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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que su administración abrirá las puertas a 600,000 estudiantes universitarios chinos, una cifra récord en la historia de los intercambios académicos entre ambos países, mientras avanzan las negociaciones comerciales con China.
En declaraciones desde la Casa Blanca, Trump aseguró que “siempre ha estado a favor” de recibir a estudiantes chinos en universidades estadounidenses y negó los rumores sobre un endurecimiento migratorio en ese sector. Actualmente, unos 270,000 jóvenes de China cursan estudios en centros de educación superior en Estados Unidos.
“Escucho tantas historias de que no vamos a permitir la entrada de sus estudiantes. Vamos a permitirla. Es muy importante, 600,000 estudiantes. Pero también vamos a llevarnos bien con China”, dijo el mandatario republicano ante periodistas.
La medida forma parte del marco de cooperación que Washington y Pekín negocian desde hace meses y que incluye compromisos comerciales y estratégicos.
Acorde al New Yok Post, uno de los puntos más relevantes del acuerdo preliminar es el suministro de minerales críticos —como los imanes de tierras raras— por parte de China, esenciales para las industrias tecnológica y militar estadounidenses.
Cambio de tono en la política de visados
El anuncio de Trump representa un giro respecto a la línea dura expresada anteriormente por su secretario de Estado, Marco Rubio, quien en mayo había adelantado planes para revocar agresivamente visas de estudiantes chinos vinculados al Partido Comunista o matriculados en áreas sensibles como inteligencia artificial o ciberseguridad.
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En los últimos años, Washington había endurecido las restricciones contra estudiantes extranjeros, llegando a revocar miles de permisos académicos. Sin embargo, el nuevo gesto busca aliviar tensiones bilaterales y atender una de las principales demandas de Pekín en la mesa de negociación.
De la guerra comercial al acercamiento
El acercamiento se produce tras meses de enfrentamiento arancelario. A su llegada al poder, Trump impuso un impuesto del 145 % a las importaciones chinas, lo que generó represalias inmediatas de Pekín con gravámenes del 125 %.
Más recientemente, ambos gobiernos anunciaron un nuevo marco: Washington aplicará un 55 % de aranceles y China mantendrá un 10 % sobre los productos estadounidenses.
Trump presentó el entendimiento como un “gran triunfo”, subrayando que el acceso de estudiantes chinos a universidades estadounidenses será parte integral del acuerdo. “La relación con China es excelente”, escribió el presidente en su red social, Truth Social.
Aunque la iniciativa aún debe ser ratificada oficialmente por Trump y su homólogo Xi Jinping, el cupo anunciado de 600,000 estudiantes marcaría un hito en la relación educativa entre ambas potencias y un gesto de distensión en medio de la competencia comercial y tecnológica.
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