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Una delegación del Ministerio de Transporte de Cuba (MITRANS) participó en la Cumbre Internacional de Transporte en Moscú, donde firmó una declaración conjunta para integrarse a la iniciativa Urban Transport Data, promovida por la alcaldía moscovita y orientada al uso de datos urbanos para mejorar la gestión del transporte.
El ministro de transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, informó a través de su cuenta de Facebook, que la comitiva estuvo encabezada por el viceministro primero Luis R. Rosés Hernández. Sostuvieron reuniones con representantes de países de América Latina, África, Medio Oriente y Asia, con el objetivo de intercambiar experiencias sobre prácticas sostenibles.
El ministro calificó la experiencia como positiva y aseguró que el objetivo es “aprender las mejores prácticas y aprovecharlas en función de las prioridades en Cuba, siempre con la mirada puesta en mejorar la calidad del servicio”.
Sin embargo, este tipo de declaraciones contrastan con la realidad que vive el pueblo cubano, sumido en una crisis de transporte que se arrastra desde hace décadas y que no ha sido resuelta ni con inversiones extranjeras ni con repetidas donaciones internacionales.
Donaciones que no bastan
En 2025 el régimen ha recibido envíos de partes y piezas provenientes de China, destinados a reactivar la deteriorada flota de ómnibus de La Habana. La primera entrega llegó en agosto y fue enviada a la Empresa de Ómnibus Evelio Prieto, en Guanajay.
A pesar de que se anunció la recuperación de entre 40 y 50 vehículos antes de fin de año, esta promesa es apenas un paliativo en medio del colapso técnico del sistema.
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En marzo, el propio ministro Rodríguez reconoció ante la Asamblea Nacional que en 2024 se ejecutó solo el 35% de los servicios planificados de ómnibus, debido a la falta de combustible y repuestos.
El deterioro del transporte público en Cuba alcanza niveles alarmantes. Cerca de la mitad de las más de 2.500 rutas del país están paralizadas, y muchas operan con apenas dos recorridos al día.
Terminales como San Agustín y Arimao se han convertido en verdaderos cementerios de guaguas, donde cientos de ómnibus desmantelados yacen bajo el sol, oxidados y sin posibilidad de reparación.
Intercambios sin resultados concretos
La participación cubana en foros internacionales y la firma de acuerdos como Urban Transport Data se presentan como avances, pero la experiencia demuestra que estos intercambios rara vez se traducen en mejoras tangibles para la población.
En lugar de soluciones sostenibles, lo que persiste es la dependencia de donativos y la falta de una estrategia efectiva para el mantenimiento, la renovación y la planificación del transporte público.
La gestión estatal, marcada por la ineficiencia, ha demostrado ser incapaz de sostener en el tiempo los pocos avances que se logran. Nuevos ómnibus que llegan al país se deterioran rápidamente por falta de mantenimiento, combustible o personal capacitado.
Preguntas frecuentes sobre la crisis del transporte en Cuba y la cooperación internacional
¿Por qué está colapsando el sistema de transporte en Cuba?
El sistema de transporte en Cuba está colapsando debido a la mala gestión estatal, la escasez de combustible y piezas de repuesto, y la falta de mantenimiento adecuado. A pesar de la recepción de donaciones internacionales y la firma de acuerdos de cooperación, no se han logrado mejoras significativas en la infraestructura de transporte.
¿Qué acciones ha tomado Cuba para mejorar su sistema de transporte?
Cuba ha participado en foros internacionales como la Cumbre Internacional de Transporte en Moscú y ha firmado acuerdos como el Urban Transport Data para mejorar la gestión del transporte. Además, ha recibido donaciones de piezas y equipamiento de países como China para reactivar su flota de ómnibus. Sin embargo, estas acciones no han resultado en mejoras tangibles para la población debido a la persistente mala gestión y falta de una estrategia efectiva.
¿Qué papel juega la cooperación internacional en la crisis del transporte cubano?
La cooperación internacional ha proporcionado a Cuba donaciones de piezas y equipamiento para reparar su deteriorada flota de ómnibus. China y Rusia son algunos de los principales colaboradores en estos esfuerzos. No obstante, la ayuda externa no ha resuelto el problema de fondo, que es la ineficiente gestión estatal y la falta de planificación y mantenimiento continuo.
¿Cómo afectan los problemas de transporte a la vida cotidiana en Cuba?
Los problemas de transporte en Cuba tienen un impacto significativo en la vida diaria de los ciudadanos. Las largas esperas, la suspensión de rutas y la escasez de ómnibus afectan la movilidad urbana y dificultan el acceso a servicios esenciales como la educación y la salud. La situación se agrava con la escasez de combustible y las constantes fallas mecánicas.
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