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General Escalante hace aflorar bronquitis aguda del tardocastrismo

¿Cómo es posible que los jóvenes cubanos no comprendan la necesidad de resistir al imperialismo, si se han educado en esa lógica perversa? ¿Tan contraproducente ha sido la educación revolucionaria, que produce potenciales anexionistas? No deja usted títere con cabeza, general. Estas se la van a guardar, ya sabe usted lo rencorosos que son los incapaces y guatacas.

General de División (r) Fabián Escalante Font © Cubasi
General de División (r) Fabián Escalante Font Foto © Cubasi

Este artículo es de hace 2 años

El General de División (r) Fabián Escalante Font acaba de rendir un servicio impagable a la nación, calificando de explosión social el 11J, aflorando las debilidades del tardocastrismo, la bronquitis aguda que padece y dejando en evidencia a Díaz-Canel y al partido comunista, aunque yerra culpando a Internet por un libro que no ha leído y apelando a la figura de Fidel Castro, sin aludir a Raúl.

Escalante Font, con larga hoja de servicios en el Ministerio del Interior, empieza reconociendo que el 11J fue una explosión social, a contrapelo de la versión oficial repetida por los embusteros Díaz-Canel y Bruno Rodríguez de que se trató solo de disturbios.

Por si fuera poco, reparte palos entre la actual dirigencia y sus relevos en el aparato de Contrainteligencia: ""Sin lugar a dudas, la explosión social ocurrida en nuestro país el 11 de julio del año en curso, nos sorprendió a todos y no por falta de evidencias e indicios. Las redes sociales, en maratón olímpico, propagaban a los “cuatro vientos” consignas, orientaciones, noticias falsas, fotos trucadas, etcétera, dirigidas a manipular, confundir, engañar a la opinión pública nacional e internacional sobre la situación sociopolítica cubana".

General, como usted bien sabe, si un evento como la rebelión del 11J sorprende a todos, a pesar de evidencias e indicios, solo quedan dos opciones: La Contrainteligencia falló en su evaluación o el presidente no sabe leer los partes de la Seguridad del Estado.

Yerra usted con esa mescolanza multifactorial de Internet en maratón olímpico, el sempiterno bloqueo, el coronavirus y la rotura de una termoeléctrica; aún dando por válidas sus razones, sencillamente está reconociendo la derrota ideológica y económica del tardocastrismo; porque la revolución, hace años, que se fue a bolina.

Y ahonda usted en sus causas del 11J: "A ello habría añadir las dificultades en el abastecimiento de alimentos y medicamentos con las consabidas largas colas, una mafia de mercado negro nacida a consecuencia de ello, y a los errores cometidos en la tardía implementación de medidas económicas aprobadas desde hace ya algunos años, entre ellas la producción de alimentos".

Vayamos por parte. Toda escasez genera colas, mercado negro y picaresca, en Cuba y en cualquier lugar del mundo; uno de los problemas diferenciales cubanos es que la escasez ha afectado la vida de los ciudadanos -con diferentes grados de intensidad- en los últimos 60 años; y la otra diferencia es que los nuevos coleros son familiares y amigos de policías, porque 50 dólares es una fortuna en la isla y es lo que cobran por un turno en las tiendas dolarizadas por el gobierno que usted intenta defender, en La Habana.

¿Qué opinión le merece, general, la negativa del presidente de GAESA a detener las inversiones en activos inmobiliarios de lujo, en medio de la peor crisis económica y sanitaria de los últimos años? ¿Está usted de acuerdo en abrir hoteles para acoger a enfermos de coronavirus y cubanos en observación epidemiológica?

"La operación subversiva de magnitudes golpistas, al menos por lo que se conoce públicamente, no fue descubierta y desenmascarada, ni —al menos— advertida a la población por todos los medios disponibles. Un solitario y excelente documental, La dictadura del algoritmo expuesto por la TV cubana, consistió en la alerta más sobresaliente de estas semanas, que, sin embargo, al no estar concebida como una campaña mediática, bien organizada, dirigida a explotar las informaciones brindadas, no alcanzó los efectos sicológicos, políticos y de influencia en la conciencia social, que eran necesarios y debían proyectarse, ante la inminencia de la agresión en marcha".

