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"No es fácil" y otras mentiras del diccionario castrista

Inútil glosario de baldía resistencia.


Este artículo es de hace 1 año

Además de una creciente vulgaridad, faltas de ortografía y mala dicción que ensombrecen a Cuba, el castrismo y su epílogo esgrimen un diccionario totalitario; en vano empeño para camuflar la crisis política estructural, que destroza la economía y contamina la cultura y el periodismo; llamando "actualización del socialismo" a la cochambre reinante.

Cuando el presidente Miguel Díaz-Canel lanzó el eslogan "Vamos con todo", reafirmó su vocación totalitaria y guerracivilista, con lo fácil que habría sido colocarle una 's' final a su más reciente papalote en almíbar; pero los disparates pertenecen al glosario de resistencia, que haría rabiar de envidia al clásico español Lope de Vega y al compositor cubano Manuel Corona, aquel de los ebúrneos senos.

Los militares son el "pueblo uniformado" y los paramilitares "Brigadas de respuesta rápida". No hay un solo opositor que sea buen ciudadano, padre, hijo, esposo, hermano; todos son mercenarios al servicio de Estados Unidos, pagados por la CIA y otras entidades subversivas. Mientras Rusia no invade a Ucrania, solo desarrolla una "Operación Militar Especial".

La propia Constitución está trucada de principio a fin, con joyitas como esta: Artículo 1. "Cuba es un Estado socialista de derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos como república...". ¡Menudo chiste!

De socialista no tiene nada porque el pueblo no es dueño de los medios de producción; de derecho tampoco porque la propia Constitución establece la supremacía irrevocable del gobernante partido comunista; de justicia social menos aún porque los pobres son eternos; y de democrático ni la D, porque emplea un sistema de votación que no permite elegir entre candidatos de diferentes opciones políticas, ni siquiera para concejal de barrio; carece de sistema de precios -vital en la actual ola inflacionaria- y separación de poderes.

Difícilmente un estado es soberano, cuando jinetea las remesas familiares y los salarios de cubanos que alquila al mejor postor a naciones extranjeras, depende de turistas capitalistas y del petróleo venezolano y forrajea donaciones de todo tipo en el extranjero; mientras la república no funciona con todos ni para el bien de todos, porque encarcela y destierra a quienes discrepan políticamente.

"No es fácil", repiten los cubanos tan coloquial embuste, cuando realmente es muy difícil sobremorir en la isla cotidianamente. Los ciudadanos no han sido empobrecidos por el comunismo sexagenario, sino que "luchan" a diario, con la "búsqueda" y "desvío de recursos" (malversación, robos y hurtos), cual si fueran excelsos gladiadores, exploradores y/o gerentes de tráfico logístico mundial.

En Cuba no hay crisis económica, solo "situación compleja"; no hay daños, sino "afectaciones"; apenas existen cifras, solo porcentajes y, por si no bastara, el hegemónico dólar norteamericano se camufla como MLC, que no existe en billetes o monedas y carece de respaldo en oro en el Banco Central.

El fracasado paquete económico neoliberal se llamó "Tarea ordenamiento", pese a que puso en peligro al régimen; los desempleados son "disponibles"; los mendigos, "deambulantes"; los inmuebles a punto de derrumbe, gozan de una "estática milagrosa"; la Libreta de los mandados, es de Abastecimiento, nunca de racionamiento, aunque los "consumidores" solo puedan comprarse cinco libras de arroz y una botella de aceite comestible para un mes afortunado.

La luz y el agua tienen vida propia, vienen y se van cuando estiman pertinente; no hay empresarios privados, solo "nuevos actores económicos" y "sector no estatal", pero el enjuague léxico va más allá, y la ley autoriza a trabajar como "recolector vendedor de recursos naturales”, en vez de frutero y/o verdulero.

La norma, en su letra, no contempla la apertura de cafeterías, sino "cuentapropistas" que se desempeñan como “elaborador-vendedor de alimentos y bebidas no alcohólicas al detalle, en punto fijo de venta”... ¡Cuánta ricurancia conceptual! en los inventores de palabras al servicio de la dictadura más antigua de América Latina, picúos anticubanos.

Lamentablemente, la sarta de engañas y disparates oficialistas es usada por medios de comunicación de naciones democráticas, en su afán políticamente correcto y de evitar enfrentarse con las tribus sectarias post Muro de Berlín, que pretenden ideologizar el lenguaje, lavando la cara ensangrentada del comunismo, donde peor viven obreros y campesinos y -por si no bastara- algunos medios y periodistas cubanos independientes también caen en la tentación de reproducir mecánicamente, en evidente descuido, pleonasmos fabricados al dictado de La Habana.

¡Pena de Cuba!, con un Español tan rico y agredida por ignorantes papagayos que, por acción y omisión, favorecen la mentira continuista, ensimismada y con sordera selectiva, pero nombrando mal las cosas, síntoma escandaloso de su divina decadencia.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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