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Sanguinetty: Venta de servicios médicos cubanos es una forma de explotación del hombre por el hombre

El partido comunista es el principal obstáculo para que Cuba pueda progresar.

Jorge A. Sanguinetty, economista cubano Foto © Wenceslao Cruz

Este artículo es de hace 3 años

Jorge A. Sanguinetty (La Habana,1937). Doctor en Economía por la City University of New York, salió de Cuba en 1967, tras vivir, como expectador privilegiado en la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN), el Instituto Nacional de la Industria Turística (INIT) y el Ministerio de la Industria Azucarera (MINAZ), la llegada de la noche castrista a las cuentas y la vida cubanas.

Pero nunca ha dejado de estudiar y evaluar el desastre económico infligido a Cuba por el castrismo, que ha traicionado hasta principios socialistas para permanecer en el poder durante más de 60 años; pero su mirada -no carente de dolor por lo que pudo haber sido y no fue- posee el rigor académico y el sentido de vanguardia que apuesta por la reconstrucción protagonizada por cubanos talentosos.

La voz de Sanguinetty es un timbre de serenidad luminosa, imprescindible en el panorama cubano; muchas veces aturdido por discursos gritones que solo buscan imponerse al adversario; obviando la tozuda realidad que exige ecuanimidad, visión de futuro y conversación inteligente, como esta que ahora llega a las páginas de CiberCuba, gracias al magisterio generoso de un cubano bueno, prudente y sabio. ¡Rara avis!, Don Jorge.

La prolongación del castrismo en el poder y las agonías que provoca ha generado un movimiento espontáneo, reflejado parcialmente en los medios de comunicación, que tiende a idealizar la situación socioeconómica de Cuba antes de 1959. ¿Como marchaba la economía cubana en aquellos años; cuáles eran sus virtudes y debilidades?

Los datos demuestran firmemente que la economía cubana antes de 1959 era una de las tres más prósperas de América Latina aunque presentaba algunos problemas como cualquier otra economía en el mundo. Había alcanzado un nivel de vida promedio para sus ciudadanos que incluso era mayor que el de España y otros países europeos.

Entre sus virtudes habría que contar la presencia de una clase empresarial pujante y moderna, la relativa facilidad con que se podían abrir nuevas empresas, sus magníficos sistemas de transporte y comunicaciones y lo que ya era el comienzo de una expansión económica muy robusta basada en el turismo internacional, proceso que ya había despegado entre 1957 y 58. Su posición geográfica privilegiada la hacía muy accesible al comercio internacional.

Sus dos debilidades más importantes eran el desempleo estacional crónico generado por el "tiempo muerto" de la zafra azucarera y una cierta inestabilidad de sus ingresos externos derivada de la dependencia extrema del monocultivo azucarero. Esto engendraba áreas de pobreza que marcaban desigualdades importantes en la distribución del ingreso y la riqueza entre los cubanos, pero no tan dramática como en otros países de la región.

La expansión que hubiera podido ocurrir desde 1959 hubiera mejorado esta situación considerablemente si se hubieran cumplido las promesas de Fidel Castro de restablecer el orden constitucional quebrado por Batista en 1952 y permitir que los cubanos eligieran libremente sus gobernantes.

Si alguien revisa discursos de Fidel Castro de finales de 1958 y durante el primer año de su revolución, encontrará reconocimientos hacia los agentes económicos, la libre empresa, y el desempeño de la economía. ¿Cómo llegó la noche?

Yo recuerdo los discursos de Fidel Castro muy bien y se ha demostrado que casi nada de lo que anunciaba y prometía era cierto. De acuerdo con la famosa carta que escribió a Celia Sánchez, al principio del proceso revolucionario, su programa o agenda estaba dirigida a combatir a Estados Unidos como si fuera una potencia tiránica y colonialista y en el camino convertirse en una figura mundial con el apoyo de gobiernos comunistas y otros del llamado Tercer Mundo.

Para perseguir esta agenda, Fidel Castro necesitaba apoderarse del país entero, su riqueza, sus recursos, sus empresas y sus sociedad. La noche llegó desde el primer día de la Revolución cuando Fidel Castro se convierte en dueño absoluto de todo el país aprovechándose de la buena fe y de la inocencia de la mayoría de los cubanos, concentrando así unos poderes que no se pudieron combatir a tiempo. La noche llegó por sorpresa, aunque unos pocos vieron cómo llegaba.

