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Tardocastrismo, medalla bronce en panamericanos totalitarios

Solo por detrás de Nicaragua; medalla de oro, y Venezuela, subcampeona en atrocidades.

Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel © Cubadebate
Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Foto © Cubadebate

Este artículo es de hace 1 año

La dictadura más antigua de Occidente hizo podio -junto a sus aliados de Nicaragua y Venezuela- en los panamericanos de totalitarismo, donde alcanzó la medalla de bronce en tropelías antidemocráticas.

El gobierno Díaz-Canel, que debutó anunciando un socialismo próspero y sostenible, ha devenido en un coro de gorilas verde oliva y enguayaberados, que mantiene una guerra civil contra los cubanos que sienten asco por el comunismo de compadres; que los aplasta, hambrea, enferma y oscurece.

La devaluada Seguridad del Estado y el desprestigiado partido comunista se afanan en cometer fraudes en cada simulacro electoral; pese a que el régimen tiene garantizada la victoria porque la oposición democrática no puede competir; salvo promover la abstención y el voto nulo.

La adjudicación de las medallas dictatoriales corrió a cargo de la revista británica The Economist, brújula financiera del mundo occidental desde 1843; coincidiendo con la finalización de la vista oral del juicio de jurisdicción, en Londres, entre Cuba deudora y CRF-I Limited, acreedor.

La Habana, fiel a su estilo de comisión de embullo del pan con na, reaccionará con los consabidos argumentos de plaza sitiada por el imperialismo y otras boberías solemnes; insistiendo en su miopía política de vivir al margen del mundo actual, donde el respeto a los derechos humanos y la democracia son claves universales.

Aliados tácticos de La Habana, como Colombia, Brasil, Chile y México -con diferentes intensidades y matices- han transmitido discretamente al gobierno cubano la necesidad de avanzar de manera tangible en la democratización de Cuba para evitar otro estallidos como el 11J.

Estados Unidos y el ex ministro griego Yanis Varoufakis; figura de la izquierda mundial, se adelantaron a la lista negra de The Economist, con sendas declaraciones sobre derechos humanos y Benjamin G. Ziff reiteró a CiberCuba que el tema del respeto a las libertades es elemento esencial en la agenda bilateral.

Díaz-Canel se ha quemado políticamente en tiempo record -en Cuba y el extranjero- con un creciente desprestigio interno; mientras el mundo, poco interesado en la isla, sigue sin entender las claves del anacronismo tardocastrista.

Un gobierno puede autoproclamarse de izquierda o de derecha; pero debe evitar alardear de democracia y cuestionar las ajenas, cuando mantiene encarcelados a más de mil cubanos por causas políticas y acaba de promover una gigantesca ola migratoria contra Estados Unidos.

Si quedara alguien sensato y valiente en el Palacio de la Revolución, debería reflexionar qué ha hecho mal el tardocastrismo para figurar junto a sátrapas de la región en el podio antidemocrático y cómo han conseguido acercarse a Haití, en el ámbito socioeconómico.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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