Elienay Estrada es una cubana con I-220B, que acaba de ser mamá en Fort Myers (Florida). Su bebé, Ainhoa, tiene solo dos meses. Aunque Estrada está casada con un residente permanente en Estados Unidos y tiene tramitada desde enero una petición de reunificación familiar, se arriesga a ser deportada a Cuba la próxima semana, tal y como le ocurrió en abril de este año a Heidy Sánchez Tejeda, separada de su hija de año y medio, y de su esposo, ambos americanos, pese a llevar dos años a la espera de respuesta a una solicitud para reunificar su familia. El visto bueno llegó tras su deportación. Ahora el retorno a Estados Unidos no va a ser "mañana".
En una entrevista con CiberCuba, Estrada explicó que asistió este mes a su entrevista anual con ICE (Servicio de Inmigración y Fronteras) y salió contenta porque le dieron cita para el año que viene. Es lo que viene sucediendo desde que entró en Estados Unidos, en febrero de 2020, con una I-220B (incluye una orden de deportación), después de que en 2019 le denegaran el asilo solicitado a través del programa MPP (Quédate en México) durante la primera legislatura de Donald Trump.
Pero los tiempos han cambiado y la alegría le duró poco porque enseguida le llegó un mensaje y un e-mail de ICE citándola de urgencia para este martes 24 de junio. En medio del desasosiego, Estrada ha consultado abogados y todos le han dicho que la llaman para ejecutar la orden de deportación.
En ese contexto, con tan poco margen de maniobra, le ha costado trabajo encontrar a un representante legal que quiera ir con ella a la cita del 24 de junio en ICE para pedir que le permitan esperar en Estados Unidos la resolución de su trámite de reagrupación familiar, teniendo en cuenta que es madre de una niña recién nacida.
En Cuba, Elienay Estrada tiene familia, pero ella reivindica su derecho a vivir junto a la familia que ha creado en Estados Unidos, o sea, con su hija y su esposo. Todavía no tiene decidido si, en caso de ser deportada, se llevará a su bebé con ella a la Isla. Admite que tiene contradicciones al respecto porque no quiere ser egoísta y obligar a su niña a crecer con las penurias de Cuba. Por otra parte, se cuestiona si la bebé lo que necesita es estar junto a su mamá, allí donde ella esté.
El caso de Elienay Estrada no es nuevo, pero es de los que soliviantan a la comunidad cubana, víctima, por primera vez, de las deportaciones masivas de una Administración republicana por la que votó la mayoría del exilio en Florida.
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