¿Cómo dañó a la economía cubana y al entonces banco nacional la sustitución de Felipe Pazos por Che Guevara?

Felipe Pazos Roque / Foto: Ecured

Por si sólo, el nombramiento del Che Guevara como presidente del Banco Nacional no dañaba la economía de inmediato porque ya la economía estaba sufriendo daño porque los vientos políticos hacían que las expectativas de los empresarios, inversionistas y otros agentes económicos se volvieran pesimistas y dejaran de hacer planes para el futuro. El nombramiento de Guevara era político y como tal anunciaba un futuro negativo para la economía.

Pero Guevara tomó una decisión que no sólo dañó la economía en el largo plazo, sino también al propio gobierno revolucionario, cuando hizo que Cuba se retirara de los organismos financieros internacionales, que Cuba necesitaría mucho después. La decisión demostraba la profunda ignorancia de Guevara en esa posición tan influyente, pero este fenómeno pasó desapercibido por la inmensa mayoría de la población.

Ahora Cuba sufre todavía la falta de acceso a esos organismos, algo que le ayudaría a navegar la profunda crisis financiera en que vive el país. Sin embargo, lo que peor hizo Guevara fue dirigir el Plan de Industrialización como Ministro de Industria por medio del cual había comprado plantas industriales completas por el equivalente de varios cientos de millones de dólares, con créditos provenientes de los países socialistas. Yo estuve a cargo de evaluar este plan en 1963 desde la Dirección de Inversiones de la Junta Central de Planificación y escribí el informe correspondiente describiendo el estado calamitoso en que se encontraban casi todos los proyectos.

¿Cómo dañaron a Cuba la llamada ofensiva revolucionaria de 1968, la dependencia de la URSS y de la Venezuela chavista?

La llamada Ofensiva o Contraofensiva Revolucionaria de 1968 posiblemente sea el error más costoso que cometió Fidel Castro, mediante el cual no sólo destruyó una parte importante de la economía representada por los pequeños negocios, sino que además hizo que todas las empresas dejaran de usar la contabilidad como instrumento de administración y control. Tal medida demostró una profunda falta de comprensión de cómo debe operar una empresa aún bajos principios socialistas y ha hecho que el país todavía sufra las consecuencias de tan nefasta decisión.

La dependencia de la URSS fue uno de los resultados de la incompetente administración del gobierno de Fidel Castro, que fue la creadora de esa dependencia. La URSS no tenía la capacidad de sustituir a EEUU como principal socio económico de Cuba pero sirvió para frenar en gran medida la contracción de la economía cubana causada por el el propio gobierno revolucionario. Venezuela vino a reemplazar la desaparición de la ayuda soviética pero la economía cubana nunca logró recuperarse de los grandes errores iniciales.

El embargo económico de Estados Unidos a Cuba, fruto de expropiaciones sin indemnización, se ha convertido en el mayor diferendo bilateral y sirve de comodín a La Habana para justificar cuanto desastre propio cosecha. ¿Cómo afecta el embargo la vida de los cubanos y qué fórmula podría negociarse, llegado el momento, para su levantamiento?

El embargo económico de Estados Unidos impuesto al gobierno cubano afecta la vida de los cubanos porque restringe las actividades del gobierno, que es el principal dueño de los recursos del país. Pero lo que más afecta la vida de los ciudadanos es lo que yo llamo el embargo o verdadero bloqueo interno que es el que el gobierno cubano impone a la población mediante todo tipo de trabas a sus iniciativas como consumidores, productores y trabajadores.

El embargo de Estados Unidos está actualizado por la Ley Helms-Burton, que estipula que para levantarse, Cuba tendría que liberar su economía y su sistema político mediante elecciones libres. Si se levanta el embargo americano sin levantar el bloqueo interno sólo se beneficiarían los del gobierno y no necesariamente los ciudadanos porque el gobierno de la isla lo seguiría controlando todo. O sea, no es posible hablar del embargo de Estados Unidos, sin reconocer que la principal traba de la economía es el bloqueo interno.

