La reciente decisión de ETECSA de limitar las recargas en pesos cubanos a 360 CUP mensuales y promover paquetes de datos en dólares ha generado una ola de indignación entre la población.
Mientras Cuba enfrenta una crisis económica sin precedentes, marcada por apagones, escasez de alimentos y una creciente dolarización de servicios básicos, la medida -que encarece aún más el acceso a internet- ha sido calificada como un "apartheid digital" por diversos sectores de la sociedad cubana.
En medio de este contexto, Sandro Castro, nieto del fallecido dictador Fidel Castro, ha vuelto a generar polémica al publicar un video en redes sociales donde, bajo su personaje "Vampirach", aparece derrochando cerveza Cristal y haciendo uso despreocupado de datos móviles.
Mientras la mayoría de los cubanos lucha por costear servicios básicos, Sandro exhibe un estilo de vida ostentoso y provocador, sin consecuencias ni llamados al orden por parte de los represores que su abuelo entrenó para leer la cartilla a los “hijitos de papá”.
La actitud de Sandro contrasta con la realidad de millones de cubanos que ven en el acceso a internet una herramienta esencial para comunicarse con familiares en el extranjero, informarse y sobrellevar la difícil situación del país.
La nueva política de ETECSA no solo limita este acceso, sino que también profundiza la brecha entre quienes pueden costear servicios en dólares y quienes dependen exclusivamente del devaluado peso cubano.
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Las reacciones no se han hecho esperar. Estudiantes universitarios, artistas y ciudadanos comunes han expresado su rechazo a las medidas de ETECSA y a la nueva majadería de Sandro Castro, que se suma a un largo historial de burlas y provocaciones al pueblo cubano.
La Federación Estudiantil Universitaria de la Universidad de La Habana emitió un comunicado conjunto donde rechazaron abiertamente las nuevas tarifas, denunciando que el llamado “tarifazo” de ETECSA restringe el derecho fundamental a la información, la educación y la comunicación, pilares esenciales para su desarrollo académico.
A pesar del malestar generalizado, las autoridades cubanas han defendido las nuevas tarifas como necesarias para la sostenibilidad de la infraestructura de telecomunicaciones. La ministra de Telecomunicaciones, Mayra Arevich Marín, justificó la reciente imposición del tarifazo de ETECSA y dijo que las opiniones en su contra están siendo valoradas.
En este escenario, la figura de Sandro Castro se ha convertido en un símbolo de la desconexión entre la élite gobernante y las necesidades del pueblo cubano. Su comportamiento, lejos de ser sancionado, parece ser promovido por un sistema corrupto que prioriza la lealtad al poder totalitario sobre el bienestar de la ciudadanía.
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