General Escalante, ¿sugiere -como ha hecho CiberCuba- la destitución del ministro del Interior y los jefes de la Contrainteligencia y Orden Interior? Usted formo parte de un MININT diferente, pero que también cometió pifias notables como la Embajada de Perú y el atentado terrorista contra el avión de Cubana en Barbados; ¿se acuerda?

La dictadura del algoritmo es otro embuste del aparato ideológico, General; facilite un apartado de Correos y puedo hacerle llegar el libro del que fue copiado -a medias- el título para el documental al que alude; pero no se sienta usted mal, el cineasta tampoco se leyó el libro donde -paradójicamente- el experto europeo en Comunicación Italo Pizzolante Negrón, autor de De la dictadura de los algoritmos a la revolución de la transparencia, sostiene:

"De acuerdo con el Trust Barometer de Edelman 2017, el 52% de la población mundial reconoce que nunca, o muy pocas veces, cambia su opinión sobre los problemas sociales importantes, además, el 53% reconoce que no escucha regularmente a personas u organizaciones con las que no está de acuerdo. Esta nueva ingeniería social gestionada por el algoritmo dictador deja una elasticidad menor al 50% en el mercado de la opinión pública para generar renovadas reflexiones que abran espacios para escuchar a otros que piensan diferente".

Por tanto, general, ¿estaríamos ante un 53% de los cubanos que comparte y asume los contenidos de lo que usted llama operación subversiva de magnitudes golpistas? ¡Tremendo, eh!; insisto, evite -a su edad- comprar mentiras al Comité Central, que tampoco debe haberse leído el libro y por eso tragó el título modificado por el hábil cineasta; con ideológos y realizadores como esos, lo tiene usted en japonés, Don Fabián.

"La Cuba —y el mundo— de hoy es diferente a la de ayer, y más diferente aún a la de los primeros años de la Revolución, razones que imposibilitan utilizar los mismos métodos de análisis o de manejo de crisis antes recurridos. Existe un sector poblacional joven, despolitizado, (por nuestro ineficiente trabajo político y patriótico) que no comprende la necesidad de la resistencia a las políticas imperiales y desean mejorar sus condiciones de vida y no encuentran una salida inmediata a sus expectativas".

En el párrafo anterior, lo bordó usted, general; pero tanta sinceridad encabrona a los mandantes actuales y su honestidad en esas cinco líneas destroza el discurso baldío y mediocre de los hijos políticos del raulato, empeñados en seguir jugando a las candelitas, pese a estar sentados sobre un polvorín.

¿Cuántos años ha escuchado usted la letanía de las debilidades del trabajo ideológico y dificultades que aún subsisten? ¿Medio siglo? Demasiadas mentiras para un pueblo noble que -hace tiempo- descubrió que los dirigentes apuestan por la carreta con bueyes mientras el mundo viaja en aviones y trenes confortables.

¿Cómo es posible que los jóvenes cubanos no comprendan la necesidad de resistir al imperialismo, si se han educado en esa lógica perversa? ¿Tan contraproducente ha sido la educación revolucionaria, que produce potenciales anexionistas? No deja usted títere con cabeza, general. Estas se la van a guardar, ya sabe usted lo rencorosos que son los incapaces y guatacas.

Ya todos los manuales marxistas, moístas y gramscianos están agotados en Cuba por la terca realidad; use su autoridad -general Escalante- para promover un cambio real y no se quede a medias, que eso de no ser chicha ni limoná es costoso, pero real como la vida misma.

Los graves problemas de Cuba no se resolverán con más ideologización hueca, sino con libertad, democracia, riqueza económica y justicia social; todo lo que brilla por su ausencia en la isla.

Ya CiberCuba había avisado de que la nación sufría al peor gobierno en su peor momento histórico y, sin ánimos de abrumarlo, general, los indolentes corresponsables del 11J, no solo leen mal el mapa interno, sino que la Inteligencia política falló en su evaluación del tándem Biden-Kamala, y lo peor es que lo reconoció públicamente; lea usted y asómbrese:

"Una relación de coexistencia civilizada entre Cuba y Estados Unidos, basada en el respeto de las diferencias y en la identificación de áreas de interés y beneficio mutuo, es posible. Biden/Harris 2020", dijo la embajadora cubana en Canadá en Twitter.