En su último libro "Obra selecta" usted afirma que Castro ni el castrismo son socialistas. ¿Por qué?

Después de muchos años de observar y estudiar la revolución cubana se puede, responsablemente, concluir que para Fidel Castro el socialismo fue una especie de disfraz para justificar y legitimar su plan de dominar el país como si fuera su propiedad privada.

La evidencia de esta excepcional situación es abrumadora y comienza con la carta que Castro le escribió a su ayudante y compañera Celia Sánchez a la que hice referencia anteriormente. O sea, el objetivo de Castro era antagonizar con Estados Unidos en lo que para el sería una gran cruzada. Esto se puedo observar en muchas acciones como la forma desordenada de su administración pública, la poca atención que le dio a organizar una economía verdaderamente socialista mediante la instalación de la planificación centralizada y su actuación ordenando la Contraofensiva Revolucionaria de 1968 que, en la práctica, contradecía algunos principios de una economía socialista.

Portada del último libro de Sanguinetty / Foto: Editorial Aduana Vieja

Desde 1959 Castro funcionó como el dueño del país, sin rendirle cuentas a nadie, tomando decisiones improvisadas sin consultar a los expertos y antagonizando a los otros miembros del bloque socialista/comunista, incluyendo a la propia URSS de quien tanto dependía. Pero ya en la década de los setenta, los soviéticos perdieron la paciencia con él y exigieron una conducta más organizada según los cánones del socialismo. El hecho de que Cuba entra en una serie crisis de subsistencia en los años 90 al perder la ayuda soviética cuando la URSS desaparece pone al descubierto que Castro no consiguió ni siquiera montar una economía socialista que pudiera sostener al país sin la ayuda de otros países. Ese fue el mayor fracaso de Fidel Castro cuyas consecuencias siguen afectando a sus herederos y al país entero.

Mientras usted habla para los lectores de CiberCuba, el tardocastrismo ha vuelto a redolarizar la economía. ¿Qué implicaciones tiene? ¿Qué es la moneda? ¿Considera que es una medida adecuada, aunque parezca contradictoria con el discurso antiimperialista?

La dolarización de una economía se hace perentoria cuando la moneda de un país no le garantiza a sus ciudadanos que pueda utilizarla como medio de pago, instrumento de acumulación y medida de valor con un mínimo de confianza. Cuando la inestabilidad de la moneda nacional llega a ser tan elevada que afecta la economía nacional, los ciudadanos buscan una manera de reemplazarla con la moneda de otro país que sepa manejar su economía junto a su política y administración monetaria.

Cuando la dolarización se hace necesaria es un síntoma de fracaso de la gestión gubernamental. En el caso cubano la incompetencia de Castro se ha extendido a sus herederos que todavía no saben cómo resolver el lío monetario en que el Comandante en Jefe, personalmente, metió al país, además de destruir su capacidad productiva.

Para Castro la dolarización ha sido una humillación de la que no se puede hablar pero a esa humillación hay que sumar otra todavía más profunda que es la dependencia de su gobierno de las remesas que van a Cuba enviada por los cubanos expatriados.

En Cuba la dolarización no es sólo una medida adecuada sino obligatoria dada la incapacidad estructural de la economía castrista (no necesariamente socialista) de producir e importar los bienes y servicios que los cubanos necesitan.

El castrismo pasó de liderar la rebelión de los deudores con Fidel a intentar honrar sus débitos, y acaba de pedir al Club de París un aplazamiento de pagos por el impacto del coronavirus, aunque su economía ya venía fatigada desde septiembre de 2019. ¿Ha tenido Raúl Castro un comportamiento menos irracional en materia económica o no le ha quedado más remedio ante el empeoramiento de la finca?

Todo indica que Raúl Castro ha sido más responsable con los asuntos públicos del país que su hermano Fidel, ya que ha mostrado preocupación por el estado de la economía nacional y su tendencia a estar en una situación de crisis permanente. Se puede afirmar que esta preocupación es natural en un hombre que posiblemente creía en el socialismo no para engrandecimiento personal sino para, aunque fuera ilusorio, mejorar las condiciones de vida de los más pobres en el país. El problema es que Raúl Castro no sabe cómo desenredar el nudo creado por el hermano sin poner en peligro el control del partido y del gobierno en general.

