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Comunismo empobrecedor, dólares socialistas y mosquitos CIA

Nada de lo anunciado por el ministro de Economía persigue mejorar la vida de los cubanos.


Este artículo es de hace 1 año

La feroz competencia de palucheros tardocastristas siguió esta semana con el viceprimer comediante Alejandro Gil Fernández que -liberado por la muerte del zar López-Calleja- asumió un tono de vendedor de crecepelo ante la Asamblea Nacional para mentir delirantemente y rescatar la Tarea Ordeñamiento, jurando solemnemente que peor sería no hacer nada.

Nada de lo anunciado por Gil persigue el objetivo de paliar las necesidades perentorias de los cubanos; sino seguir resistiendo e ir viendo cómo volver a meterle mano a las remesas, obsesión jinetera de la casta verde oliva y enguayaberada; desde el cerrojazo de Donald Trump.

El ministro de Economía anunció un mercado estatal de divisas para contrarrestar el trueque irregular, que calificó de ilegal; desconociendo el dinamismo de sus operadores, que ajustarán sus precios a la próxima tasa oficial, para gozo de sus satisfechos clientes; siempre recelosos del voraz estado.

Cuba, para desgracia de la mayoría de sus hijos, es un enfermo terminal, política y económicamente, al que intentan aliviar con curitas de caisimón de anís y romerillo, debido a la cobardía crónica de las cúpula militar comunista para asumir, de una vez, los cambios estructurales que exige la nación; evitados desde la crisis económica de los 90, tras la desaparición de la URSS.

La política económica es profundamente anticubana, como parte de una feria de pícaros ideologizados, empeñados en el saqueo de la nación y el empobrecimiento ciudadano; como cuestionó parcialmente el diputado Néstor Hernández Martínez, secretario general del sindicato de Agropecuarios y Forestales; en una intervención muy editada y que podría costarle un conteo de protección.

Gil -embalado- aseguró que la economía había crecido un 10,9% con respecto al primer semestre de 2021, cuando decreció un menos 12.7%; o sea, el PIB se mantiene en un negativo -1,8%; pero la aritmética tardocastrista hace milagros, maquillando reveses y pronosticando victorias que solo existen en la imaginación del Buró Político.

En un ataque repentino de honestidad, Gil reconoció que es un ministro de Economía raro; quizá quiso decir malo, porque llama por teléfono a sus compañeros y directores de grandes empresas para parar producciones; confesión que recordó a todos aquel patinazo suyo, también en la Asamblea Nacional, admitiendo que permanecen en el poder de milagro.

El ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, reconoció que el dengue es endémico en Cuba, aseguró que la cobertura sanitaria está garantizada; fortalecido con la estrategia anti Covid-19; sin reconocer las muertes por una y otra enfermedad, cifrando que los depósitos de agua domésticos son la fuente del 83% de los criaderos de mosquitos Aedes aegypti, que han acortado su ciclo reproductivo por el cambio climático; una guayaba más grande que su insalubre ministerio.

Si los cubanos acumulan agua a domicilio, no se debe a una pasión cinematográfica por rodar remakes caseros de Waterworld sin Kevin Costner, sino a la escasez crónica de agua potable; y el cambio climático, lejos de acortar el ciclo reproductivo del mosquito, lo que ha hecho es ampliarlo, porque la mosquita viva y el mosquito fecundador necesitan del calor ambiental para reproducirse; idealmente en un eterno verano.

Portal aludió a matrices en las redes sociales de los enemigos de la revolución; obviando que las Birgadas de respuesta rápida cibernética ya andan intoxicando con la participación de la CIA en la propagación del dengue en Cuba, donde los primeros registros de la enfermedad se remontan a 1782, en Remedios.

¿Tan mal están la Contrainteligencia y la Inteligencia tardocastristas que son incapaces de detectar y neutralizar una ataque biológico de tal calibre?

Pero no olviden que este viernes hay matiné y el presidente deberá clausurar la sesión del raro parlamento, con mayores ocurrencias que las de Alejandro Gil Fernández y José A. Portal Miranda; dos valores en alza y firmes aspirantes al Club de la Comedia, donde podrían hacer las delicias del público, siempre que haya luz, compitiendo en sana emulación socialista por el mejor chiste; pero como ambos trabajan por el hundimiento de Cuba, podrían rescatar la tradición patria de grandes dúos cómicos, teniendo siempre el cuidado de dejar el segundo show a Díaz-Canel, comediante insuperable, especialmente, cuando hace de bobo solemne.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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