La verdad, Don Fabián, que esto de las redes sociales es del carajo, antes se tardaban hasta años o nunca se sabía todo; pero ahora los compañeros empeñados en mostrar su incapacidad son legión y se retratan al instante; pero hay más, la apuesta de Josefina Vidal fue inspiración de otro twittazo del presidente Díaz-Canel:

"Reconocemos que, en sus elecciones presidenciales, el pueblo de EEUU ha optado por un nuevo rumbo. Creemos en la posibilidad de una relación bilateral constructiva y respetuosa de las diferencias".

¿Y ahora qué? Se habrá equivocado el pueblo de Estados Unidos? Biden -que no es fascista, sino socialista- lo ha dejado claro: Ya nosotros cambiamos con Obama, ahora toca a La Habana democratizar y avanzar en derechos humanos. ¡Menudo reto!, ahora que -como bien usted apunta- están huérfanos de Fidel y de aquel furor juvenil de los 60.

"Los días han transcurrido desde los sucesos relatados y, como sucede, muchas interpretaciones surgen a la luz pública, mientras las campañas mediáticas en Estados Unidos y sus aliados continúa machaconamente acusando a Cuba de violación de derechos humanos y otras atrocidades, con la abierta intención de crear las condiciones para una intervención militar norteamericana".

No es cierto, general, desde el minuto cero; mientras Díaz-Canel sudaba en San Antonio de los Baños y su ex jefe directo Ramiro Valdés aguantaba el vendaval en Palma Soriano, la Casa Blanca descartó una intervención militar en Cuba, y el senador cubano americano Bob Menéndez reiteró el principio de no intervención; aténgase a los hechos y evite los excesos que no necesita, no se haga usted un ridículo Pertierra, que todos tenemos memoria y la colonización de Venezuela y los golpes blandos en América Latina dan para sabrosos libros suyos.

"Los revolucionarios tenemos que meditar y sacar experiencias sobre los hechos sucedidos. Estados Unidos y su gobierno fascista es el principal responsable, pero —y este es importante—, nosotros también tenemos responsabilidades por los errores cometidos, que exigen un análisis autocrítico, no solo referencias marginales, es necesario profundizar en el porqué de ellos, cuáles fueron sus causas y cómo vamos a solucionarlos. Eso fue lo que Fidel nos enseñó y advirtió en noviembre del 2005 al afirmar en un discurso en la Universidad habanera que solo la Revolución podía autodestruirse".

"El combate y la confrontación de ideas se está desarrollando hoy en la base de la sociedad, en la cuadra, en el barrio, en la comunidad y es allí donde el Partido y las organizaciones sociales y de masas deben y tienen que dar la batalla, no para oprimir, sino para convencer, para explicar y en su caso, para trasladar a la dirección del partido y el gobierno, las dificultades, incomprensiones y carencias".

¿Cree usted general que atenderán sus razones? ¿Cree usted que el partido, tras el desguace sufrido en el octavo congreso, está para dar batalla alguna? ¿Cómo evalúa usted las regalías y venta subsidiada de migajas alimentarias, tras la explosión social del 11J? ¿Si mañana, el imperialismo y los mercenarios que envían generosas remesas a Cuba, doblan la apuesta, siguiendo la lógica oportunista del gobierno, el pueblo hambreado, enfermo y sin perspectivas de futuro podría pasarse al enemigo?

Gracias, general Fabián Escalante Font, por tan detallado inventario del desastre de Cuba y sus responsables, que excluya usted a Fidel Castro como coautor del derrumbe, es comprensible porque se educó en la ilógica de la invencibilidad del Comandante en Jefe y su aldabonazo de 2005, que fue otro harakiri baldío, luego corregido con aquella confesión honesta a un periodista norteamericano: El sistema ya no funciona ni para nosotros...

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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