El castrismo ha sido afortunado en ayudas recibidas y condonaciones y/o perdón sin olvidos de deudas, la última vez con el embullo Obama. Dos preguntas:

a) ¿Cuál es la deuda real de Cuba en septiembre de 2020?, sabiendo que la opacidad oficial es notable en este y otros aspectos.

El monto real de la deuda externa cubana no se sabe a ciencia cierta, pero se puede estimar en un orden de magnitud de más de 30 mil millones de dólares y creciendo. A este nivel la deuda tiende a ser impagable dada la incapacidad productiva del país para generar ingresos en monedas convertibles.

Por otro lado, y como resultado del carácter privado con que Fidel Castro manejaba todos los asuntos del país, casi todo es confidencial y secreto de estado en Cuba, lo que permite sospechar que algunas altas figuras del gobierno hayan podido acumular fortunas de varios tamaños aprovechando su acceso a recursos y la falta de mecanismos de auditoría y supervisión.

b) La deuda cubana se vende como bono basura, ¿es un buen negocio?

La deuda cubana podría ser comprada por inversionistas de alto riesgo, dependiendo de la perspectiva de que la economía puede comenzar un proceso de reforma. Puede ser un buen negocio si las condiciones actuales cambian y si el inversionista es capaz de enfrentar el riesgo de default. En general los inversionistas que negocian con los llamados “bonos basura” mantienen carteras grandes y muy diversificadas de inversiones.

Una lectura de datos del gobierno cubano a fines de cada año refleja un PIB determinado, pero cuando alguien acude el informe de la ONEI del primer cuatrimestre del año siguiente, aprecia un incremento de ese indicador entre un 10-15%, ¿es una práctica habitual? ¿a qué atribuye usted que se deba ese incremento?

Las estadísticas que recogen las cuentas nacionales cubanas son erráticas y poco confiables. Los muchos investigadores que las han trabajado se quejan de su baja confiabilidad, las demoras con que se publican y la falta de oportunidades para su verificación por fuentes independientes del gobierno. Estos factores contribuyen a que haya sospechas sobre si el gobierno adultera los datos con fines políticos.

Sanguinetty en una conferencia en Miami / Foto: Wenceslao Cruz

En paralelo a la alergia de los Castros a la racionalidad y la libertad económica; muchos cubanos han aprovechado las rendijas totalitarias para crear pequeñas y medianas empresas. ¿Qué valoración hace de los emprendedores cubanos?

Los emprendedores cubanos han demostrado que a pesar de las penurias que sufre el país, el espíritu empresarial y de superación de los cubanos permanece fuerte y listo a entrar en acción desde el momento que tenga una oportunidad. Esta energía latente es parte de la cultura nacional que es luchadora y ambiciosa y de hecho representa un potencial formidable para la recuperación de la economía una vez se pueda librar del bloqueo interno impuesto por el propio gobierno a los cubanos.

El tardocastrismo repite como una letanía que apuesta por la soberanía alimentaria, pero la factura anual de importación de alimentos supera los dos mil millones de dólares norteamericanos. Además de la modificación sustancial del régimen de propiedad de la tierra, que otras medidas gubernamentales deberían ponerse en marcha para favorecer la producción agropecuaria?

El llamado tardocastrismo está atrapado por su propia retórica y atavismos ideológicos, todo mantenido por individuos a cargo del gobierno que no tienen las calificaciones técnicas y gerenciales para manejar empresas y mucho menos economías enteras. Son ellos los responsables de que Cuba tenga una crisis alimentaria permanente por la forma absurda en que intervienen en los procesos productivos, especialmente en el sector agropecuario que, para ser eficiente, necesita grados de libertad que el gobierno teme conceder.

El gobierno cubano, tras años disfrazado de solidario, acaba de reconocer, indirectamente, que vende servicios médicos y medicamentos a diferentes países; este comercio -junto con las remesas familiares- son las principales fuentes de ingresos del país. ¿Cuál es su valoración de ambas actividades y que cifras maneja de la merma de transferencias de dinero por la crisis generada en el empleo por la pandemia de coronavirus, que afecta a la emigración cubana?

