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Bárbaro de Céspedes espera hablar con el arzobispo de Camagüey luego de su arresto en la Iglesia Mayor

No le valen las disculpas que monseñor Wilfredo Pino Estévez ofreció a su madre mientras él estaba preso.


Este artículo es de hace 2 años

El activista cubano Bárbaro de Céspedes, conocido también como el Patriota de Camagüey, espera que autoridades religiosas de esa ciudad dialoguen con él, luego de su arresto en la Iglesia Mayor, adonde se le negó ingresar mientras realizaba una protesta cargando una cruz contra el comunismo.

Específicamente habló del arzobispo de Camagüey. Yo supongo que hoy, a más tardar, el arzobispo ya tenga comunicación conmigo, porque puede disculparse con la mujer que me trajo al mundo, pero, en realidad, debes disculparte con el afectado”, dijo durante una entrevista en el espacio Las Mañanas de CiberCuba.

“Mi madre se crió en un convento de monjas. Sabe lo que es la iglesia, cómo funciona, qué debe hacer ante un desprotegido y él vino a tratar de aclarar la situación”, dijo sobre la visita del obispo Wilfredo Pino Estévez a su madre, mientras él se encontraba detenido.

“Él manifiesta que, de haber estado en la iglesia, me hubiera ayudado a cargar la cruz y colocarla en el altar”, agregó. “Yo creo que él debe conversar conmigo, porque debemos aclarar algunas situaciones. No sé quién fue la muchacha que me recibió, ni el señor que estaba hablando por teléfono”, expuso.

De Céspedes cree que son personas con muy buena relación con la iglesia, aunque desconoce los vínculos entre ellos y la institución. “La muchacha me negó entrar, pero ninguna de las otras personas que se encontraba allí me apoyó”, explicó.

El activista recordó que trató de acercarse a una de ellas para intentar salvar su teléfono, pero se negó a auxiliarlo. “Yo he perdido dos teléfonos enfrentando a la dictadura y quería rescatar ese, que no me lo ocuparan. Al meno dejarlo en la Iglesia, no creo que la dictadura se atreviera a entrar y quitar un teléfono”, dijo.

“Un señor le advirtió que no lo tomara, como si fuera un ofrecimiento del demonio”, refirió. “Lo que yo pretendía era poner esa cruz a resguardo en la casa de Dios”, aseguró. De Céspedes dijo que se dirigía a otra iglesia para intentar cumplir su propósito, cuando fue arrestado. La cruz que llevaba sobre sus hombres era un manifiesto contra los más de 60 años de comunismo en la isla.

“No culpo a la iglesia. Creo en Dios sobre todas las cosas. Lo que pasa es que el miedo en Cuba se ha expandido a todas las esferas. Es un miedo total lo que tiene el pueblo y lo ves en cualquier organización o medio. Creo que la muchacha no me permitió entrar por miedo. Sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, pero el miedo a hacer lo correcto era mayor”, sostuvo.

“Ella no es la Iglesia, no es Dios, ni la religión católica. Es simplemente miedo a través de la doctrina”, añadió el activista, quien a continuación aseguró que no sabía dónde se hallaba la cruz que había cargado hasta el recinto.

El pasado 10 de abril, la Fiscalía Provincial en Camagüey impuso medida cautelar de prisión domiciliaria a De Céspedes. El activista marchó con la cruz hacia la Iglesia Mayor el Viernes Santo "para llevarme conmigo el dolor y el sufrimiento del pueblo cubano como lo hizo Jesucristo". También llevaba la bandera cubana pintada en el torso desnudo, razón por la que supuestamente se le negó la entrada al edificio.

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Maykel González

Periodista de Cibercuba. Graduado de Periodismo por la Universidad de La Habana (2012). Cofundador de la revista independiente El Estornudo.


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