadera reforma salarial en este país? Los bajos salarios son de los peores males que nos afectan y los precios siguen por las nubes.

“Por solo poner un ejemplo, en el sector educacional un técnico medio cobra al mes 415 pesos; un licenciado, 525; y los que trabajan en oficinas o personal no docente, 315. Esas cifras son una burla y los precios de los productos básicos, una falta de respeto, porque 500 pesos a uno no le duran ni tres días cuando hay que mantener una casa. Con ese pago, ni en diez o mil años nos compramos un refrigerador o una casa, respectivamente”, destaca la profesora, quien está “loca” por retirarse.

De acuerdo con un usuario de Cubadebate, “es imposible que los trabajadores estatales ganen un sueldo digno. Es imposible aumentar los sueldos y pensiones por decreto, porque por una ley económica muy bien sabida se produce inflación.

“Los sueldos en Cuba subirán cuando aumente la productividad de la economía, y no solo de unas pocas empresas, sino del conjunto de las mismas, empezando por el sector agrícola que es el que debe alimentar al resto de los demás sectores. Cuando la agricultura solo produce el 20% de los alimentos, con un turismo que también consume y no precisamente poco, es imposible que el resto de la sociedad pueda tener sus necesidades satisfechas mínimamente”, afirma.

Datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social indican que al cierre de 2018 existían 4 millones 482 mil 700 trabajadores ocupados: 3 millones 67 mil en el sector estatal y 1 millón 415 mil 700 en el no estatal. Por un lado, hay más trabajadores en el sector empresarial que en el presupuestado. Por otro, en la rama no estatal el 42 por ciento de los trabajadores son cuentapropistas y el resto, cooperativistas.

De igual modo, se plantea que en Cuba hay una tasa de desocupación del 1,7%. La versión oficial sostiene que los desocupados crecieron de 75 mil 288 en 2017 a 76 mil 400 en el 2018 y que son unas 567 mil las personas que estando en edad para hacerlo ni estudian ni trabajan.

En palabras del arquitecto Ángel Luis, de 45 años, “yo no me creo ni por un segundo que tengamos mejor tasa de desempleo de países como Alemania o República Checa. En Cuba hay más de medio millón de personas que no estudian, ni tienen ningún oficio, pero no les interesa trabajar. La distorsión económica que hemos creado es tan grande que tenemos fenómenos de nuevo tipo dentro de la sociedad.

“Le hemos quitado al trabajo su papel esencial como fuente de educar el carácter y satisfacer las necesidades materiales. No obstante, no solo los vagos o los delincuentes han aprendido que sin hacer nada más que robar viven mejor que el que más trabaja en Cuba. Hay muchas personas que simplemente no le trabajan al Estado porque saben que hacerlo es absurdo y que el trabajador más honrado, aquí es un esclavo.

“Esa cifra es irreal porque no se puede calcular el desempleo en un país por aquellas personas que concurren a buscar trabajo. Si uno va a la población económicamente activa y a la reserva laboral no incorporada al trabajo calcula que en realidad hay como un 14% de desempleados. La gente está aburrida de que le pidan sacrificio sin ver un resultado concreto. Eso funciona en un momento puntual, pero no eternamente”, concluye.

A tenor con un comentario que también aparece en Cubadebate, en ese porciento “están incluidos los de la fábrica de ventiladores. Los que pasan el día dando vuelta y echándose fresco. Seguimos creyéndonos el centro del mundo y lo más 'chivao' del asunto es que la gente se lo cree”.

Igualmente, agrega Armando Torres en el mismo sitio web que poco se obtiene después de trabajar sin parar durante décadas. “242 pesos mínimos por concepto de jubilación. Si una libra de bistec (de cerdo) está ya a 60 pesos, puede el jubilado comprar cuatro libras y de ahí para allá ponerse a dieta”.

Otro forista explica: “Si reciben remesas y las gastan en el país, viven mejor y aportan más al país que el que corta la caña; si jinetean, viven mejor y aportan más al país que el que corta la caña; si pescan y venden los pescados, viven mejor y aportan más al país que el que corta la caña; si viajan al extranjero a comprar pacotilla, viven mejor y aportan más al país que el que corta la caña; si botean, viven mejor y aportan más al país que el que corta la caña… Esa es la forma en que está diseñada la economía del país. Duro y frustrante, pero real”.

Una de las transformaciones anunciadas recientemente por las autoridades del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, es el nuevo aumento de la edad de jubilación, aunque no a corto plazo, ya que el país necesita “fuerza laboral en consonancia” con las tendencias demográficas.

“A mí me parece gracioso que si otro país aumenta la edad laboral aquí dicen que esa medida responde a la lógica del capitalismo salvaje. ¿Cómo le decimos entonces a los que creen hoy que elevar la edad de retiro resolvería un problema en Cuba? Con el desgaste que tienen nuestras cabezas porque pasamos el día pensando en qué llevaremos a la mesa, hacernos trabajar más años sería acabar de matarnos de estrés”, asegura Ricardo, quien a sus 61 años acumula 33 años de trabajo en el sector estatal y tres en el cuentapropista.

Al respecto, se pregunta Antonio, de 35 años, que si lo que se pretende es que el Estado se quite de encima el pago de las pensiones o que la gente se muera antes de que pueda cobrar el retiro. “Aquí se sabe más que bien que no se puede desvestir a un santo para vestir a otro. El estatismo que tenemos se resuelve con más eficiencia, productividad y mejores salarios para los trabajadores, no menoscabando el descanso de quienes han trabajado toda la vida”.

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