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Carta a Silvio Rodríguez

En los oídos de esas bandas paramilitares de hombres de pelo cano vestidos de civil, que enfrentaban a los jóvenes junto a la Policía uniformada, resonaban tus canciones. Eres la voz de la revolución, lo aceptes o no.

Silvio Rodríguez, en una imagen de archivo. © CiberCuba
Silvio Rodríguez, en una imagen de archivo. Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 2 años

Querido Silvio:

El factor emocional es fundamental en el ser humano y la música es el verdadero lenguaje universal. Cuando ambos factores se combinan pueden producir un impacto brutal sobre la psiquis del hombre. Los movimientos políticos lo saben y lo utilizan siempre, además de ser un ingrediente básico de toda revolución social.

Mucho componente emocional y música izquierdista ha tenido esta revolución cubana de 62 años. El objetivo, inundar el subconsciente colectivo con la idea de un sistema social perfecto, un paraíso terrenal del cual se ha expulsado a Dios e impuesto una élite.

El llamado Movimiento de la Canción Protesta, dentro del esquema de la revolución cultural, jugó un rol central en este empeño y, paralelamente, la creación del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC digamos que fue la jugada perfecta.

El cubano de más de cuarenta años que no se haya estremecido con aquellos documentales de Santiago Álvarez o aquellas marchas multitudinarias socialistas con los altavoces gritando canciones de Silvio Rodríguez es porque no tiene corazón. Nos insuflaron de espíritu comunista y rencor antiimperialista. El arte fue un arma y hoy es clave para entender la realidad nacional.

Acéptalo Silvio, tienes una alta cuota de responsabilidad en los sucesos del 11J. En los oídos de esas bandas paramilitares de hombres de pelo cano vestidos de civil, que enfrentaban a los jóvenes junto a la Policía uniformada, resonaban tus canciones. Eres la voz de la revolución, lo aceptes o no.

Es tu decisión seguir revolucionando o quedarte quieto al lado de un Gobierno que dejó de hacerlo. Muchos soñamos con la idea de un Silvio y una Trova del XXI que le cante al derecho a la diversidad de pensamiento político y a la libre expresión de las ideas. Esperamos con ansias ese día donde tu voz resuene, más alta que nunca, en cada colegio electoral donde los cubanos decidan qué futuro prefieren para una patria que es de todos.

De mantenerse la situación actual, disculpa Silvio pero ya no te creeré más cuando digas futuro. El materialismo dialéctico que me inocularon me obliga a ser pragmático. La vida se me acaba y el futuro que prometes no llega.

No creo exagerar si digo que un Silvio Rodríguez despertando de su sueño con serpientes sería el fin de una revolución que dejó de ser popular. Si la nueva música urbana tocó el corazón y movió los músculos de esos jóvenes que el 11 de julio se enfrentaron al poder, una Nueva Trova actualizada y los pies en la tierra puede tocar el cerebro de esas otras generaciones que peinan canas y que hoy, fanáticamente, lo defienden.

Créeme Silvio, el pueblo cubano te necesita de su lado.

Ojalá Silvio, ojalá

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