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Periodista de Cubadebate denuncia maltrato que sufrió en una tienda del Estado

“Se abalanzó sobre mí para intentar agredirme, teniendo que el propio gerente aguantarlo para que no lograra pegarme, todo esto repito: en presencia de mi hijo menor de edad”.

Daylén Vega Muguercia © Facebook de la periodista
Daylén Vega Muguercia Foto © Facebook de la periodista

Este artículo es de hace 4 años

Una periodista de los medios oficiales cubanos ha empleado las redes sociales para denunciar la agresión de que fuera víctima por parte de un empleado de la tienda Agua y Jabón, en La Habana Vieja.

Daylén Vega Muguercia, reportera que publica en Juventud Rebelde y Cubadebate, y esposa del periodista Randy Alonso, dice en un escrito aparecido en su página personal de Facebook: “Viví un episodio de horror y maltrato hacia mi persona, como cliente y como mujer”. Alonso es una connotada figura del oficialismo como director de Cubadebate y conductor del programa televisivo Mesa Redonda.

Según relata el incidente ocurrió el 12 de octubre último, cuando Vega Muguercia llegó a la tienda Agua y Jabón junto a su hijo de 4 años, y un empleado identificado como David Rivero Menéndez la detuvo a su paso.

“Habiendo llegado antes del horario estipulado para el cierre de la unidad, me coloqué junto a otras personas que aguardaban en la acera para entrar al comercio. El joven abrió la puerta dejando pasar a unas cuatro o cinco personas y la cerró en nuestra cara, de un tirón, alegando: ya no voy a dejar pasar a más nadie porque no me da la gana. Cerró, y comenzó a reírse de los presentes”, contó la periodista.

“Estaba interesada en comprar toallitas húmedas, que además era dónde único había. O sea, me quedé en espera de que él decidiera abrir y nos dejara entrar a la tienda. Nunca sucedió; pero ante mis quejas, llegó el encargado del establecimiento, que se presentó como gerente, pero que no era su función realmente. Varias personas en el lugar alegaron haber pasado por lo mismo unos 10 minutos antes, ya que el joven se dedicaba a humillar a las personas que intentaban ingresar a la tienda”, acotó.

La mujer relata que debido a esta conducta se decidió a hablar con el gerente del lugar, y para su sorpresa mientras le contaba al gerente lo ocurrido el mismo empleado comenzó a vociferar, a insultarla y a amenazarla.

“Se abalanzó sobre mí para intentar agredirme, teniendo que el propio gerente aguantarlo para que no lograra pegarme, todo esto repito: en presencia de mi hijo menor de edad”.

La periodista dijo que optó por continuar sus compras, pero su calvario no se detuvo: “Eso no quedó ahí, caminaba por uno de los pequeños pasillos de la tienda y lo vi a mis espaldas como siguiéndome, en un intento de intimidarme”.

Daylén Vega denunció el incidente a las autoridades de policía, quienes confirmaron su versión luego de revisar las cámaras de seguridad del local. En lo adelante, dice, pasaron los días mientras ella aguardaba por una respuesta del sistema legal cubano.

“Pasaron los días sin que nadie me contactara para nada. Anoche (30 de octubre) fui citada por el Fiscal Edgar, quien hoy en horas de la tarde me informaría la decisión del caso. A las 3:00 pm estaba en el lugar donde me recibiría, y cuál sería mi sorpresa, que el sistema judicial en que tanto confío concluía el curso legal de los acontecimientos sin jamás haber consultado a una parte de los implicados”, dijo la afectada.

“El documento que se supone yo firmara y que por ética personal no firmé, era una burda mentira y una falta de respeto total hacia mí. No tengo copia para mostrar porque, según ellos, a mí, como denunciante y agraviada, no me asiste el derecho legal de una copia de la decisión. No obstante, manifesté mi descontento, ya no con la propia decisión, sino, con lo que allí se leía”, agregó.

“El documento concluía que esto no sucedió, que testigos (amigos del portero y parcializados como es obvio) dijeron que eso no había sucedido. O sea, yo dejaba de ser según el fiscal la víctima, para convertirme en una mentirosa”, concluyó Vega Muguercia.

“Hice lo que me tocaba, seguí lo establecido y no quise armar catarsis, pero me siento en el deber de compartirles el abuso del que fui víctima doble, además, al ser ignorada por las leyes”, dijo la periodista, que ha recibido gran cantidad de comentarios bajo su publicación, algunos recordándole que ese es el mismo sistema judicial que ella defiende con su trabajo periodístico.

Desde horas de la tarde de este viernes, la periodista cerró su perfil de Facebook. Ni Cubadebate ni Juventud Rebelde han publicado nada sobre la denuncia de su reportera.

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Ernesto Morales

Periodista de CiberCuba


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