La exportación de servicios médicos por parte del gobierno cubano es una verdadera traición a los principios teóricos del socialismo pues está basada en un mercado laboral cautivo, representado por médicos que no tienen otras opciones, lo cual constituye una forma de explotación del hombre por el hombre, un concepto marxista por excelencia y cuya erradicación fue la razón de ser de la Revolución cubana y parte esencial de la retórica castrista.

Esta industria, que se ha convertido en una fuente importante de ingresos para el gobierno, se ha mantenido gracias a la situación precaria de la economía cubana y a la falta de leyes e instituciones que protejan los intereses de los médicos cubanos. Por otra parte, han ido creciendo los informes de que los médicos que pertenecen al programa no siempre tienen las calificaciones adecuadas mientras sirven también funciones ajenas a la medicina como en materia de seguridad y adoctrinamiento de personas en los países que los reciben.

Desde hace 30 años, se viene hablando de transición en Cuba. En su último libro, usted alerta de nuestra capacidad para gritarnos sin escuchar; una vez que se aplaque la gritería; ¿cuál sería el escenario económico más favorable para una transición democrática; que deben hacer gobierno y oposición en materia económica para favorecer la llegada de la democracia?

Lo que hay que hacer en Cuba está muy discutido en mi libro Cuba: Realidad y destino (2005) precisamente para organizar algunas ideas sobre cómo establecer una economía de mercado en el marco de una democracia. Esas dos grandes metas no se pueden definir en unas pocas líneas pero puedo decir que una no conduce automáticamente a la otra.

Portada de Cuba: Realidad y destino / Foto: Ediciones Universal

En todo caso para lograrlas es necesario lograr una concertación pacífica de una gran segmento de la sociedad, lo cual es difícil, aunque no imposible, dadas la desorganización de la sociedad civil en Cuba, la falta de una concepción estratégica visible por parte de los que desean salir del régimen actual y la tradicional falta de capacidad de los cubanos para dialogar eficazmente y llegar a acuerdos sostenibles.

Un posible escenario, si los gobernantes cubanos tuvieran la voluntad política para hacerlo, es comenzar a liberar la economía permitiendo la fundación y el desarrollo irrestricto de empresas privadas y sacando a las organizaciones gubernamentales del manejo de la economía. Un mejoramiento de la economía ayudaría a crear las condiciones que se necesitan para comenzar cambios políticos pero primero hay que reemplazar la Constitución actual para eliminar el papel rector del partido comunista, que es el principal obstáculo para que Cuba pueda progresar.

Grosso modo, Cuba tiene la población más envejecida de América Latina, baja tasa de nacimientos, alta tasa migratoria y salarios y pensiones de los más bajos del mundo. ¿Cómo se corrigen estos desequilibrios?

La fórmula para corregir los desequilibrios demográficos en Cuba, con una población envejecida y una tasa de natalidad muy baja radica en una liberación de la economía primero y en una política económica que facilite la inversión extranjera, complementada con una inmigración que incluya números importantes de trabajadores jóvenes y calificados a muchos niveles para las nuevas inversiones.

¿Considera usted que el tardocastrismo asumirá todo el coste político que implican las reformas cada vez más inaplazables de la economía cubana o que el desgaste político se repartirá entre el castrismo residual y el primer gobierno de la transición?

Muchos, si no casi todos, de los ciudadanos que componen el tardocastrismo se insertarían en un proceso económico de renovación nacional si el mismo ocurre de manera similar a lo que ocurrió en los países socialistas de Europa del Este, después de la caída del Muro de Berlín. El castrismo está agotado, mantenido por personas cansadas por sus edades y por el fracaso sistemático de la ideología y el sistema que continúa empobreciendo al país.

¿Cómo podría Cuba, tras más de medio siglo al margen de las dinámicas económicas más racionales y eficaces, insertarse en el mundo real y que repercusiones tendría en el tablero regional?

La liberación de la economía cubana operaría como un milagro si el proceso se hace sin cortapisas, sin control gubernamental. Los cubanos cuentan con una cultura ambiciosa, de muchos hombres y mujeres que quieren progresar y que están ansiosos de tener las libertades que necesitan para poner en valor los muchos talentos y energías creativas y empresariales que tienen.

La clave del milagro está en que los cubanos sean libres, que se organicen y que el gobierno facilite en lugar de obstaculizar el desarrollo.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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